Umbral y proceso de la Conquista, de la cual ha dicho Gallen Kamp:
As� comenz� la supremac�a espa�ola en el Nuevo Mundo. En Yucat�n, miles de mayas fueron puestos en encomienda y se les impuso tributo; con implacable formalismo se dedicaron a desarraigar la cultura y las tradiciones, destruyendo edificios y templos, esculturas, etc�tera; instruyeron a los ind�genas en la religi�n cristiana y se les ense�� el espa�ol, para registrar asuntos que preocupaban o interesaban a los conquistadores; y la civilizaci�n maya fue destruida y borrada del escenario de los sucesos humanos, quedando relegada al olvido.
El siglo XVI aparece como tiempo radical, son a�os de transformaci�n, cuando el mestizaje inicia su tr�nsito, incluyendo el posicionamiento de los mayas, quienes en su vasallaje se resistieron a la conquista total, y refugi�ndose en su lengua, contuvieron el embate del idioma espa�ol, sucediendo lo inesperado: la lengua maya penetr� con usos, costumbres y vocablos, obligando, desde entonces, a que la comunicaci�n verbal tenga que emplear t�rminos de ra�ces ind�genas. Es desde entonces que se emplea el maya�ol, es decir, frases con palabras de la lengua maya y del idioma espa�ol.
En 1547, terminados los tiempos necesarios para el asentamiento, la Capitan�a General de Yucat�n se dividi� en cuatro distritos: el de M�rida, el de Valladolid, el denominado Salamanca de Bacalar y el de San Francisco de Campeche, comenzando este �ltimo a delimitar su jurisdicci�n. Su plaza principal fue el centro de la antigua poblaci�n y de la nueva villa espa�ola, asentada a una milla del pueblo ind�gena que entonces fue llamado Campechuelo por los conquistadores, y hoy corresponde al barrio de San Francisco. El centro de la villa fue poblado por espa�oles, el barrio de San Rom�n fue destinado a los aztecas que acompa�aron a Montejo, y el de Santa Ana fue habitado por negros y mulatos que participaron en la conquista; en este sentido, es preciso se�alar que el puerto fue enriqueciendo su fuerza comercial al habilit�rsele para el desembarco de esclavos negros.
Un suceso notable fue la llegada, el 5 de enero de 1545, de Bartolom� de las Casas, obispo de Chiapas, Campeche y Yucat�n, quien arrib� acompa�ado de 40 sacerdotes dominicos. La recepci�n no careci� de simpat�a por parte de los pobladores, y el padre residente Francisco Hern�ndez, frente al puerto, entabl� una pl�tica con los frailes que le acompa�aban y censur� los abusos de los espa�oles para con los naturales; el relato del cl�rigo permite conocer el medio f�sico que su mirada contempl�:
El lugar de Campeche era de 500 casas de indios y cerca de �l estaba una villa de espa�oles de hasta trece vecinos [...] Ven�an tambi�n muchas canoas de indios desnudos con s�lo los m�stiles que es una faja con que se cubren, y como era la primera vez que los padres ve�an gente de aquella librea caus�les alg�n horror. Algunos principales que all� se hallaron, que eran bautizados, ten�an camisa y greguescas de manta de algod�n y un pa�o de manos revuelto al cuello con una punta sobre el pecho al lado del coraz�n y la otra a la espalda que le corresponde. Sacaron los indios al se�or obispo y a los religiosos a tierra con gran contento [...] entreten�anse los padres como nuevos en la tierra en saber algunas cosas de ella, y teniendo por muy cierto que toda aquella fue antiguamente mar, y que retray�ndose las aguas del centro del oc�ano, dejaron aquella parte descubierta [...]
Fen�meno que data de hace siglos y que conocemos como vaciante, es decir, cuando el mar se retira de la playa m�s de mil metros y deja al descubierto tierra que, en los a�os modernos, permiti� sanear y construir avenidas, edificios y casas.
La transformaci�n no s�lo no fue lenta, sino que los acontecimientos se presentaron con rapidez, a tal grado que para el 12 de febrero de 1549 se tasaron los pueblos en la audiencia de Santiago de Guatemala: a beneficio de la Corona espa�ola se fij� a Campeche 630 mantas, 400 gallinas, 3 arrobas de miel y 100 de pescado seco; m�s adelante, en 1643, la villa citada tendr�a como tributo 1652 mantas y tres piernas, entendi�ndose por cada manta cuatro varones casados u ochos personas, seg�n dijo Cogolludo.
El �mbito econ�mico de Campeche se explic� al Consejo de Indias en 1664 en los t�rminos siguientes:
[...] que la provincia de Campeche en la estimaci�n es la tercera en las Indias que no produce oro ni plata, que se conserva con sus frutos y a maniobras de los naturales, que tiene una gran trabaz�n su comercio con toda la Nueva Espa�a e islas del dominio de V.M. mediante la contrataci�n del palo de Campeche (o de tinte) que se cr�a all� silvestre, que en la labor y corte de �l consiste el alimento de aquellos naturales, que en cambio de este g�nero les llevan de otras partes de las Indias el cacao y otros frutos de que se necesita para su sustento y vestuario, que de Espa�a los llevan asimismo el vino, el aceite y otros g�neros que se cambian en trueque del palo [...].
El puerto result� deslumbrante y din�mico por las actividades propias de su privilegiada situaci�n, en la ruta del comercio mar�timo, pero tambi�n los pueblos del interior desempe�aban jornadas habituales: en Tin�n, Bolonch�n, Sacabch�n y Champot�n se cultiv� tabaco, ca�a de az�car, a�il y grana, aunque tambi�n hab�a ma�z y arroz, as� como explotaci�n salinera.