CAPÍTULO XXVII
DEL DECIMOQUINTO SIGNO LLAMADO CE CALLI, Y DE SU MUY ADVERSA FORTUNA. DECÍAN QUE LOS HOMBRES QUE EN ÉL NACÍAN ERAN GRANDES LADRONES, LUJURIOSOS, TAHÚRES, DESPERDICIADORES Y QUE SIEMPRE PARABAN EN MAL; Y LAS MUJERES QUE EN ÉL NACÍAN ERAN PEREZOSAS, DORMILONAS, INÚTILES PARA TODO BIEN

1.- EL DECIMOQUINTO signo se llama ce calli decían que este signo era mal afortunado y que engendraba suciedades y torpedades.

2.— Cuando reinaba descendían las diosas que se llaman Cihuateteo y hacían los daños que arriba, en otras partes, se ha dicho. Todos los médicos y las parteras eran muy devotos de este signo, y en sus casas le hacían sacrificios y ofrendas.

3.— Los que nacían en este signo decían que habían de morir de mala muerte, y todos esperaban su mal fin; decían que o morían en la guerra, o serían en ella cautivos o morirían acuchillados en la piedra del desafío, o les quemarían vivos, o les estrujarían con la red, o les achocarían, o les sacarían las tripas por el ombligo, o les matarían en el agua a lanzadas, o en el baño asados; y si no morían alguna de estas muertes, caerían en algún adulterio y así les matarían juntamente con la adúltera, machucándoles las cabezas a ambos juntos; y si esto no, decían que serían esclavos, que ellos mismos se venderían y comerían y beberían su precio, y ya que ninguna de estas cosas les aconteciese siempre vivirían tristes y descontentos; y serían ladrones o salteadores, o robadores, o arrebatadores, o grandes jugadores y serían engañadores en el juego, o perderían todo cuanto tenían en el juego, y aun hurtarían a su padre y madre todo cuanto tenía para jugar; y no tendrían con que se cubrir, ni alhaja ninguna en su casa, y aunque tomasen en la guerra algunos cautivos, y por esto les hiciesen tequiua, todo les saldría mal; y por mucho que hagan penitencia desde pequeños, no se podrán escapar de mala ventura.