AQUEL ASIENTO, puebla de espa�oles, situado en el finisterre novohispano habr�a de adquirir para Hern�n Cort�s un gran valor, la Villa de Colima ser�a su enclave para nuevas exploraciones y conquistas, tanto por tierra como por mar. Para la realizaci�n de este proyecto Hern�n Cort�s dise�� una estrategia que con seguridad fundament� en las informaciones recabadas, entre otros, por Gonzalo de Sandoval, Crist�bal de Olid, Antonio de Carvajal y otros conquistadores. Ante todo busc� al hombre en quien descargar su confianza y eligi� para el puesto a su pariente Francisco Cort�s, a quien instruy� para su misi�n marc�ndole objetivos muy precisos, entre los cuales destacan los siguientes: consolidar aquella poblaci�n reci�n fundada, ampliar su jurisdicci�n con nuevas tierras, controlar desde Colima el territorio tarasco, repartir los pueblos michoacanos entre los espa�oles descontentos, acelerar los trabajos del astillero de Zacatula para tener listas las naos del sue�o y abrir derroteros in�ditos mediante exploraciones y conquistas m�s amplias.
Esta estrategia, sin embargo, fue llevada a cabo por etapas: primero en la regi�n sometida por Crist�bal de Olid y �reas anexadas por Francisco �lvarez Chico; despu�s en Colima y provincias lim�trofes; en tercer lugar, organizando la importante expedici�n a trav�s de Jalisco hacia tierras nayaritas.
Francisco Cort�s aprovech� su estancia en Zacatula para reprimir a los naturales alzados y repartir pueblos a los vecinos all� avecindados; tambi�n para agilizar los trabajos del puerto y astillero. Entre las medidas que juzgaba oportuno tomar, destaca su propuesta de trasladar la villa y las instalaciones portuarias zacatulanas a Acapulco. Tal vez, aparte de la mejor situaci�n de Acapulco, pudo influir en la opci�n de Francisco Cort�s el ambiente s�rdido de Zacatula. Esta villa, desde su fundaci�n, hab�a acumulado una larga cadena de sinsabores: ataques y sitios protagonizados por los indios alzados, "ruindades" de los propios espa�oles, una agobiante lentitud en los trabajos del astillero que hac�a desesperar al capit�n general, dificultades para el transporte de los materiales, y aun el fortuito o provocado incendio de las instalaciones y pertrechos listos en el puerto para los nav�os en construcci�n.
Cuando Francisco Cort�s sugiere al capit�n general el traslado de villa y puerto de Zacatula a Acapulco, �ste lo acepta y le da algunas recomendaciones: hacer asiento, construir una amplia casa junto al desembarcadero que sirva de residencia, de almac�n para lo necesario y de bodega donde guardar las mercanc�as que transporten los barcos.
No sabemos cu�ndo Francisco Cort�s desahog� sus diversos encargos en Michoac�n y en tierras hoy guerrerenses. Tal vez regres� por corto tiempo a la ciudad de M�xico donde, a fines de la primavera de ese a�o de 1524, el capit�n general le hizo entrega de instrucciones por escrito, uno de los documentos cortesianos m�s sugerentes y que es clave para conocer la estrategia militar de las huestes castellanas en la Nueva Espa�a; en �stas ven�a la orden de ponerse en camino de inmediato hacia Colima.