De la manera que hay de serpientes y otros animales ponzoñosos

De culebras o serpientes es grande la diversidad que hay, de muchos colores y no dañosas; salvo dos castas de ellas que son muy ponzoñosas víboras, y mayores mucho que las de acá de España. Llámanlas taxinchan. Otras hay también muy ponzoñosas y muy grandes y con cascabel en las colas; otras muy grandes que se tragan un conejo o dos y no son dañosas, y es cosa de decir que hay indios que con facilidad toman las unas y las otras sin recibir de ellas perjuicio.

Hay una casta de lagartijas mayores que las de acá, de las cuales es maravilla grande el temor que los indios tienen, porque según ellos dicen, en tocándola la persona, suda un sudorcillo el cual es mortal ponzoña. Hay muchos alacranes entre las piedras y no son tan ponzoñosos como los de acá de España. Hay un género de hormigas grandes cuya picada es mucho peor y duele y encona más que la de los alacranes, y tanto, que dura su enconación más del doble que la del alacrán, como yo he experimentado.

Hay dos géneros de arañas, la una muy pequeña y muy pestífera, la otra es muy grande y toda cubierta de espinitas muy delicadas, negras, que parecen vello y tienen en ellas la ponzoña, y así se guardan mucho de tocarlas los indios donde las hay.

Hay un gusanito colorado del cual se hace ungüento muy bueno, amarillo, para hinchazones y llagas, con no más de batirlos o amasarlos juntos y sirve de óleo para pintar los vasos y hace fuerte la pintura.