CAPÍTULO VI
DE LAS DEMÁS CASAS DE ESTE SIGNO, UNAS PRÓSPERAS,
ADVERSAS Y OTRAS INDIFERENTES

1.- La TERCERA casa de este signo se llama yei atl; decían que era indiferente, o bien o mal afortunada, porque cualquiera que nacía en este día, que sería rico y próspero y tendría mucha hacienda, que ganaría por su trabajo y que la perdería presto, y se desharía como agua o como cosas que lleva el río; y nunca saldría con nada, ni tendría reposo, ni contento, todo se le desharía entre las manos y todo su trabajo saldría en vano.

2.— La cuarta casa de este signo se llama nahui itzcuintli, decían que cualquiera que nacía en esta casa, sería rico y venturoso y tendría qué comer y beber, aunque no trabajase un solo día, no sabría (de) dónde le venía lo que comía; en cualquiera casa se hallaría contento en todo el día, y aun ganaría algo para sustentación de sus hijos; y así estando descuidado se le vendría lo que había de comer, y no sabría de dónde y de qué manera se haría esto; aunque trabajase poco, ganaría algo para sustentarse;

3.—y más decían, que si el que nacía en este signo se daba a criar perritos, todos cuantos quisiese criar se le multiplicarían y los gozaría, y sería rico con ellos, porque era granjería que se usaba, y decían que eran de un mismo signo él y ellos, y unos vende y otros se le nacen, y con ellos ganaba ropas, que se llaman quauhtli, y se hacía rico del precio de los perros, porque era costumbre antiguamente comer los perros y venderlos en el mercado; y los que los criaban traían al mercado muchos perros, y los compradores a su placer y contento buscaban el que era mejor, o de pelo chico, o de pelo largo.

4.— Cuando vendían estos perros en el tiánquez unos ladraban y otros carleaban, y los ataban los hocicos porque no mordiesen; y cuando los mataban hacían un hoyo en la tierra, y metían en él las cabezas de los perros y los ahogaban; y el dueño del perro, que le vendía, poníale un hilo de algodón, flojo, en el pescuezo, y halagábale trayéndole la mano por el cuerpo, diciéndole: aguárdame allá porque me has de pasar los nueve ríos del infierno. Y algunos ladrones mataban estos perros armándolos con lazos.

5—- La quinta casa de este signo se llama macuilli ozomatli; de que el que nada en esta casa
era inclinado a placeres y regocijos y chocarrerías, y con sus donaires y truhanerías daría contento y alegría a los que le oyesen y diría donaires y gracias sin pensarlos; y decían que esto tenían por razón del signo en que habían nacido.

6.— La sexta casa de este signo se llama chicuacen malinalli; decían que era casa mal afortunada, porque los que en ella nacían, vivían siempre en pobreza y trabajos, y sus hijos todos morían y ninguno se lograba, y venían a tanta bajeza éstos que se vendían por esclavos.

7.— La séptima casa de este signo se llama chicome ácatl, y decían que era bien afortunada; los que en ella nacían serían ricos, y que cualquiera cosa que emprendiesen tendría próspero suceso.

8.— La octava casa de este signo se llama chicuei océlotl, y la novena chiconaui quauhtli; y la décima matlactli ollin, y la undécima matlactlionce cozcaquauhtli y la duodécima matlactlimome técpal. Todas estas casas decían que eran mal afortunadas, y los que en ellas nacían ninguna buena ventura tendrían.

9.—A la decimotercera casa de este signo llamaban matlactliomei quiáuitl (y) decían que era casa venturosa por ser la casa postrera de todas las de este signo; decían que todos los que en ella nacían, así hombres como mujeres, serían ricos y muy abastados de las cosas necesarias, y que tendrían larga vida y llegarían a la vejez, por haber nacido en la casa postrera del signo.