X. Donde se demuestra ser falso que espa�oles tuviesen antiguamente el dominio de las Indias, seg�n Gonzalo de Oviedo se esfuerza en probar en sus historias

Si lo que m�s arriba hemos dicho de tantas islas y tierras imaginadas por personas que casi fueron de nuestros mismos d�as consta ser f�bula y vanidad, �cu�nto m�s no se deber� estimar falso lo que Gonzalo Fern�ndez de Oviedo imagina en el tercer cap�tulo de su Historia natural de las Indias?29[Nota 29]Al cual le parece, con cierta fantas�a que cuenta, haber demostrado plenamente que antes hubo otro autor de la navegaci�n de Occidente y que los espa�oles tuvieron el dominio de aquellas tierras. Aduciendo como prueba de su intento lo que dijo Arist�teles de la isla Atlante y Seboso30[Nota 30]de las Hesp�rides. La cosa que �l afirma, seg�n el juicio de algunos autores cuyos escritos hemos pesado y examinado bien, va tan fuera de raz�n y fundamento, que yo la habr�a pasado en silencio para no reprender a ninguno ni ser enojoso a los lectores, si no hubiese considerardo que algunas personas, para mengua del honor y la gloria del Almirante, conceden gran estima e importancia a semejantes fantas�as; y a fin de que, al querer demostrar con entera verdad todos los indicios y las autoridades que movieron al Almirante a llevar a cabo esta empresa, no parezca que no satisfago a quien tanto debo, dejando en pie tama�a mentira, que me consta ser fals�sima. Para mejor poner su error de manifiesto, mencionar� primero lo que Arist�teles dice acerca de esto, seg�n lo expone fray Te�filo de Ferraris, quien entre las proposiciones de Arist�teles que recogi�, puso en un libro titulado de admirandis in natura auditis un cap�tulo que contiene lo siguiente:

"Dícese que en el mar Atl�ntico, m�s all� de las Columnas de H�rcules, fue antiguamente hallada cierta isla, por algunos mercaderes cartagineses, la que jam�s hab�a sido habitada sino por bestias salvajes. Era toda una selva, llena de �rboles, con muchos r�os navegables y abundant�sima de todas las cosas que suele producir la naturaleza; si bien distaba de tierra firme bastantes d�as de navegaci�n. Aconteci� que arribados all� algunos mercaderes cartagineses, viendo que la tierra era buena, tanto por su fertilidad como por la templanza del aire, se establecieron en ella. Pero indignado, despu�s por esto, el senado cartagin�s mand� pronto, por decreto p�blico, que de all� en adelante, bajo pena de muerte, nadie fuese a dicha isla; y que los que primeramente hab�an ido, fuesen condenados a muerte, para que la fama de aqu�lla no pasase a otras naciones, y no tomase all� posesi�n alg�n imperio m�s fuerte, de modo que la isla llegase a ser contraria y enemiga de la libertad de Cartago".

Ahora que yo he trasladado fielmente esta autoridad, quiero decir las razones que me mueven a decir que Oviedo no tiene justa causa para afirmar que esta isla sea Espa�ola, o la de Cuba, como �l asegur�. En primer lugar, porque no entendiendo Gonzalo Fern�ndez de Oviedo la lengua latina, por fuerza se atuvo a la declaraci�n que alguno le hizo de dicha autoridad, el cual, por lo que se ve, no deb�a saber traducir.
Quam Strabo affirmat, Ptolemaeus, Plinius, atque
Isidorus: non una tamen sententia quisque.
Pingitur hic etiam nuper sulcata carinis
Hispanis zona illa, prius incognita genti,
Torrida, quae tandem nunc est notissima multis.

Y m�s abajo dec�a:
Pro auctore, sive pictore:


Janua, cui patria est, nomen cui Bartholomaeus Columbus de Terra Rubra, opus edidit istud Londonijs anno Domini M. CCCC. LXXXX, atque insuper anno octavo, decimaque die cum tertia mensis Februarii.
Laudes Christo cantentur abunde.
31 [Nota 31]

Y porque advertir� alguno que dice Columbus de Terra Rubra; digo que igualmente lo vi yo en algunas firmas del Almirante, antes de que adquierese estado, donde se firmaba Columbus de Terra Rubra.

Pero volviendo al rey de Inglaterra, dir� que visto por �l el mapamundi y lo que el Almirante le ofrec�a, con rostro alegre acept� su propuesta y le mand� llamar. Pero porque Dios la guardaba para Castilla, ya el Almirante en aquel tiempo hab�a ido y regresado con �xito de su empresa, seg�n se contar� a su debido tiempo.

�ndice Anterior Siguiente