PUERCOS

Puercos monteses se han hecho muchos en las islas que est�n pobladas de cristianos, as� como en Santo Domingo, y Cuba, y San Juan, y Jamaica, de los que de Espa�a se llevaron; pero aunque de los puercos que se han llevado a Tierra-Firme se hayan ido algunos al monte, no viven, porque los animales as� como tigres y gatos cervales y leones se los comen luego; pero de los naturales puercos de la Tierra-Firme hay muchos salvajes, de los cuales muchas veces se ven grandes piaras o cantidad junta y como andan en manadas juntos, no osan acometerlos los otros animales, puesto que no tienen colmillos como los de Espa�a, pero muerden muy reciamente, y matan los perros a bocados. Estos puercos son algo menores que los nuestros, y m�s peludos o cubiertos de lana, y tienen el ombligo en medio del espinazo, y de las pezu�as de los pies traseros no tiene dos, sino una en cada pie; en todo lo dem�s son como los nuestros. M�tanlos con cepos los indios, y con varas tiradas, y llaman al puerco chuche. Cuando los cristianos topan una manada de ellos, procuran subirse sobre alguna piedra o tronco de �rbol, aunque no sea m�s alto que tres o cuatro palmos, y desde all�, como pasan siempre, con un lanz�n hiere dos o tres, o m�s, o los que pueden, y socorriendo los perros, quedan algunos de ellos de esta manera; pero son muy peligrosos cuando as� se hallan en compa��a, si no hay lugar desde donde el montero pueda herirlos, como es dicho. Algunas veces se hallan, cuando las puercas se apartan a parir, y se toman algunos lechones de ellos; tienen muy buen sabor, y hay gran muchedumbre de ellos.

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