TORIBIO PAREDES nació en Benavente, provincia de Zamora, reino de León, España, en 1490. Abrazó los hábitos de la orden franciscana y, en enero de 1524, se embarcó en Sanlúcar de Barrameda en la primera misión evangelizadora dirigida a la Nueva España, que encabezara fray Martín de Valencia.

Fray Toribio que tomó como apellido el nombre de su lugar de nacimiento, decidió llamarse "Motolinía" en cuanto escuchó que así designaban los indios de Tlaxcala al pobre, al humillado y al doliente. Al año de su llegada, Motolinía fue nombrado sucesivamente guardián de las comunidades de México, Texcoco, Huejotzingo y Tlaxcala; evangelizó los pueblos de Xochimilco, Coyoacán y Cuitláhuac y, posteriormente, Cuernavaca. Junto con fray Martín de Valencia, Motolinía sufrió las consecuencias de los conflictos que fray Juan de Zumárraga tuvo con la primera audiencia; recordemos que, tras el viaje de Cortés a las Hibueras, se instaló en la Nueva España una tiranía que encabezaron Salazar y Chirinos, Alonso de Estrada, Nuño de Guzmán y Delgadillo. Dichos conflictos derivaron en que se acusara a los franciscanos de "usurpación de funciones", no obstante el amparo que a éstos concedían las bulas papales de León X y Alejandro VI y el título de "defensor, protector y juez de los indios" que ostentaba el propio Motolinía.

Durante su labor misionera, Motolinía fundó la ciudad de Puebla de los Ángeles, redactó una doctrina cristiana en zapoteco y llevó a cabo una larga lista de actividades e investigaciones que sintetizan sus andanzas apostólicas por estas tierras. En palabras de Jerónimo de Mendieta, Motolinía "fue el que anduvo más tierra" y en sus largos recorridos se preocupó por registrar las maneras, costumbres, creencias, idolatrías, ritos, sacrificios y mitos de los antiguos habitantes de México.

FONDO 2000 presenta aquí una selección de su Relación de los ritos antiguos, idolatrías y sacrificios de los indios de esta Nueva España, y de la maravillosa conversión que Dios en ellos ha obrado, mejor conocida como la Historia de los indios de la Nueva España. Estos párrafos muestran la filiación y el amoroso interés de un fraile franciscano que vino a Nueva España, bautizó a más de 300 000 indios, casó a otros tantos y escuchó de ellos confesiones, relatos, recuerdos y leyendas populares. Motolinía murió en la ciudad de México en 1569 y su obra ha sido faro de numerosas investigaciones sobre el pasado prehispánico de México y crónica fidedigna de los primeros días del México colonial.