Aridoam�rica y Mesoam�rica


Se ha insistido mucho en la diferencia entre los pobladores de estas dos �reas, sobre todo en funci�n de sus desarrollos materiales y de acuerdo con par�metros que, en su mayor�a, servir�an m�s para observar las mentalidades y los fen�menos hist�rico-sociales europeos que los americanos. Si logramos desechar aquellas comparaciones —que manifiestan, en relaci�n con el �rea mesoamericana, una superioridad cultural, tecnol�gica, civilizadora u organizativa—, obtendremos mayores beneficios de esta teor�a. Quiz� el m�s valioso consiste en haber se�alado y caracterizado distintas formas de vida, opciones y expresiones hist�rico-culturales.

Las diferencias entre las dos �reas no son s�lo culturales. Una muy importante reside en el ambiente y, por tanto, en las relaciones ecol�gicas. Mesoam�rica goza de multitud de climas, lo que implica para sus pobladores la posibilidad de contar con plantas y animales diferentes. De la variedad y, en muchos casos, la abundancia de los recursos se origin� un intenso intercambio entre las distintas zonas, as� como tambi�n intensas luchas por dominar los territorios m�s ricos y, una vez conquistados, asegurar la presencia de los vencedores mediante la fundaci�n de asentamientos permanentes y sistemas productivos de importancia.

En cambio, los pobladores de Aridoam�rica ocuparon un territorio menos variado y exuberante. La falta de lluvia y de grandes corrientes fluviales no propiciaba la agricultura, salvo la de temporal o de subsistencia. Dedicaban una parte de su tiempo a estas formas de agricultura menor, pero su mayor actividad era la cacer�a y la recolecci�n de plantas y frutos silvestres. No desarrollaron grandes centros de poblaci�n, como en el caso de Mesoam�rica, ya que consegu�an su sustento tras largas traves�as y, al hacer pocos intercambios con otras tribus, se ve�an obligados a mudarse constantemente en busca de mejores alimentos y vivienda.

As� como las formas de vida en Mesoam�rica expresan una evoluci�n y un desarrollo que implicaron la aparici�n de oficios y funciones especializados en un orden social complejo y minuciosamente jerarquizado, en Aridoam�rica las estructuras mantuvieron sus n�cleos tribales y una gran movilidad y versatilidad en las funciones de la vida cotidiana y religiosa. Esta �ltima caracter�stica hizo que los espa�oles, en el dilatado y sangriento proceso de la conquista de estos pueblos, percibieran incluso entre estos mismos una notoria resistencia a comprender y respetar el principio de autoridad.

Las caracter�sticas generales de estas �reas parecen responder —si no del todo— a las definiciones de los pueblos sedentarios y n�madas en lo que respecta a sus expresiones art�sticas. Mientras los primeros tienden a desarrollar las formas art�sticas espaciales: arquitectura, pintura, escultura, escritura, los segundos desarrollan las vinculadas al tiempo: m�sica, poes�a, danza, por lo general en una sola manifestaci�n que las engloba. Por tratarse de la forma m�s antigua de expresi�n est�tica y religiosa, entre los pueblos sedentarios pervive el complejo m�sica-poes�a-danza; sin embargo, su ejercicio se vuelve exclusivo de grupos especializados que, al sofisticarlo, adquieren un mayor control sobre sus formas, contenidos y usos.

Dadas estas caracter�sticas procederemos pues a describir con m�s detalle las diversas culturas ind�genas que poblaron y, con las dram�ticas variaciones de la aculturaci�n y transculturaci�n, a�n pueblan el territorio que ahora ocupa el estado de San Luis Potos�.


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