Pr�logo


ESTA BREVE HISTORIA DE SINALOA que usted, amable lector, se dispone a hojear fue escrita con la intenci�n de dar a conocer los hechos relevantes ocurridos en este territorio que hoy llamamos Sinaloa, hechos que, con el correr de los siglos, han formado al pueblo que habita dentro de sus confines. Se trata, pues, de la historia de los sinaloenses a lo largo de cinco siglos, escrita para que nos conozcan mejor nuestros compatriotas mexicanos y para que nos entendamos mejor los que somos sinaloenses. La palabra breve del t�tulo indica que hemos tomado ciertos hechos para narrar esta historia, aquellos que consideramos trascendentes para la formaci�n de la Sinaloa de hoy. En otras palabras, hemos destacado aquellos sucesos que, a nuestro leal saber y entender, son los medulares. Y m�s que hechos aislados, los presentamos como un proceso hist�rico, es decir, como una serie de acontecimientos que se suceden de manera concatenada a lo largo de los siglos. Es, entonces, m�s ambicioso el objetivo y m�s dif�cil de lograr, pero vale la pena, porque ense�ar la historia de los sinaloenses merece los mayores esfuerzos.

Esta obra parte de lo investigado por otros muchos historiadores. Sinaloa tiene muy buenos historiadores y de sus obras se nutre este trabajo. Sin embargo, no todos los asuntos ni todos los periodos han sido suficientemente estudiados; existen amplias lagunas en los relatos de la historia de Sinaloa, que inevitablemente se ver�n reflejadas en esta narraci�n, cuyo prop�sito es hacer una s�ntesis de dichas investigaciones, sin que se pueda, por el momento, colmar esos huecos, por sensibles que sean.

En la elaboraci�n de esta Breve historia de Sinaloa recib� el auxilio de numerosas personas a quienes debo mi agradecimiento. En primer lugar, a mis compa�eros del Seminario de Historia del Norte de M�xico, del Instituto de Investigaciones Hist�ricas de la UNAM, quienes con todo profesionalismo leyeron y criticaron los borradores de este trabajo y a cuyas sugerencias debo muchas ideas: Patricia Osante Carrera, Martha Ortega Soto, Edgar Omar Guti�rrez L�pez, Juan Jos� Gracida Romo y Mario Cuevas Ar�mburo; a Sa�l Jer�nimo Romero y Benito Ramos Meza, quienes han sido miembros de este seminario y tanto han aportado a la historia de Sinaloa. Doy las gracias a los investigadores, alumnos y maestros de la Facultad de Historia de la Universidad Aut�noma de Sinaloa y a los compa�eros investigadores del Instituto de Investigaciones Econ�micas y Sociales y de la Maestr�a en Historia Regional de la misma Universidad, cuyos trabajos est�n cimentando los actuales estudios hist�ricos sobre Sinaloa. A Rina Cu�llar Zazueta y a Nicol�s Vidales Soto, quienes generosamente me proporcionaron abundante material impreso sobre la historia de los sinaloenses. Para todos ellos mi sincero reconocimiento.


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