XXVIII |
En verdad ¡cuán varios y complejos
somos! ¿Nunca te ha pasado sentirte distinto de ti mismo? ¿No
has tenido nunca para tu propia conciencia algo del desconocido y el
extranjero? ¿Nunca un acto tuyo te ha sorprendido, después
de realizado con la contradicción de una experiencia que fiaban
cien anteriores hechos de tu vida? ¿Nunca has hallado en ti cosas
que no esperabas ni debajo de hallar aquellas que tenías por
más firmes y seguras? Y ahondando, ahondando, con la mirada que
tiene su objeto del lado de adentro de los ojos, ¿nunca has entrevisto,
allí donde casi toda luz interior se pierde, alguna vaga y confusa
sombra, como de otro que tú, flotando sin sujeción
al poder de tu voluntad consciente; furtiva sombra, comparable a ésa
que corre por el seno de las aguas tranquilas cuando la nube o el pájaro
pasan sobre ellas? |