NO RESULTA F�CIL ENTENDER c�mo el licenciado Tom�s Garrido Canabal fue encumbrado al poder pol�tico formal en Tabasco ni c�mo adquiri� la fuerza que le permiti� rebasar a los combatientes revolucionarios, quienes primero hab�an tomado las armas contra Porfirio D�az y despu�s contra el usurpador Victoriano Huerta. Entenderlo resulta m�s complejo si se considera que tuvo que hacer a un lado al prestigiado general Jos� Domingo Ram�rez Garrido, su primo hermano y, adem�s, subsecretario de Gobierno del general Francisco J. M�gica y secretario general de Carlos Greene.
La fuerza del centro sobre la regi�n es lo que puede explicar el hecho de que, finalmente, Garrido haya logrado imponerse, pues supo contar con los apoyos del presidente �lvaro Obreg�n y de su secretario de Gobernaci�n, Plutarco El�as Calles. Las elecciones son un factor importante para entender la pol�tica regional, aunque la negociaci�n cupular aparece a veces como algo m�s definitivo para el nombramiento de un gobernador que el mismo proceso electoral.
Garrido Canabal inici� su primer gobierno constitucional exhibiendo las cualidades m�s apreciadas entonces: gran capacidad negociadora y buen pragmatismo pol�tico.
El 5 de julio de 1922, cuando el humo de la p�lvora no se hab�a dispersado totalmente, el Partido Liberal Constitucionalista Tabasque�o (PLCT) postul� al general Ram�rez Garrido como candidato a gobernador. Su programa resultaba atractivo para el momento, porque planteaba una utilizaci�n de los recursos encaminada al bienestar de la poblaci�n; una selecci�n de los hombres m�s "aptos" para la administraci�n, sin tomar en cuenta su filiaci�n pol�tica; la libertad de sufragio como "una cuesti�n de honor"; la independencia municipal de acuerdo con las disposiciones del art�culo 115 constitucional; el desarrollo de la riqueza agropecuaria y el impulso a la industria; el mejoramiento de las relaciones entre capital y trabajo seg�n la normatividad del art�culo 123 constitucional; garant�as a la peque�a propiedad, y evitar "los atropellos a que est� expuesta la gran propiedad por las interpretaciones err�neas o mal�volas de la Ley". El programa de Ram�rez Garrido consagraba especial deferencia a la instrucci�n p�blica y, finalmente, aseguraba completar las obras de la Barra de Frontera, cuesti�n que consideraba como el problema m�s importante del estado, y la "vida o la muerte para Tabasco, y que afecta, tambi�n, a una rica regi�n de Chiapas".
Su programa, sin embargo, no era suficiente para alcanzar la gubernatura. Sab�a que era necesario contar con la aprobaci�n de su primo, y para ello lo cit� el 29 de julio en la ciudad de M�xico. A la reuni�n asistieron, aparte de los dos Garrido, Rafael Mart�nez de Escobar y Clotario Margalli. El acuerdo que buscaba era simple: establecer el compromiso de que el �nico candidato para el pr�ximo periodo constitucional como gobernador del estado ser�a Jos� Domingo. �ste ofrec�a lo cual daba muestras del poder de Tom�s, entonces gobernador interino que en la elecci�n del 21 de agosto la legislatura quedar�a integrada por cinco elementos del partido y 12 de Garrido. Adem�s, �ste garantizaba que sus elementos apoyar�an la candidatura acordada. Y como todo quedaba en familia, se formaliz� tambi�n el acuerdo de que en las siguientes elecciones, en las que se elegir�an a tres diputados y un senador, cada una de las partes propondr�a a los candidatos.
