La revoluci�n de Tuxtepec


Quienes desde hac�a tiempo pugnaban por un cambio se lanzaron de nuevo a la lucha. D�az, quien hab�a suscrito en diciembre de 1875 el Plan de Tuxtepec, redactado por Vicente Riva Palacio, estim� que era en el norte donde deb�a de iniciarse el movimiento armado, por las ventajas de la proximidad de la frontera.

El mismo Porfirio D�az, como jefe del Ej�rcito Regenerador, en marzo de 1876 pas� a Brownsville con Manuel Gonz�lez y otros, a planear la organizaci�n de fuerzas. En el noreste encontr� el apoyo de Ignacio Mart�nez, sublevado en Tula el 5 de marzo; el de Jer�nimo Trevi�o, levantado en Cerralvo en la misma fecha; el de Francisco Naranjo, rebelado en Lampazos el d�a 8.

El 21 de marzo, D�az hizo en Palo Alto, Tamaulipas, algunas modificaciones al Plan de Tuxtepec. Permaneci� en Matamoros hasta fines de abril. Mariano Escobedo, jefe de la Tercera Divisi�n, fue comisionado para combatirlo, y cuando las fuerzas de �ste se acercaron por Papagayos hasta Cerralvo, D�az desisti� de su prop�sito de tomar Monterrey y s�lo lleg� a la villa de General Escobedo con poco m�s de 1 000 hombres de las fuerzas de Naranjo, Hip�lito Charles, Juan C. Vara y otros. All� se le incorpor� Trevi�o con 400 hombres.

El general Fuero sali� de Monterrey con 700 hombres a enfrent�rsele, reforzado por Juli�n Quiroga que sali� de Salinas Victoria con 340 soldados. El 20 de mayo de 1876 D�az se posesion� tras los cerros del puesto del Indio, en Icamole, del municipio de Mina. El lugar era estrat�gico y le permiti� hacer prisioneras las guerrillas avanzadas del teniente Luis G. Estrada y las del contrarresguardo, de Alberto Mendoza. Fuero dispuso el ataque: por la derecha, con las fuerzas del general Ambrosio Conde, en las que figuraban, entre otros, los Rifleros de Nuevo Le�n, al mando del teniente coronel Le�n Flores. A la izquierda, las columnas de Juli�n Quiroga. Durante el combate hubo cambios en el frente izquierdo, reforzados con los soldados de Juan E. Guerra. La victoria favoreci� a las armas lerdistas.

Es muy conocida la referencia de que Porfir�o D�az verti� algunas l�grimas, de rabia o de impotencia, en esta derrota ganando el mote de "el Llor�n de Icamole". Tambi�n la de que, cuando con mofa recrimin� a los jefes dici�ndoles: "Pues no dec�an que los nuevoleoneses eran tan valientes"; Naranjo le repuso de inmediato: "�Acaso Quiroga es de Oaxaca?"

D�az continu� su campa�a en el interior del pa�s, hasta obligar a Lerdo a dejar la presidencia y salir del pa�s; entr� en M�xico el 23 de noviembre y asumi� el cargo supremo en abril de 1877.


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