De las abejas y su miel y cera |
Hay dos castas de abejas y ambas son muy
más pequeñas que las nuestras. Las mayores de ellas crían
en colmenas, las cuales son muy chicas; no hacen panal como las nuestras
sino ciertas vejiguitas como nueces de cera, todas juntas unas a otras,
llenas de la miel. Para castrarlas no hacen más que abrir la
colmena y reventar con un palito estas vejiguitas y así corre
la miel y sacan la cera cuando les parece. Las demás crían
en los montes, en concavidades de árboles y de piedras, y allí
les buscan la cera de la cual y de miel abunda esta tierra mucho, y
la miel es muy buena salvo que como es mucha la fertilidad del pasto
de las abejas sale algo tocada del agua y es menester darle un hervor
al fuego y con dárselo queda muy buena y de mucha duración.
La cera es buena salvo que es muy humosa y nunca se ha acertado cuál
sea la causa, y en unas provincias es muy más amarilla por razón
de las flores. No pican estas abejas ni hacen [nada] cuando las castran
mal. |