El cuchillo sin hoja, al que le falta el mango

Cuando ten�a que usar su raz�n era como si alguien que siempre ha usado la mano derecha tuviera que usar la izquierda.

El primer americano descubierto por Col�n hizo un descubrimiento atroz.

Amarse a s� mismo al menos tiene una ventaja: no hay muchos rivales.

Se mov�a tan despacio como un minutero entre una multitud de segunderos.

En sus opiniones se nota lo mucho que le afecta el clima.

Conoc� a una persona que imaginaba figuras apropiadas para cada d�a de la semana, a tal grado que una vez traz� un mi�rcoles sobre la mesa.

En la actualidad se incluye a mujeres hermosas entre las virtudes de sus maridos.

El mejor refugio contra las tormentas del destino sigue siendo una tumba.

Tal vez nuestro planeta sea ni�a.

Me parece imposible demostrar que somos la obra de un ser superior y no el pasatiempo de uno bastante defectuoso.

Venden hasta la camisa, y siguen vendiendo.

�Por qu� son tan hermosas las viudas j�venes en duelo? (Investigaci�n.)

Lo que buscamos siempre est� en el �ltimo bolsillo en el que metemos la mano.

Melograf�a: filosof�a para el o�do

La simpat�a es una p�sima limosna.

Hasta las muchachas m�s modestas, tiernas y bondadosas se vuelven m�s modestas, tiernas y bondadosas cuando se ven m�s bellas en el espejo.

Es bien sabido que un momentito es mayor que un momento.

Cuando todos quieren llegar lo m�s temprano posible, forzosamente la mayor�a llegar� tarde.

Como el m�dico examina el excremento y la orina, hay que examinar los basureros de las barriadas para saber lo que falta a la ciudad.

Dios, que le da cuerda a nuestros relojes de sol.

He conocido personas que beb�an a escondidas y se emborrachaban en p�blico.

Llovi� tan fuerte que todos los cerdos se limpiaron y todos los hombres se emporcaron.

Los relojes de arena no s�lo nos recuerdan el r�pido transcurrir del tiempo, sino tambi�n el polvo en el que alguna vez nos convertiremos.

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