Uno de los campos donde Topete tuvo mayores problemas fue en el educativo. Desde 1932 se hab�a observado un notable incremento de alumnos de primer nivel, mientras que el presupuesto del ramo era casi un mill�n de pesos menor que en 1928. Asimismo, comenz� a hablarse de la reforma al art�culo 3� constitucional, al tiempo que arreciaba la campa�a contra la injerencia del clero en la ense�anza. El magisterio, por su parte, fue asumiendo un papel m�s activo despu�s de 1932, cuando se fund� en Guadalajara la Confederaci�n Mexicana de Maestros, la primera en su g�nero en todo el pa�s, a la cual se sum�, en junio de 1933, la Federaci�n de Maestros de Jalisco. De esta manera, el profesorado qued� en buenas condiciones para enfrentar la intromisi�n de la Iglesia en su menester y lo que vino despu�s al intentar implantarse la educaci�n socialista.
Vale la pena se�alar que en contra de la educaci�n socialista surgieron importantes n�cleos de estudiantes y maestros universitarios en varias ciudades del pa�s. En Jalisco, la Federaci�n de Estudiantes Universitarios se opuso al respaldo otorgado al gobierno por el comit� local de la Confederaci�n Nacional de Estudiantes Socialistas, que posteriormente se convertir�a en el Frente de Estudiantes Socialistas de Occidente (FESO
).
La divisi�n entre los universitarios sobrevino en octubre de 1933, a causa de los cambios introducidos en su casa de estudios por un importante grupo encabezado por el propio rector Enrique D�az de Le�n, quien despu�s de participar en el Primer Congreso de Universitarios Mexicanos quiso aplicar en Guadalajara los acuerdos all� tomados en favor de la referida educaci�n socialista. La disputa termin� en una gran huelga estudiantil, que llev� a la renuncia del rector y al cierre de la universidad, ahora provista de una nueva Ley Org�nica.
El 8 de octubre de 1934, la C�mara de Diputados dio a conocer la reforma al art�culo 3� constitucional, la cual establec�a que la educaci�n ser�a ahora socialista. De inmediato comenzaron a oponerse por doquier diversos grupos de estudiantes y padres de familia. En Guadalajara, ante la arremetida estudiantil, el nuevo rector Manuel R. Alatorre y otros funcionarios terminaron por dimitir. Finalmente, el gobernador cerr� de nuevo la universidad supuestamente para dar paso al Instituto Socialista de Altos Estudios, que nunca se hizo realidad.
Lejos de que la efervescencia despertada con las reformas moderara la postura gubernamental, �sta m�s bien tendi� a radicalizarse. De esa manera, en enero de 1935, el presidente C�rdenas promulg� otro Reglamento sobre Escuelas Particulares, a fin de que acataran lo ahora dispuesto en el nuevo art�culo 3�, el cual prohib�a que se manifestara en ellas cualquier culto o doctrina religiosa. Por conducto de la Uni�n Nacional de Padres de Familia (UNPF
), el clero exhort� a que no se modificara el car�cter de tales planteles o que se mandara a los hijos donde no lo hicieran. En consecuencia, a partir de febrero de 1935 casi todas las escuelas particulares acabaron por cerrar sus puertas.
A los tres d�as de que Topete asumi� la gubernatura se produjo un choque callejero
entre estudiantes universitarios, partidarios unos y enemigos otros de la pol�tica
educativa gubernamental. La respuesta del mandatario, adem�s de acusar a "los
elementos fan�ticos y a los estudiantes reaccionarios", fue prohibir categ�ricamente
la celebraci�n de cualquier otra manifestaci�n p�blica. Entonces, la Federaci�n
de Estudiantes Universitarios de Jalisco emprendi� la tarea de fundar una instituci�n
de estudios superiores que contara con el apoyo de los disidentes m�s acaudalados.
Naci� as� la Universidad Aut�noma de Occidente, que despu�s se llamar�a Aut�noma
de Guadalajara.