La imprenta


El padre Mier trajo en la expedici�n un arma poderosa: la imprenta, adquirida en Londres. A su paso por los Estados Unidos trajo tambi�n al impresor, Samuel Bangs. De esta prensa salieron bandos, proclamas y todo g�nero de propaganda a favor de la causa. A la ca�da de Mina, el brigadier Joaqu�n de Arredondo captur� esta pieza y la traslad� a Monterrey. No s�lo la prensa fue capturada, tambi�n fue capturado fray Servando y conducido a M�xico. Tratado inhumanamente en el camino, se rompi� un brazo, el mismo que se hab�a fracturado en las nevadas calles de Londres. Confinado en un calabozo, la Inquisici�n le someti� a un largo proceso; se trataba de un enemigo temible y se acord� remitirle nuevamente a Espa�a.

Pero el padre Mier logr� escabullirse de La Habana y pasar a Nueva Orle�ns. Residi� all� y en Filadelfia hasta 1822; escribiendo abundantemente en favor de la independencia. Consumada �sta, volvi� a M�xico pero a otra prisi�n terrible: el castillo de San Juan de Ul�a. Liberado durante una revuelta popular logr� enfrentarse personalmente a Iturbide y censurarle su aceptaci�n para ser coronado emperador. Entonces fue preso nuevamente por conspirar contra el imperio.


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