XXV. EL GOBIERNO DE BERNARDO REYES


CONCLUIDAS LAS REVUELTAS de la Noria y la de Tuxtepec, la primera contra Ju�rez y que acab� al fallecimiento de �ste, y la segunda contra Lerdo, quien se vio precisado a salir del pa�s, Porfirio D�az asumi� la presidencia (1876-1880). Tras un par�ntesis de cuatro a�os cubiertos por su incondicional amigo y compadre Manuel Gonz�lez, volvi� a hacerse cargo del gobierno en 1884, iniciando as� su largo mandato de tres d�cadas.

En Nuevo Le�n hab�an prevalecido dos corrientes pol�ticas antag�nicas. Una, de car�cter localista y de abierta resistencia a someterse a las disposiciones del centro; la otra, civilista y dispuesta al cumplimiento pac�fico de las leyes. Sosten�an al primer grupo el gobernador Genaro Garza Garc�a y dos viejos caudillos de las �ltimas luchas nacionales. Jer�nimo Trevi�o y Francisco Naranjo. Del segundo era principal animador L�zaro Garza Ayala, ameritado militar y jurista.

A fin de controlar esta situaci�n D�az envi� a Nuevo Le�n al general Bernardo Reyes en misi�n especial y con el car�cter de jefe de las armas. La h�bil intervenci�n de Reyes en los comicios municipales logr� que en todos los municipios fueran electos (o impuestos) alcaldes desafectos al gobierno local. Garza Garc�a sali� a M�xico a conferenciar con el presidente, dejando en su lugar al licenciado Mauro A. Sep�lveda. �ste tuvo la imprudencia de abandonar la ciudad y de pedir la ayuda federal para sofocar varios incidentes que provocaron la disoluci�n de la legislatura estatal, en noviembre de 1885.

.El orden constitucional qued� inexistente por haber delegado el Congreso sus poderes en el gobernador Sep�lveda. �ste, con gente armada, se afortin� en su casa en Monterrey, en absoluta rebeld�a. Los disparos contra las fuerzas federales que fueron a someterlo ocasionaron trece bajas entre muertos y heridos. Sep�lveda al fin se rindi� cuando un mensaje del presidente le inform� que el Senado hab�a decretado la desaparici�n de los poderes constitucionales en Nuevo Le�n. En el mismo mensaje le daba la noticia de que el 2 de diciembre Bernardo Reyes hab�a sido nombrado gobernador provisional, para cubrir el tiempo que faltaba al periodo de Genaro Garza Garc�a (3 de octubre de 1887). A su retorno a M�xico don Genaro se alej� para siempre de la pol�tica, siendo fama que devolvi� siempre al presidente la correspondencia, sin abrir.

Reyes, gobernador provisional
Par�ntesis Garzayalista
Gobierno de Reyes, 1889-1909

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