Todo parece indicar que tres d�as despu�s el licenciado Garrido acord� con sus partidarios lanzar su candidatura por el Partido Radical Dem�crata Social Tabasque�o (PRDST), presidido por el diputado Miguel Torruco Jim�nez. �ste, junto con Manuel Garrido Lacroix, Alejandro Lastra, Santiago y Alejandro Ruiz, Fernando Garc�a y Juan Bautista de Dios Torres, constituyeron su bloque en el Congreso local. El del general Ram�rez, por su parte, estaba integrado por Clotario Margalli, Jos� Bartlet, Emiliano P�rez Rosas, Carlos Fidias S�enz y Prisciliano Sala Gurr�a, del PLCT, con distintivo azul; Lauro Aguilar Palma y Leonel Maga�a pertenec�an al PRDST, con distintivo rojo; y Francisco Pintado, postulado por el Club Independiente Aniceto Calc�neo, con distintivo blanco. Por alguna raz�n los colores que se utilizaron para distinguir a los grupos pol�ticos tabasque�os fueron los de la bandera francesa.
Aparentemente los m�s pertenec�an al PLCT, pero no era as� porque dos de los diputados de este partido se encontraban en prisi�n. Hab�a ocurrido que, ante una supuesta agresi�n en su contra, Aguilar dispar� a sus contrincantes, Torruco entre ellos; Maga�a, compa�ero de Aguilar, se refugi� con su familia, pues hab�a sido amenazado de muerte a ra�z del hecho. Finalmente, el 16 de septiembre de 1922, Garrido cambi� la sede del Congreso a Jalapa, donde present� su informe de gobierno, solamente frente a los diputados de su bloque, arguyendo la "falta de garant�as" por el ataque que hab�a sufrido el diputado Miguel Torruco Jim�nez.
�se fue el momento de la ruptura de Jos� Domingo Ram�rez Garrido con las autoridades nacionales, porque el presidente Obreg�n tom� partido por el primo de aqu�l, Tom�s Garrido Canabal. En la correspondencia que intercambiaron Ram�rez y el Ejecutivo federal, �ste manifest� que le resultaba dif�cil intervenir en el conflicto por carecer de "facultades para ello", y el 21 de septiembre le envi� un telegrama en el que respond�a a sus acusaciones: "Creo no encu�ntranse fundados por ahora temores abriga usted pues repugnantes asesinatos registrados aquella capital han sido en personas que militaban partido opuestos su candidatura". Para el d�a siguiente, Obreg�n era m�s claro respecto de la persona por la que hab�a tomado partido, al telegrafiarle: "deploro ligereza est� usted usando para juzgar casos tan delicados y para descargar a sus partidarios de responsabilidades que sobre ellos pesan por estos cr�menes que rechazan la civilizaci�n y la moral".
Ese mismo d�a, como buen entendedor, el general Ram�rez Garrido renunci� a su candidatura, no sin dejar clara denuncia de los hechos, revelada por Jos� Bartlet Bautista y Clotario Margalli Lara en La cuesti�n electoral tabasque�a (1923-1926):
Las maquinaciones de Tom�s Garrido y sus incondicionales en la C�mara de Diputados y la manifiesta complicidad o debilidad del gobernador Casanova, dieron margen a los sucesos sangrientos que todos conocemos y que sinceramente hemos lamentado; aunque en pueblos pasionales como el nuestro y en �nimos exacerbados por intrigas burdas, estos sucesos son perfectamente explicables.
Tambi�n los partidarios de Ram�rez renunciaron a sus postulaciones, pero solicitaron a Garrido que retirara la suya para demostrar que "no lo guiaban intereses bastardos ni rastreras ambiciones". La idea era que una persona imparcial ocupara la gubernatura, postura que hasta cierto punto hab�a avalado Adolfo de la Huerta, el secretario de Hacienda; en un telegrama enviado a Ram�rez, ped�a a los dos partidos "atenuar sus pasiones y antagonismos luchando siempre sobre el verdadero terreno democr�tico". Entonces, De la Huerta no imaginaba que en unos cuantos meses reforzar�a el poder de Tom�s Garrido Canabal con la rebeli�n que habr�a de encabezar, y que emprendi� cuando el nuevo gobernador constitucional de Tabasco acababa de tomar posesi�n para un periodo de cuatro a�os.