Corresponde a la sesi�n de GA 5.8 BUEN MOMENTO PARA EMPEZAR
M�xico, en tan s�lo 25 a�os, duplic� el n�mero de sus habitantes. En este contexto, los j�venes constituyen una fuerza capaz de realizar una valiosa transformaci�n social. Sin embargo, el creciente n�mero de adolescentes que son presa del alcoholismo, la farmacodependencia y las conductas delictivas, ha despertado una gran preocupaci�n.
La juventud es sin�nimo de creatividad, de dinamismo y participaci�n. Sin embargo, esta energ�a, si no se canaliza adecuadamente, puede ser un elemento importante de desorden social. En otros pa�ses estas conductas nocivas han escapado al control de las autoridades y han tra�do graves problemas de salud y de seguridad p�blica. Por lo mismo, el uso adecuado del tiempo libre ha sido considerado en todas las culturas como una alternativa para lograr la superaci�n de la poblaci�n, pues constituye un factor de integraci�n social, es un importante elemento educativo y es una forma de capacitar para el mejor desempe�o en la vida diaria. Las actividades recreativas, deportivas y culturales, si se practican en forma habitual y organizada, estimulan f�sica y mentalmente a los j�venes, y satisfacen sus necesidades de desarrollo social. Todas las actividades valiosas realizadas en el tiempo libre se convierten en elementos educativos y proporcionan una mayor consistencia a la convivencia social.
En virtud de que los j�venes se encuentran en una etapa formativa por sus condiciones psicosociales, el uso conveniente del tiempo libre contribuye a su desarrollo arm�nico e integral. En este proceso se adquieren valores, habilidades y principios que contribuyen al desarrollo �ptimo de la sociedad.
En cada una de las diferentes regiones del territorio nacional se particularizan las problem�ticas de los j�venes, por lo que es necesario buscar estrategias que propicien el bienestar y ayuden a prevenir las adicciones. La creaci�n de h�bitos sanos despiertan un inter�s por preservar y fortalecer la cultura.
Para evitar la proliferaci�n de conductas antisociales y adictivas, es necesario aprovechar los recursos existentes en la comunidad. Deben fomentarse actividades que mejoren las condiciones de vida de los j�venes y generen en ellos una cultura de la recreaci�n, con la cual se lograr� mejorar su formaci�n y se reforzar�n los valores de la sociedad.