LA OBRA del padre Andrés Pérez de Ribas se inscribe dentro de la historiografía misional de México. Miembro de la Compañía de Jesús, Pérez de Ribas llegó a la capital de la Nueva España en l604 y fue enviado a Sinaloa —cuya conquista estaba en manos de Diego Martínez de Hurdaide— para intentar aliviar los martirios que habían padecido numerosos frailes en aquellas tierras. En sus propias palabras, encontró en aquella entonces desconocida región "gentes y naciones por una parte las más humildes y desconocidas, por otra, las más bárbaras e indómitas del Nuevo Orbe".

Nacido en Córdoba, España, este jesuita andaluz dedicó casi 20 años de su vida a la evangelización entre los Indios ahomes de la costa occidental de México, los zuaques de aquella serranía y, posteriormente, entre los yaquis. Regresó a la ciudad de México en 1620, donde fue nombrado rector del Colegio Máximo de San Pedro y San Pablo.

Posteriormente fue designado prepósito de La Profesa, y en 1638 provincial de la Nueva España.
En 1641 viajó a Roma como procurador provincial ante la VIII Congregación General de la Compañía de Jesús. Poco después, en Madrid, terminó de escribir su Historia de los triunfos de nuestra santa fe, de la cual FONDO 2000 presenta aquí una selección. Publicada en Madrid en 1645, esta obra de Pérez de Ribas describe el paisaje y las costumbres de los habitantes de lo que era entonces el extremo del mundo novohispano, las peripecias y quebrantos de los frailes que iniciaron la conquista espiritual, y los albores de un tipo de asentamiento colonial diferente al de otras latitudes mexicanas.

La veracidad de este relato, su amenidad y claridad componen una auténtica crónica de nuestra historia —de la cual Pérez de Ribas fue testigo— que recoge datos e informes de fuentes orales y documentales que pudieron haberse perdido.

El lector confirmará en estas páginas la vocación histórica de Pérez de Ribas, quien además es autor de la Historia de Sinaloa, que se ha perdido en la noche de los tiempos, y de la Historia de la provincia de la Compañía de Jesús en México, publicada apenas en 1892. El presente libro revela la diversidad geográfica y cultural no sólo de nuestro territorio, sino de nuestro pasado histórico, gracias a la labor historiográfica de este misionero jesuita que murió en la ciudad de México en 1655.