1. Nuestro pasado y presente

Corresponde a la sesi�n de GA 3.1 NUESTRO PASADO Y PRESENTE

La historia de M�xico se ha dividido en diferentes periodos, en cada uno de ellos nuestra sociedad ha mostrado caracter�sticas espec�ficas.

Los periodos hist�ricos se definen de acuerdo con diferentes criterios, pero siempre relacionados con la importancia que cada sociedad le otorga a determinados hechos de su pasado.

En los primeros estudios sobre historia de M�xico que realizaste a lo largo de la primaria, obtuviste una visi�n general del pasado de M�xico. En el tercer grado de secundaria profundizaste muchos de esos temas y conociste otros nuevos. Los periodos hist�ricos que se abordar�n en el curso son los siguientes: mundo prehisp�nico, Conquista y Colonia, la emancipaci�n y primeros a�os de independencia, la Reforma y la Intervenci�n francesa, el Porfiriato, la Revoluci�n Mexicana y M�xico contempor�neo.

Los periodos de la historia de M�xico se expondr�n de forma diacr�nica o sincr�nica seg�n requiera su tratamiento.

La diacron�a se refiere a todos aquellos hechos que se suceden en el tiempo: el acontecer de los d�as, los meses, los a�os y los siglos es un ordenamiento diacr�nico del tiempo. Para la historia, un tratamiento diacr�nico lo representa, por ejemplo, la exposici�n de las fases de una revoluci�n.

La sincron�a se refiere a los hechos que suceden en un mismo lapso de tiempo. Para los estudios hist�ricos, una visi�n sincr�nica es una mirada al conjunto de fen�menos que se producen en un mismo lapso, por ejemplo, las condiciones econ�micas, pol�ticas y sociales de una naci�n en un periodo determinado. As�, en los contenidos de este curso encontraremos temas tratados en formas sincr�nica y diacr�nica.

Adem�s, en este curso de historia de M�xico se manejar�n nuevas ideas sobre la historia, las cuales te ayudar�n a formar una opini�n acerca de los hechos del pasado. Estas ideas se presentan a continuaci�n.

La historia, m�s que informaci�n, es una parte fundamental de nuestra vida; da forma a nuestro car�cter y a nuestra conciencia. Nuestra manera de hablar y de relacionarnos con las personas son producto de la historia: tomamos de nuestros padres costumbres y expresiones que ellos, a su vez, tomaron de nuestros abuelos, y �stos, de sus propios padres. As�, existen largas cadenas de tradiciones familiares que se extienden de generaci�n en generaci�n. Al estudiar el pasado nos hacemos conscientes de esto y es lo que nos permite valorar la historia como parte integrante de nuestra vida.

La historia ayuda a comprender el pensamiento de los hombres del pasado.

Hay hechos del pasado que nos maravillan, pero que no entendemos por qu� fueron realizados. Por ejemplo, la construcci�n de las pir�mides prehisp�nicas. S�lo si conocemos el pensamiento de los hombres que las construyeron podremos entender sus razones para invertir todo ese esfuerzo en erigir dichas pir�mides. S�lo al estudiar las creencias religiosas y los conocimientos que sobre la naturaleza ten�an los pueblos prehisp�nicos, tendremos los elementos que permitir�n conocer el pensamiento de los antiguos mexicanos, es decir, aquello que los motiv� y les permiti� construir esos maravillosos testimonios de su inteligencia y su sensibilidad.

La historia sirve para identificar los sujetos actuantes en el acontecer hist�rico.

�Qui�nes hacen la historia? �Los h�roes nacionales, los individuos, los pueblos, las condiciones geogr�ficas, los inventos tecnol�gicos? Todos estos factores, y muchos otros m�s, intervienen en el desarrollo de la historia, pero cada uno lo hace de manera diferente: a veces, alguno tiene m�s importancia que otro; en ocasiones son varios los factores trascendentales. Lo importante es que cada uno de ellos se convierte en un objeto que act�a en los hechos del pasado.

Los sujetos que act�an en el pasado producen cambios, desarrollo o permanencia de los fen�menos hist�ricos. Gracias a su conocimiento, podemos identificar causas y consecuencias de los hechos hist�ricos.

Otros usos de la historia

Adem�s de los anteriores, existen otros usos de los conocimientos del pasado; por ejemplo, nos ayudan a elaborar conceptos, es decir, definiciones de hechos o de conjuntos de hechos. Tales son los casos de los t�rminos Conquista, Colonia, Independencia, Reforma, etc�tera; que son conceptos con los cuales denominamos a ciertos sucesos como -la conquista de Tenochtitlan en 1521- o grupos de sucesos - como los trescientos a�os de colonialismo espa�ol.

Tambi�n permiten aprender a observar y a estudiar fuentes hist�ricas en las distintas manifestaciones del pasado - documentos, restos arqueol�gicos o arquitect�nicos, pinturas, novelas, etc�tera--, y a identificarlas espacial y temporalmente

El uso de los conocimientos hist�ricos contribuye a dar forma a nuestro pensamiento; cultivarlo es nuestra responsabilidad.