La tesis de mayor fuerza sobre el poblamiento del Continente Americano señala que fue poblado por inmigrantes mongoloides o protomongoloides que, desde Asia, cruzaron por el Estrecho de Bering en el curso de 43 000 años, de hace 50 000 a 7 000 años. Se calcula que a México llegaron hace unos 35 000 años; su sustento dependía de los recursos que encontraban, En el horizonte llamado arqueolítico por José Luis Lorenzo (cuadro 1), sólo se ha descubierto una huella de estos pobladores en Zacatecas: un hacha recuperada en Juchipila y registrada por Pedro Armillas, aunque no se ha precisado su antigüedad.
La frontera ecológica de Zacatecas está bien definida entre dos medios contrastantes:
uno montañoso y fértil, otro plano y semidesértico, ambos con distribución y
reproducción diversas de recursos. Aquí surgieron dos tipos de sociedades, agrarias
y nómadas, que desarrollaron modelos de existencia condicionados por la distribución
de los recursos y, sobre todo en el caso de las primeras, por una forma de pensar
que las hizo actuar sobre la naturaleza y la sociedad, y decidir estrategias
de trabajo común para elaborar así su cultura.
Siempre se ha considerado que las culturas agrarias se adaptan mejor al medio; pero esto no quiere decir que la adaptación de las sociedades nómadas recolectoras no haya sido también alta y especializada. En Zacatecas, este tipo de sociedad, con estructuras sociales flexibles y prontas a la supervivencia, superó la crisis que provocó la desaparición de las manifestaciones culturales más desarrolladas de los grupos agrarios y se resistió a la conquista española.
El estudio de esta frontera natural donde interactuaron dos sociedades diferentes es apasionante, aunque lleno de lagunas. Siendo una frontera real, las dos sociedades tuvieron intensas relaciones, con periodos de paz y de conflicto al sobrevenir la escasez de alimentos provocada por las crisis agrícolas.
Quizá las primeras adaptaciones al medio fueron las de grupos nómadas que para alimentarse y vestirse combinaron la cacería de especies menores y el aprovechamiento de especies vegetales. Por lo general, estos pequeños grupos estaban formados por 100 individuos, aunque podían congregar a 500 o hasta 1 000. La familia constituía la unidad básica de producción y consumo; las relaciones sociales se basaban en el parentesco; el trabajo era distribuido según el sexo y la edad. Los grupos nómadas conocían bien su medio, por lo que su economía distaba de ser precaria y, contra lo que podría suponerse, su alimentación era suficiente y variada.
Estos grupos buscaban lugares protegidos, con recursos alimentarios y agua potable. Entre los años 12000 a 5000 antes de nuestra era se asentaron en el centro-norte de México, principalmente en el oriente de la Sierra Madre Occidental, donde las corrientes de agua y la vegetación son más o menos abundantes.
Alrededor del año 5000 antes de nuestra era, el clima del Continente Americano cambió notablemente como resultado del retiro de los glaciares que cubrían el norte del planeta; avanzaron las zonas áridas; se redujeron lagos y corrientes; se secaron llanuras; desaparecieron especies vegetales y animales. El hombre logró una nueva adaptación, gradual y muchas veces imperceptible tras varias generaciones. Algunos grupos se trasladaron a las partes altas, mejor irrigadas y con mayor flora y fauna, otros a las zonas semidesérticas del altiplano; los primeros desarrollaron culturas agrarias, mientras que los segundos subsistieron gracias a la recolección y la caza. Esta fase preagrícola se conoce también como Cultura del Desierto y sus presuntos herederos son las tribus que los españoles encontraron en la región. Según los estudios disponibles sobre la Sierra Madre Oriental, la sierra de Tamaulipas y el valle de Tehuacán, la historia de la agricultura en México se remonta al año 6500 ± 100 antes de nuestra era, cuando se intensificó la recolección de vegetales y aumentó la población. Parece que las primeras plantas domesticadas fueron el aguacate y la calabaza, al mismo tiempo que se recolectaba algodón, chile, amaranto y maíz.
En el periodo de 4900 a 3500 antes de nuestra era se domesticó el maíz, el chile, el frijol y el zapote; y, en el periodo de 3500 a 2300 antes de nuestra era, al maíz híbrido en Tehuacán, que apareció en la zona de la Sierra Madre Oriental entre 3000 y 2000 antes de nuestra era. Se calcula que las plantas cultivadas constituían 30% de la alimentación, suficiente para un mínimo sedentarismo. Sin embargo, la vida agrícola y propiamente sedentaria se dio entre los años 2300 y 1500 antes de nuestra era, cuando apareció la cerámica.
En la región norponiente de la Gran Mesoamérica, la fase agrícola se registró a partir del año 2000 antes de nuestra era, con la introducción de maíz y calabaza provenientes de Surmesoamérica. Se cree que en esta zona la vida sedentaria se arraigó hacia el año 500 antes de nuestra era. Lamentablemente poco se sabe de los orígenes de la agricultura en Zacatecas; por ahora sólo puede afirmarse que ya había vida agrícola con asentamientos de aldeas en la región de la cultura de Tuitlán entre los años 1 y 100 de nuestra era.
Existen diferentes versiones acerca del origen de estas aldeas.
Según Richard Brooks, la agricultura de la vertiente oriental de la Sierra Madre Occidental se originó localmente; ahí se domesticaron especies silvestres hacia el año 6000 antes de nuestra era y hubo una continuidad formal entre los utensilios líticos de los grupos nómadas y las primeras aldeas. Otros investigadores opinan que la agricultura llegó de fuera y fructificó gracias al prolongado contacto con grupos humanos situados más hacia el centro de Surmesoamérica. Según la versión más aceptada, el territorio surmesoamericano de Zacatecas fue ocupado por grupos plenamente agrícolas, hecho que se ha intentado confirmar basándose en la similitud entre los materiales culturales de las primeras aldeas agrícolas de Zacatecas y los elementos de las culturas de Capacha y El Opeño, localizadas en el llamado Occidente, de Chupícuaro, Guanajuato y, del valle de México, en Zacatenco y Tlatilco.
Para los investigadores encabezados por J. Charles Kelley, este proceso que él llama colonización fue pacífico y permitió la ocupación de los asentamientos más adelantados a lo largo de un milenio. Hubo dos momentos muy marcados: el primero inmediatamente antes de la era cristiana, y el segundo durante la expansión de Teotihuacan. En contraste, para la corriente que encabeza Marie-Areti Hers, el proceso fue violento y súbito, provocado por grupos agrícolas advenedizos que arremetieron contra los grupos existentes y los desplazaron.