CAPÍTULO XXVI |
1.- EN ACABANDO de hacer la fiesta de la dedicación de su señorío, los señores que se elegían en este signo, luego mandaban pregonar guerra contra sus enemigos y esto era lo segundo en que habían de mostrar la grandeza de su señorío, en la guerra, y por esta causa luego escogían a los hombres valientes y soldados fuertes; y todos los que eran tales llegábanse al señor a porfía, porque cada uno deseaba que le eligiesen para aquel negocio, por tener ocasión de mostrarse y de ganar de comer, y honra, y por mostrarse que deseaban de morir en la guerra. 2. También decían que en este signo sentenciaban a los que estaban presos por algún crimen de muerte, y sacaban a los que no tenían culpa de la cárcel; y también libraban a los esclavos que injustamente eran tenidos por tales. Aquellos que libraban de la injusta servidumbre, luego se iban a bañar en la fuente de Chapultépec, en testimonio que eran ya libres. 3.Y los que nacían en este signo decían que serían bien afortunados, serían ricos y tendrían muchos esclavos y harían banquetes; y bautizábanlos y poníanlos nombres en la cuarta casa, que se llamaba nahui ácatl; entonces convidaban a los muchachos por el bautismo, y por el nombre del bautizado. 4. También tenían una ceremonia que, en este signo, los que criaban los perrillos, que vivían de esto, los almagraban las cabezas. La segunda casa se llama ome ozomatli; y la tercera ei malinalli; la cuarta nahui ácatl; la quinta macuilli océlotl la sexta chicuace quauhtli; la séptima chicome cozcaquauhtli; la octava chicuei ollin; la novena chiconahui técpatl; la décima matlactli quiáhuitl; la undécima matlactlionce xóchitl; la duodécima matlactiomome cipactli; la decimotercera matlactliomei ehécatl. Estas casas todas siguen la bondad o maldad de sus números, como está arriba dicho. |