No tuvo tiempo el adelantado don Pedro de Alvarado, en su inquieta carrera de conquistador, para establecer un hogar y formar una familia. Do�a Luisa Xicot�ncatl fue para �l una compa�era fiel y le dio un hijo y una hija en cuya sangre se mezclaron la raza hidalga de Castilla y la noble estirpe de Tlaxcala. Pero ni Alvarado ni sus contempor�neos consideraban leg�timas estas uniones de espa�oles e indias que no recib�an la bendici�n de la Iglesia. Durante su primer viaje a Espa�a, estando a�n viva do�a Luisa, cas� Alvarado con do�a Francisca de la Cueva, a quien perdi� poco despu�s cuando con ella llegaba a Veracruz. Los oidores de la Audiencia de M�xico se encargaron de hacerle perder tambi�n el magn�fico ajuar de casa que tra�a su mujer.
En su siguiente viaje a la Corte, el bizarro capit�n contrajo segundas nupcias con su cu�ada do�a Beatriz, previa dispensa del papa, y en septiembre de 1539 volvi� con ella a Guatemala para dejarla antes de un a�o cuando se embarc� en busca de su �ltima aventura. De ninguna de sus dos esposas castellanas tuvo sucesi�n.
De otras uniones fortuitas y pasajeras Alvarado tuvo varios hijos naturales, de quienes qued� memoria en documentos de la �poca.