Penetraci�n espa�ola en la Huasteca


En junio de 1518, Juan de Grijalva y sus hombres llegaron a la altura de lo que se llam� San Juan de Ul�a. Continuaron costeando hacia el norte, pasaron las sierras de Tusta y luego otras muy altas, que ahora se nombran de Tuspa. Primo Feliciano Vel�zquez recoge lo escrito en la cr�nica de Bernal D�az del Castillo: "e caminando m�s adelante —dice el cronista de la expedici�n—, vimos muchas poblaciones, y estar�an la tierra adentro dos o tres leguas, y esto es ya en la provincia de P�nuco". Llegaron despu�s a un r�o caudaloso y le dieron el nombre de Canoas (probablemente el r�o Tanhuijo), porque ah� fueron atacados por guerreros ind�genas que ven�an en grandes canoas. Prosigui� la expedici�n hasta una punta muy grande (tal vez el Cabo Rojo), dif�cil de doblar por las muchas corrientes. En este punto la expedici�n regres� a la isla de Cuba.

En los �ltimos meses de 1518, Alonso �lvarez de Pineda fue enviado por el gobernador de Jamaica, Francisco de Garay, para realizar, al mando de una expedici�n, un reconocimiento del litoral de la Florida. Al sufrir una serie de contratiempos en su camino hacia el este, vir� al occidente y sigui� despu�s a lo largo de la costa del Golfo de M�xico hasta el r�o P�nuco, en cuya desembocadura hall� un pueblo grande donde sin mayores impedimentos pasaron alrededor de 40 d�as, carenando los nav�os. Al remontar unas seis leguas la corriente del r�o, descubrieron en ambas m�rgenes cerca de 40 pueblos.

El prop�sito de Garay era que la expedici�n al mando de �lvarez de Pineda pusiera una mojonera que delimitara las tierras descubiertas por ellos de las sometidas por Hern�n Cort�s; sin embargo, nunca se coloc� debido a la resistencia de �ste. Garay no cej� en su empe�o y en agosto de 1520 envi� al capit�n Diego de Camargo para edificar una fortaleza. El grupo lleg� a P�nuco, desembarc� y cometi� muchos abusos con los ind�genas del lugar, quienes se rebelaron violentamente. Los espa�oles huyeron rumbo a la Villa Rica de la Vera Cruz. En octubre de ese mismo a�o, Garay envi� otra carabela al mando de Miguel D�az de Aus para auxiliar a la expedici�n de Camargo. Entraron en P�nuco y permanecieron 30 d�as sin ver gente; los indios de aquella provincia los atacaron y el grupo se refugi� nuevamente en la Villa Rica. Poco despu�s lleg� otro nav�o con 120 hombres, despachado por Garay en ayuda de su armada. Pronto supieron de la suerte corrida por sus antecesores y se unieron a Cort�s en Tepeaca; sin embargo, Garay no desisti�. Hab�a solicitado a la corte la concesi�n sobre lo que descubriese al norte del r�o de San Pedro y San Pablo, despachos que obtuvo en Burgos en 1521. La provincia de P�nuco recibir�a entonces, de acuerdo con la concesi�n imperial, el nombre de Victoria Garayana. Por ello escribi� a Cort�s, avis�ndole que, para venir a tomar posesi�n de su descubrimiento, preparaba en Jamaica una armada, con asistencia y favor del almirante Diego Col�n —hijo de Crist�bal Col�n—. Esto fue suficiente para que Cort�s decidiera marchar al P�nuco en octubre de 1522 para impedir el prop�sito de Garay. Llevaba un ej�rcito compuesto de 300 peones, 120 de a caballo, alguna artiller�a y 40 000 ind�genas aliados al mando de Ixtlilx�chitl. En Ayotochcuitlatlan (se cree que es el actual Coxcatl�n), Cort�s y sus hombres lucharon contra los huastecos; al someterlos, Oxitipa y sus tributarios quedaron sujetos al poder�o espa�ol.

De Coxcatl�n, Cort�s pas� a Tampamol�n, San Francisco Tancuayalab, Tamu�n, P�nuco y Chila y, sometidos los huastecos, fund� en P�nuco la Villa de Santiesteban del Puerto el 26 de diciembre de 1522.

Dej� como lugarteniente a Pedro Vallejo, reparti� encomiendas en los pueblos y se adjudic� los se�or�os de Tamu�n y Oxitipa. Regres� a M�xico a principios de 1523.

En plena �poca de lluvias, el 25 de julio de 1523, la expedici�n de Francisco de Garay lleg� al r�o de las Palmas, hoy de Soto la Marina desde donde inici� su avance entre los fangales hacia P�nuco y por mar envi� sus barcos a esperarlo en el r�o P�nuco. Al tener noticia Hern�n Cort�s de su llegada a la Huasteca, envi� a Pedro de Alvarado con fuerzas suficientes y apres� a Garay. Una real c�dula hab�a reconocido la conquista de la regi�n efectuada por Cort�s, pero Garay y su gente hab�an soliviantado a los naturales, lo que caus� graves des�rdenes en la regi�n y los huastecos se alzaron contra los espa�oles. En 1524 Cort�s envi� a Gonzalo de Sandoval a efectuar una entrada en los valles de Oxitipa, con el objeto de someter nuevamente esta regi�n. Bajo su mando llev� a Pedro Vallejo, Pedro Mart�n Aguado, Rodrigo de Casta�eda, 50 hombres de a caballo, 100 peones, 15 000 acolhuas a las �rdenes de Yoyotzin, hermano menor de Ixtlilx�chitl, y otros 15 000 mexicanos al mando de un sobrino de Cuauht�moc.

