CAPÍTULO XI
DEL SÉPTIMO SIGNO LLAMADO CE QUIÁHUITL,
Y DE SU DESASTRADA FORTUNA; DECÍAN QUE LOS QUE EN ESTE SIGNO NACÍAN ERAN NIGROMÁNTICOS, BRUJOS, HECHICEROS, EMBAIDORES. ES DE NOTAR QUE ESTE VOCABLO TLACATECOLOTL PROPIAMENTE QUIERE DECIR NIGROMÁNTICO O BRUJO; IMPROPIAMENTE SE USA POR DIABLO. CASI TODAS LAS CASAS DE ESTE SIGNO ERAN DE MALA DIGESTIÓN, PERO LA DÉCIMA Y LA DECIMOTERCERA CASAS UNIVERSALMENTE EN TODOS LOS SIGNOS ERAN FELICES

1.- EL SÉPTIMO signo se llamaba ce quiáhuitl. Decían que era de mala ventura, porque en esta casa decían que las diosas que se llamaban Cihuateteo descendían a la tierra y daban muchas enfermedades a los muchachos y muchachas; y los padres, con todo rigor mandaban a sus hijos que no saliesen fuera de su casa. Decíanles: "No salgáis de casa porque si salís encontraros heis con las diosas llamadas Cihuateteo, que descienden ahora a la tierra".

2.— Tenían temor los padres y madres que no diese perlesía a sus hijos, si saliesen a alguna parte reinante este signo; ofrecían en los oratorios de las diosas, porque había muchos en muchas partes, y cubrían con papeles las estatuas de estas diosas.

3.— También reinante este signo mataban a los que estaban encarcelados por algún pecado criminal digno de muerte; también mataban a los esclavos por la vida del señor porque viviese muchos años.

4.—Y a los que nacían en este signo no los bautizaban sino diferíanlos hasta la tercera casa que se llamaba ei cipactli (porque) decían que aquella casa mejoraba la ventura de aquel que se bautizaba; y decían que los que nacían en este signo serían nigrománticos o embaidores o hechiceros, y se transfiguraban en animales y sabían palabras para hechizar a las mujeres y para inclinar los corazones a lo que quisiesen, y para otros maleficios, y para esto se alquilaban a los que querían hacer mal a sus enemigos y les deseaban la muerte.

5.— Hacían sus encantamientos de noche, cuatro noches; escogíanlas en signo mal afortunado iban a las casas de aquellos a quien querían empecer, de noche, y a las veces allá los prendían, porque aquellos a quien iban a maleficiar, si eran animosos, acechábanlos y cogíanlos y arrancábanles los cabellos de la coronilla de la cabeza y con esto llegando a su casa morían.

6.—Y algunos decían que se remediaban si tomasen prestado algo de aquella casa, agua o fuego o algún vaso, y aquel que había arrancado los cabellos, si era avisado, velaba todo aquel día para que nadie sacase cosa ninguna de su casa ni prestada ni de otra manera, y así moría aquel nigromántico.

7.— Estos tales nunca tenían placer ni contento, siempre andaban mal vestidos y de mal gesto, ningún amigo tenían, ni entraban en casa de nadie, ni nadie les quería bien; y si era mujer la que nacía en este signo, aunque fuese principal nunca se casaba, ni medraba, siempre andaba de casa en casa y todos decían que el signo en que había nacido le había dado aquella condición.