La mente y el cuerpo

La cosa cuyos ojos y orejas no vemos y cuya nariz y cabeza apenas vemos. En pocas palabras, nuestro cuerpo.

Mi cuerpo es la parte del mundo que mis pensamientos pueden cambiar. Hasta las enfermedades imaginarias se pueden volver verdaderas. En el resto del mundo, mis hip�tesis no pueden turbar el orden de las cosas.

En la Tierra no hay superficie m�s interesante que el rostro humano.

Decir "el alma est� en mi cuerpo" o "dentro de m�" es un curioso giro idiom�tico. Habr�a que decir "soy esto". No se dice "la redondez est� en la esfera". Es la similitud lo que nos seduce. La identidad es algo objetivo; s�lo la similitud es subjetiva.

Los hombres m�s sanos, m�s hermosos y mejor proporcionados son quienes est�n de acuerdo con todo. En cuanto se padece un defecto se tiene una opini�n propia.

He notado que las personas cuyos rostros tienen cierta falta de simetr�a con frecuencia poseen las mentes m�s agudas [...]

Se dice "alma" como se dice "t�lero", aunque hace mucho que se dejaron de acu�ar.

�Podr�a existir un animal incapaz de percibir su cuerpo en la misma forma en que nuestra alma no puede saber a ciencia que est� ah�? Para el materialista, las razones que demuestran la existencia del alma son demasiado d�biles. Para el idealista, son d�biles las otras.

Tal vez el hombre es mitad esp�ritu y mitad materia, as� como el celent�reo es mitad planta y mitad animal. Las criaturas m�s peculiares siempre est�n en la frontera.

Los guisos tienen, presumiblemente, gran influencia en el estado actual de la condici�n humana. El vino externa su influencia de un modo m�s evidente; los guisos lo hacen con mayor lentitud, pero quiz� tambi�n con mayor intenci�n. Qui�n sabe si no le debemos la bomba neum�tica a una sopa bien cocida o la guerra a una mal cocida. Esto merecer�a una investigaci�n m�s acuciosa. Acaso el cielo cumple as� grandes finalidades, mantiene leales a los s�bditos, cambia los gobiernos y crea Estado libres; acaso son los guisos los responsables de los que llamamos "la influencia del clima".

El pr�logo podr�a empezar con Pan e Inmortalidad: los dos puntos en torno de los que gravita el esp�ritu con su cuerpo sat�lite o el cuerpo con su esp�titu sat�lite.

El esp�ritu se vuelve m�s uniforme a medida que se desprende de lo corp�reo; en cambio, a medida que se le aproxima, las diferencias se vuelven m�s frecuentes (dije lo mismo en relaci�n con los planetas).

Cuando el esp�ritu se eleva, el cuerpo se arrodilla.

�Por qu� nos duele tan poco un pulm�n supurado y tanto un u�ero?

Una muy sabia disposici�n de nuestra naturaleza: la incapacidad de percibir tantas enfermedades peligrosas. Si se pudiera sentir un ataque de apoplej�a desde su origen primero, se tratar�a de una enfermedad cr�nica.

Hay hombres en los que incluso las palabras y las expresiones tienen algo propio [...] Se requiere mucha dignidad personal e independencia de alma para llegar tan lejos. Hay quien siente algo nuevo y trata de transmitir este sentimiento con una expresi�n vieja.

Si otra generaci�n tuviera que reconstruir al hombre a partir de sus escritos m�s sensibles, pensar�a que se trata de un coraz�n con test�culos. Un coraz�n con escroto.

El pensamiento anterior tambi�n se puede expresar as�: Una cabeza con alas (ojos de �guila) siempre es mejor que un coraz�n con test�culos.

Eso que ustedes llaman coraz�n est� bastante m�s abajo del cuarto bot�n del chaleco.

El siervo ambiciona el list�n del vestido y busca ah� el cielo que t� buscas en los ojos. �Qui�n tiene raz�n?

Al pueblo lo arruina la concupiscencia carnal contra el esp�ritu y al intelectual la concupiscencia espiritual contra el cuerpo.

El hombre real es como una cebolla con miles de ra�ces s�lo sus nervios son sensibles y todo lo dem�s sirve para sostenerlos, para soportar mejor esas ra�ces; as� lo que vemos s�lo es la maceta en la que el hombre (los nervios) est� plantado.

Todos los deseos no son sino meros juegos de nervios. El ambiente no es algo volitivo: ni mi miedo ni mi deseo m�s ardiente son capaces de detener la m�s ligera neblina de la borrasca; ella prosigue el camino que le ha sido determinado. El hombre no est� compenetrado con el planeta, s�lo con su cuerpo.

