DE SEPTIEMBRE DE 1969 A SEPTIEMBRE DE 1981 dos gobiernos presentaron cierta unidad. En ambos per�odos la actividad y la inversi�n p�blica alcanzaron dimensiones inusitadas. En el primero se oper� con un total de 21 000 millones de pesos; mientras que en el segundo con 41 230. La continuidad pol�tica se expres� con un ritual c�vico en el D�a de la Fraternidad del Estado de M�xico, celebrado en la serran�a de Las Cruces. A ese lugar se llega por dos secciones de un mismo camino: el paseo Tollocan, empresa del gobierno de Carlos Hank Gonz�lez, y la autopista que conduce hasta la Marquesa, obra de la administraci�n de Jorge Jim�nez Cant�.
En el primero de dichos sexenios la creatividad de Hank Gonz�lez y su equipo, ampliamente respaldados por Luis Echeverr�a, afront� los mayores problemas de asentamientos humanos. Millones de habitantes en torno al Distrito Federal presentaban una compleja problem�tica por, entre otras cuestiones, irregularidad en la tenencia de la tierra, falta de vivienda y escuelas, escasez o carencia de agua, deficientes vialidad y vigilancia, etc. Hab�a lugares donde faltaban algunos servicios, pero en otros su ausencia era total.
El problema no se resolvi� del todo, pero s� en cierta medida, aprovechando la capacidad de trabajo, cr�dito e impuestos de esos mismos habitantes y del resto de la entidad. Ello requiri� no s�lo la expropiaci�n de ejidos y la titulaci�n de los nuevos poseedores, sino adem�s una profunda reforma fiscal. Se acabaron las exenciones de impuestos a la industria, pero al mismo tiempo se fomentaron nuevos parques industriales. Asimismo, se crearon empresas con fondos propios y de cierta autonom�a, pero al servicio del estado, esto es, organismos descentralizados como el Instituto de Acci�n Urbana de Integraci�n Social (AURIS). As�, fue posible convertir un hacinamiento de gente que se debat�a entre el fango, en un espacio habitable; el resultado fue Ciudad Nezahualc�yotl. As� tambi�n se levant� en poco tiempo otra ciudad, Cuautitl�n Izcalli. Sin embargo, el vertiginoso crecimiento de la poblaci�n pronto volvi� a sobrepasar las soluciones.
Para detener el �xodo a la metr�poli se dieron otros apoyos a la econom�a lugare�a, como las factor�as rurales y las artesan�as. Se fomentaron, pues, las peque�as f�bricas manufactureras o de maquila en 97 poblados de la entidad, donde se empez� a trabajar con ropa, art�culos el�ctricos, materiales de construcci�n, etc. Bajo la directriz del gobierno, las artesan�as dejaron de ser art�culos de escasos ingresos y t�cnicas atrasadas para convertirse en producto, tanto art�stico como tecnificado, capaz de entrar en el mercado de exportaci�n como art�culo suntuario.
A todos los rumbos del estado se dirigi� la reforma municipal. No desangrar la econom�a de los ayuntamientos quit�ndoles impuestos. Al contrario, fortalecer su desenvolvimiento haci�ndoles participar hasta en 50% del impuesto predial. Simult�neamente se llevaba a cabo la transformaci�n o remodelaci�n de m�s de 100 pueblos con la introducci�n de drenaje y alcantarillado; banquetas, pavimento, plazas, fachadas, alumbrado, presidencias municipales, etc. Aparte, en otros lugares se transformaron m�s de 100 000 jacales en moradas m�s dignas y se levantaron 23 nuevas poblaciones.