Iturbide se coron� emperador con el nombre de Agustin I, pero su imperio dur� pocos meses, ya que el joven general Santa Anna inici� contra �l la serie de cuartelazos que lo har�an famoso de 1822 hasta 1854. Agust�n I abdic� y un congreso constituy� M�xico (1824) como rep�blica federal, es decir formada a partir de la uni�n voluntaria de Estados libres y soberanos, uno de los cuales era Xalisco (Jalisco). Un informe de la �poca nos dice que:
Tepic sigui� bien y no ocurri� despu�s cosa notable, hasta marzo del a�o de 23 en que se public� el Plan de Casa Mata en Guadalajara y que con motivo de que el Teniente Coronel D. Eduardo Garc�a, Comandante de esta plaza y Puerto de San Blas, era sospechoso al Gobierno por parentesco del que fue Emperador, se destin� a sucederle al Coronel D. Luis Correa. Garc�a fue llamado a Guadalajara; Correa aceler� su marcha porque D. Miguel Ignacio Castellanos, segundo de Garc�a, hab�a inquietado al pueblo con sus procedimientos ilegales. Lleg� Correa, y Garc�a y Castellanos se fueron a Guadalajara.
Todo fue tranquilidad y confianza hasta el 19 de marzo del a�o de 24 en que ya Correa estaba por Colima y volvi� al mando Garc�a de quien desconfiaban a�n muchos de los que andaban a su lado.
Sabedor el Supremo Gobierno de su regreso nombr� de Comandante a D. Jos� Navarro, y Garc�a, apoyado del Gobernador y Comandante General de Guadalajara, no quiso entregar el mando porque Navarro era europeo.
Nombr� el Supremo Gobierno a D. Bonifacio Tostado y con arte se le detuvo en Guadalajara.
En este tiempo intermedio vinieron las tropas mexicanas a Guadalajara, la
ocuparon, puso el E. Sr. Bravo orden a Garc�a para que entregara a D. Flaminio
Agarini la Comandancia de San Blas y la de aqu� a su segundo y despu�s de
varias resistencias que angustiaban al vecindario entreg� aquella Comandancia
y se obstin� en �sta, haciendo unas prevenciones de armas y pertrechos que
aumentaban las angustias, hasta que el 19 de junio del mismo a�o revent�
el volc�n, present� las tropas en la plaza y public� el Plan que llamaron
de Celaya inserto en El Iris de Jalisco de ese mes. Parte de sus
oficiales lo abandonaron y se salieron de la ciudad como casi todos los
europeos y algunos criollos. Sac� con fuerza m�s de veinte mil pesos de
la Aduana; el desorden progresaba, las alarmas se repet�an, se compromet�a
el Ayuntamiento, a todos zozobraban.
Uno de los que desampararon a Garc�a fue el Teniente Coronel D. Jos� Dolores
Morell�n quien reuni� 70 o 100 hombres a la legua y media de esta ciudad
e infundi� tanto respeto a Garc�a que ten�a 400 fusiles, un ca��n, alguna
caballer�a y mucha chusma, que sali� como a capitular con �l.
Nada se consigui�: Garc�a, fomentado de muchos pr�fugos de Guadalajara, sigui� preparando para guerra y despreciando las pocas reflexiones juiciosas a que prest� o�do. Ven�a a ese tiempo el referido Correa a encargarse de esta Comandancia por disposici�n del Sr. Bravo: supo en el camino el fatal estado de Tepic; vol� a unirse con la tropa que ten�a Morell�n y el 23 de junio se present� en la puerta de esta ciudad. Garc�a form� su tropa en la plaza y envi� a decir al Ayuntamiento que har�a lo que dispusiera. �ste le contest� que iba una comisi�n a hablar con Correa, y saliendo de esta ciudad por el viento opuesto, la rode� hasta ponerse en batalla; hizo fuego con el ca��n y fusiler�a. La tropa de Correa, que era s�lo caballer�a, se le fue encima y los vencieron, habiendo en el acto de resultas de �l, como 30 muertos de los de Garc�a y ocho o diez de los de Correa. Garc�a, Rosemberg, D. Domingo Morales, D. Ignacio Brise�o, Pedroza y otros oficiales quedaron prisioneros con mucha tropa a quien luego se dio libertad.
Se dio cuenta al E.S. Bravo. Mand� se les hiciese a los oficiales consejo de guerra y que se ejecutara luego lo que el consejo acordase.
Mientras que se hicieron las sumarias elev� la principal parte de esta poblaci�n
por extraordinario una s�plica al E.S. Bravo a favor de Garc�a, que se crey�
no escapaba, no se oy�, y como fue por conducto del Comandante Correa, se
le extra�� a �ste dici�ndole que se hab�a recibido una interposici�n por
Garc�a cuando espera E.S. el parte de haber hecho el consejo de guerra y
cumplido lo que dispusiese. As� fue y se fusilaron a Garc�a, Rosemberg,
Brise�o y Morales, y a los dem�s se les impusieron otras penas, y desde
entonces hasta hoy no ocurre otra cosa que conduzca al objeto con que pide
el Supremo Gobierno este informe.
Tepic, 21 de septiembre de 1826
Dr. J. Ma. V�zquez Borrego
[r�brica]
En 1824 la Constituci�n afirma la autonom�a de los estados, es decir, establece que se gobiernen ellos mismos en todos los asuntos p�blicos (pol�tica, justicia, comercio, salubridad, ense�anza, etc.), menos cuando se trate de relaciones con otros pa�ses o de guerra; cada estado de la rep�blica elige su propio congreso que redacta su constituci�n, es decir, la ley que organiza la vida pol�tica local (gobernador, diputados, municipios, elecciones).
El Congreso Constituyente de Jalisco se instal� en 1824 con diputados que elaboraron la Constituci�n y dispusieron la existencia de por lo menos 30 diputados, o sea uno por cada 22 000 habitantes. Entonces Jalisco ten�a cerca de 650 000 habitantes, y el actual estado de Nayarit, con sus 55 000 pobladores, cont� con tres diputados para representarlo en Guadalajara.
El primer gobernador de Jalisco fue Prisciliano S�nchez, nativo de Ahuacatl�n. Jalisco se dividi� en 26 departamentos, encabezados por prefectos. Al territorio del actual Nayarit correspondieron los cinco departamentos de Ahuacatl�n, Compostela, Tepic, Sentispac y Acaponeta.
La Constituci�n de 1824 decidi� tambi�n agrupar los 26 departamentos en ocho cantones. El s�ptimo cant�n comprend�a los cinco departamentos citados, de tal manera que el actual estado de Nayarit corresponde al antiguo s�ptimo cant�n. Seg�n los reg�menes pol�ticos, el territorio que nos interesa cambi� de nombre, llam�ndose a veces cant�n y a veces distrito, pero siempre se qued� con el n�mero s�ptimo, y siempre Tepic qued� como capital.