La moderaci�n presupone el placer; la abstinencia, no. Por eso hay m�s abstemios que moderados.

Si se piensa en todos los aromas agradables que hay en la naturaleza, el rap� es un invento singular. Inventar m�s cosas as�. Una suerte de onanismo.

Sol�a llamar a sus facultades espirituales superiores e inferiores la "C�mara superior" y la "C�mara inferior", y con bastante frecuencia la primera promulgaba leyes que la segunda rechazaba.

Cierto amigo acostumbraba dividir su cuerpo en tres pisos: la cabeza, el pecho y el bajo vientre. Con frecuencia deseaba que los inquilinos del primero y del �ltimo piso se toleraran mejor.

El alma es casi imperceptible si no se distinguen los rasgos faciales en que se asienta. Se podr�a decir que los rostros de una enorme asamblea son una historia del alma humana escrita con caracteres chinos [...] Mientras m�s detenida es la observaci�n de los rostros, m�s y m�s aspectos individuales se distinguen en las caras consideradas "insignificantes".

Un rostro no se deja analizar en un instante: necesita una consecuencia.

Hay personas con rostros tan obesos que pueden re�r bajo la grasa sin que el fisonomista m�s virtuoso se d� cuenta. Nosotros, escu�lidas criaturas, tenemos el alma justo bajo la epidermis y hablamos siempre un idioma en el que es imposible mentir.

A: �Cu�nto ha engordado usted! B: �Engordado? A: De nuevo est� tan gordo como antes. B: Es el trabajo de la naturaleza cansada que ya no tiene fuerza para hacer otra cosa que grasa. La grasa siempre se puede extirpar sin atentar contra la humanidad; no es ni esp�ritu ni cuerpo, sino simplemente lo que la naturaleza cansada permite que se asiente. Esto es tan v�lido para m� como para el pasto en los patios de las iglesias. (Escrito en el crep�sculo.)

Un rostro es m�s sensible mientras m�s cambia de la seriedad a la risa y de la risa a la seriedad. En mi vida he visto transformaciones semejantes a las de mi hijo mayor. Cuando r�e es d�ficil encontrar expresi�n m�s celestial; cuando llora, adquiere un rostro como de cincuenta a�os, totalmente cuadrado, mientras que el otro es redondo. Lo llamo el Cochero, porque el bueno de Bruns, que conduc�a nuestro coche atrapeado, ten�a un rostro similar.

Todo hombre tiene tambi�n su trasero moral, que no ense�a sin necesidad y mientras puede cubre con los pantalones de la decencia.

�Se ruboriza uno en la oscuridad? Puedo creer que alguien empalidezca de miedo en la oscuridad, pero no lo otro. Uno empalidece para s� mismo; en cambio, uno enrojece para s� mismo y en funci�n de los dem�s. La pregunta acerca de si las mujeres se ruborizan en la oscuridad es muy dif�cil de responder, al menos no se disuelve con la luz.

La cabeza y los pies: tan separados f�sicamente, tan cercanos moral y psicol�gicamente. La alegr�a y la tristeza rara vez se muestran tan pronto en la nariz, ubicada apenas a tres pulgadas del alma, como en los pies.

Si la raz�n, hija del cielo, pudiera opinar de belleza, la �nica fealdad ser�a la enfermedad.

La muchacha ten�a unas manos pecaminosamente hermosas.

Una muchacha que se revela a su amigo en cuerpo y alma descubre los secretos de todo el sexo femenino. Cada muchacha es depositaria de los misterios femeninos. A veces las campesinas lucen como reinas. Esto es v�lido para el cuerpo tanto como para el alma.

Cuando uno es joven apenas sabe que est� vivo. La idea de salud s�lo se adquiere con la enfermedad. Advertimos que la Tierra nos atrae por el impacto de la ca�da. Si el envejecimiento se interrumpe, ese grado de enfermedad se convierte en una especie de salud y uno ya no nota que est� enfermo. Sin el recuerdo de la salud pasada no se percibir�a el cambio. Por eso creo que los animales s�lo envejecen en nuestros ojos. Un erizo que el d�a de su muerte lleva una vida de ostra no es m�s infeliz que la ostra. Pero el hombre, que vive en tres niveles, el pasado, el presente y el futuro, puede ser infeliz cuando uno de ellos se arruina. La religi�n incluso ha introducido un cuarto: la eternidad.

�ndice Anterior Siguiente