El poder regional y la revolución: la familia Santos


La familia Santos ya era conocida en el sur de la Huasteca desde principios del México independiente. Durante el siglo XIX la familia fue adquiriendo tierras en donde criaba ganado mayor. Se denominaban convencidos "liberales" frente a otros grupos de la región, a los que denominaban "gobiernistas" o "reaccionarios".

Pedro Antonio Santos Santos nació en Tampamolón alrededor de 1854. Se casó el 20 de mayo de 1886 con Isabel Rivera Romero, originaria de San Martín Chalchicuautla. Tuvieron ocho hijos: Sofía, Samuel, Pedro Antonio, Teodoro, Miguel, Concepción, Gonzalo y Gertrudis. Pedro Antonio Santos Santos fue presidente municipal de Tampamolón en 1879 y en 1912.

En buena medida, la participación de esta familia en el movimiento revolucionario se entiende en el contexto de los problemas locales, como explica Enrique Márquez: "A partir de 1881 las facciones encabezadas por los Martell y los Santos lucharían violentamente por la hegemonía de Tampamolón. Esta distribución exitosa del poder, como el riego por goteo, fue causa del desorden político aparente, de una continua movilización de sus respectivas clientelas pero, para los Santos [...] fue el origen del ambiente antiporfirista que poco a poco fue llenando su casa". Los Santos tenían fama de ser gente enérgica. Gonzalo Santos afirma, por ejemplo, que "en nuestros ranchos siempre había armas, mucha decisión para no dejarse atropellar y magníficas posiciones estratégicas para emboscadas defensivas".

Los hijos mayores, Samuel y Pedro Antonio, estudiaron en el Instituto Científico y Literario de la ciudad de San Luis Potosí. Pedro Antonio inició la carrera de leyes en 1907. En 1909 comenzó a participar en mítines políticos; formó parte del Club Democrático Potosino, del Club Reyista Potosino, del Centro Antirreeleccionista Potosino. Tenía contactos con muchas personas y contaba con las simpatías del Círculo de Obreros de la ciudad de San Luis Potosí. Durante el encarcelamiento de Madero en la ciudad de San Luis, colaboró como abogado en su defensa. Pedro Antonio se convirtió en un maderista ferviente y apoyó la organización del movimiento maderista en el estado, principalmente en la región Huasteca, donde las redes de relaciones tejidas por su familia eran sólidas y extensas. Fue ayudante confidencial de Madero, candidato a gobernador por San Luis Potosí y diputado federal en 1912.

Tras el asesinato de Madero se exilió en Cuba y después pasó a San Antonio, Texas, para comprar armamento y apoyar desde su región, con su familia y partidarios, el movimiento constitucionalista encabezado por Venustiano Carranza en contra de Victoriano Huerta. Combatió con las fuerzas de Lucio Blanco en Reynosa y Matamoros antes de entrar con los pertrechos de guerra a la Huasteca en julio de 1913. Sorprendido por una partida de huertistas, fue fusilado al llegar al pueblo de Tampamolón. Por su formación y vínculos, por su propia militancia, Pedro Antonio de los Santos fue el líder intelectual y revolucionario del Grupo de los Santos.

Ante los acontecimientos, Pedro Antonio Santos Santos, padre del líder asesinado, cambió su residencia a la ciudad de San Luis Potosí con sus hijas Gertrudis y Concepción y se alejó de la política. Tenía una pequeña huerta por el rumbo de San Juan de Guadalupe, al sur de la ciudad, que visitaba todas las mañanas. Murió en la ciudad de México el 28 de agosto de 1922, a los 68 años de edad. Su hijo, el general Samuel Santos, se encargó de trasladar sus restos por ferrocarril a la ciudad de San Luis Potosí, donde fue enterrado en el Panteón del Saucito.

La familia Santos, unidos a los Lárraga y los Terrazas, se afiliaron más tarde al constitucionalismo, pero aparte de esta alianza que les acarrearía un lugar privilegiado en la región, la familia Santos, Samuel y, sobre todo, Gonzalo, representaron una fuerza unida que disputaría los espacios del poder local y federal a lo largo de la primera mitad del siglo XX.


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