Para escarmentar a los huastecos por su alzamiento, Gonzalo de Sadoval mand� apresar a cerca de 400 se�ores o caciques en el pueblo de Xatxapala (hoy en Veracruz); los caciques o se�ores de Tamazunchale, Tacetuco, Guautla y otros pueblos protestaron en�rgicamente. A pesar de sus protestas, Sandoval mand� quemar a varios de los caciques y es probable que el resto se los haya llevado a M�xico. Con estos cr�menes comenz� la destrucci�n de la antigua y valiosa tradici�n cultural de los pueblos huastecos.

En lo que toca a Oxitipa, parece corresponder a Tanute, donde hay restos de una capilla con muros destruidos de piedra y otras ruinas, y no a Valles, como algunos se�alan. La jurisdicci�n de Oxitipa colindaba con la del pueblo de mexicanos de Coxcatl�n, que antes tambi�n hab�a sido huasteco.

El se�or�o de Oxitipa sigui� en poder de Hern�n Cort�s, pero �ste sali� para las Hibueras despu�s del 12 de octubre de 1524. El grupo espa�ol que qued� en M�xico aprovech� la ocasi�n para quitarle la encomienda o se�or�o de Oxitipa, que fue dado en 1525 a Gonzalo de Ocampo. Otro golpe contra Cort�s fue el nombramiento real de gobernador de la provincia y r�o de P�nuco y Victoria Garayana dado a Nu�o Beltr�n de Guzm�n, quien lleg� a Santiesteban del Puerto el 24 de mayo de 1526.

En 1527 se cre� la Primera Audiencia de la Nueva Espa�a y Nu�o de Guzm�n fue nombrado su primer presidente. En la Huasteca hab�a quitado sus encomiendas a las que se mostraban partidarios de Cort�s. Al irse a M�xico dej� como lugarteniente del gobernador de P�nuco y su jurisdicci�n, de la que depend�a Oxitipa, a Lope de Mendoza y de teniente del gobernador, a Juan de Cervantes y Casaus, que tambi�n fue factor y veedor del P�nuco y la Huasteca. No pas� mucho tiempo en M�xico sin problemas, as� que el 22 de diciembre de 1529 sali� con un gran ej�rcito para la conquista de la Nueva Galicia, hoy Jalisco. Nu�o de Guzm�n no dej� el control de la provincia de P�nuco, sino que pretend�a incorporarla a la jurisdicci�n de la Nueva Galicia; por ello fund� la Villa de Santiago de los Valles de Oxitipa, el 25 de julio de 1533. Ese mismo a�o recibi� una c�dula real que le prohib�a continuar con el t�tulo de gobernador de la provincia de P�nuco.

Hacia 1535, con el establecimiento del virreinato de la Nueva Espa�a la Provincia y Gobernaci�n de P�nuco se convirti� en la Alcald�a Mayor de P�nuco y Tampico. Valles se convirti� entonces en Alcald�a Mayor; pero dependiente de la Nueva Galicia. Hacia 1550, Valles dependi� otra vez de la Alcald�a Mayor de P�nuco, y por lo tanto del virreinato y de la Audiencia de M�xico.

Entre 1578 y 1581 se nombr� el primer alcalde mayor de la Villa de los Valles de Oxitipa y alcanz� entonces su mayor extensi�n: por el norte su jurisdicci�n era indefinida, e inclu�a a Tanchipa al norte del Mante y pasaba adelante de la Mesa de Llera y del Jaumave; por el noroeste, se extend�a adelante de Matehuala; por el poniente y noroeste inclu�a tambi�n las zonas del Valle del Ma�z y de Guadalc�zar, as� como las de Tamasopo, Tampasqu�n, Tanlacu, Xilitla y Xalpan; por el sur inclu�a la zona de Chapulhuac�n y por el oriente part�a l�mites con las Alcald�as Mayores de P�nuco y Tampico y de Huejutla.

Hacia 1532 entr� a evangelizar en la Huasteca fray Andr�s de Olmos. Cuando fund� en 1554 el convento franciscano de San Luis de Tampico, estableci� la Custodia de San Salvador de Tampico, que depend�a de la Provincia Franciscana del Santo Evangelio en el Arzobispado de M�xico. Esta Custodia tuvo al principio las siguientes misiones y conventos: Tampico, Valles, Ozuluama, Tamaholipa, Tamu�n, San Francisco Tancuayalab y Huehuetl�n; despu�s se agregaron otras en Tampasqu�n, Tametad, La Palma, Tanlacuix, San Nicol�s de los Montes y en el siglo XVIII las de la Colonia del Nuevo Santander.

Hacia 1539, fray Agust�n de la Roa pas� a predicar y a ejercer su ministerio en Oxitipa y su regi�n.

Al principio, la Huasteca perteneci� por jurisdicci�n eclesi�stica al obispado de Tlaxcala, despu�s al de M�xico y, cuando �ste se convirti� en 1542 en arzobispado, tambi�n le pertenec�a la jurisdicci�n de la Alcald�a Mayor de la Villa de Santiago de los Valles de Oxitipa.

Fray Alonso de la Veracruz visit� Xilitla en 1550 y 1551. Mand� edificar el templo y el convento agustiniano de Xilitla en el estilo plateresco y de fortaleza propio de la �poca; se termin� en 1557.

Gran parte de las tierras de la Huasteca fueron concedidas a los espa�oles en encomienda. Cuando se orden� la extinci�n de las encomiendas, se comenzaron a otorgar las mercedes de tierra, principalmente a partir de 1542. La merced era un t�tulo perpetuo sobre la tierra que inclu�a, adem�s de �sta, el agua, los montes o bosques y los pastos que tuviera. Desde entonces fue la Huasteca una zona destinada a la cr�a de ganado mayor.


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