A partir de 1917 se distingui� como ministro de la Suprema Corte de Justicia Santiago Mart�nez Alom�a, quien tuvo la costumbre de presentar tesis debidamente fundadas y sobresali� como fogoso orador en defensa de sus ponencias. Agust�n Urdapilleta P�rez tuvo larga experiencia como consejero en los d�as de trastornos pol�ticos en Campeche; adem�s, sirvi� a la Revoluci�n como procurador de Justicia Militar. Despu�s, al instalarse el Alto Tribunal en junio de 1917, fue designado ministro. Larga experiencia, ejercicio p�blico constante, talento reconocido, fue la culminaci�n de su carrera. El�as Monges L�pez, Enrique Osorno, Antonio Caponi Guerrero siguieron en riguroso escalaf�n; tambi�n Pedro Guerrero Mart�nez, de quien Perfecto Baranda dijo un d�a: "si trat�ramos de resumir en una palabra la virtud caracter�stica de su obra y su vida, insalvablemente se tendr�a que decir que es la de honestidad".
Luis Felipe Canudas Orezza fue tambi�n miembro del Poder Judicial. Por sus tesis y discusiones el ministro Alfonso L�pez Aparicio expres� su admiracion hacia el hombre que supo entregar su vida al servicio de la trinidad eterna, constituida por los valores del bien, la verdad y la belleza, sintetizados en la suprema idea de la justicia. Jorge Carpizo, Jos� Trinidad Lanz C�rdenas, Renato Sales Gasque y Juan P�rez Abreu alargan la n�mina de los juristas campechanos.
Sin lugar a dudas, Campeche ha sido una entidad proclive al desarrollo de las humanidades. Es probable que tanto por su geograf�a interior —es decir la planicie, el bosque y la selva— como por su paisaje de coloridas aguas —mar, r�os, lagunas y esteros—, sus hijos e hijas hayan orientado su vocaci�n hacia el cultivo del pensamiento en sus m�s variadas formas; de ah� que en la educaci�n, la abogac�a, el periodismo y la literatura, el estado campechano sea un exponente importante en el conjunto de la Rep�blica Mexicana.
No podemos dejar de citar al jurista Rafael Dond� Preciat, que fue ministro del pleno por la Suprema Corte de Justicia, ni al pol�tico Joaqu�n Baranda Quijano. Justo Sierra M�ndez, a pesar de haber perdido uno de sus primeros juicios frente a un trampista, llego al m�ximo Tribunal. Hubo ocasi�n en que un colega lo salud� dici�ndole: "Buenos d�as, ministro sin t�tulo", y Sierra, hombre de buen humor y rapidez mental, le respondi�: "Buenos d�as �t�tulo sin ministro!" En el siglo XX han sido nombrados jueces de distrito Enrique Arias Sol�s, que fue gobernador del estado, y Perfecto Baranda MacGregor.
En la Corte de Justicia tambi�n estuvieron por un breve tiempo Manuel Gual Vidal, quien fuera secretario de Educaci�n P�blica; Carlos Monges Caldera, secretario del juzgado de Distrito en Ciudad Ju�rez, Chihuahua, y Jos� de Jes�s Dzib Cardoso, quien se desempe�� como secretario del ministro Rafael Matos Escobedo. El maestro Alberto Trueba Urbina trabaj� en el juzgado de distrito en M�rida. No es posible pasar por alto a algunos otros que sirvieron en el Poder Judicial del fuero com�n con una calidad profesional que ha hecho que su memoria perdure; tal es el caso de los magistrados Adalberto Gileano Sierra, Ra�l Carranc� y Trujillo y Mar�a Lavalle Urbina. Podr�amos seguir mencionando a muchos campechanos; sin embargo, estos nombres bastan como testimonio de la presencia del estado en la judicatura federal.