Los primeros cronistas refieren haber visto miles de ind�genas en el litoral peninsular, pero disminuyeron en forma radical con la llegada de los espa�oles y la Conquista. Por ejemplo, hay referencias de que cuando lleg� Cort�s a Tixchel viv�an casi 10 000 putunes, que en tres d�cadas disminuyeron 60%. Cuando otros fueron sacados de Itzamkanac y trasladados a Tixchel, a la entrada de la laguna de T�rminos, �nicamente sobreviv�an 1 100 personas. Con estos datos debemos entender que sufrieron una exterminaci�n cercana a 90%. Atasta es otro ejemplo, ya que al comienzo de la Conquista ten�a una poblaci�n de 18 000 habitantes, que en poco m�s de 50 a�os desaparecieron. Para citar ejemplos, s�lo despu�s de 1717, comenzando por el Carmen, fue creciendo la poblaci�n a tal grado que en 1772 se fund� Palizada.
En 1545, cuando el obispo Bartolom� de las Casas lleg� a Campeche, viv�an algo m�s de 1 500 personas entre ind�genas y espa�oles. Para fines del siglo XVI se contaban unos 80 vecinos espa�oles y criollos que eran encomenderos, comerciantes y marinos. En 1784 ya eran 18 000, poblaci�n que descendi� en 1861 a 15 674; estos datos corresponden s�lo a la ciudad. Para constituir el estado, Pablo Garc�a la hizo ascender a 82 000 almas, aproximadamente.
El 25 de junio de 1859, en el marco federal, se expidi� la Ley de Nacionalizaci�n de Bienes Eclesi�sticos por la que pasaban al dominio de la naci�n los bienes clericales. Con ese apoyo legal, por decreto del 26 de octubre de 1859 se estableci� el Instituto Campechano en sustituci�n del Colegio de San Miguel, que, con la solemnidad del caso, se inaugur� el 2 de febrero de 1860. Se dedic� a la ense�anza de fundamentos de la religi�n, historia sagrada, ampliaci�n de doctrina cristiana y principios de moral cristiana; perfecci�n en idioma castellano; perfecci�n en aritm�tica, �lgebra y geometr�a; geograf�a y cosmograf�a; dibujo lineal, historia, principios de mec�nica, pilotaje, farmacia, medicina y jurisprudencia.
