El partido de Aguascalientes conservó durante los primeros años de vida independiente la misma composición: el distrito de la cabecera, y los de Asientos y San José de la Isla. Posteriormente, en 1825, pasó San José de la Isla a Zacatecas y se le agregó el distrito de Huejúcar, que poco tiempo después se llamaría Calvillo, quedando con la composición que guarda hasta el presente.
Era uno de los partidos más importantes de la provincia: su población era la más numerosa, su producción agrícola representaba la tercera parte de la del estado. Su poca extensión facilitaba la comunicación entre la cabecera, sus poblados y rancherías, lo que permitía establecer un buen control. Las milicias de la localidad eran de las mejor organizadas. El gobierno del estado, pese a las diferencias, apoyó siempre las iniciativas de mejora que el ayuntamiento de Aguascalientes promovió. Le prestó dinero para construir una saca de agua, le permitió comprar la antigua casa del mayorazgo para instalar allí a las autoridades del partido, alentó la construcción del Parián, dio facilidades para que comerciantes extranjeros se instalaran en Aguascalientes, le permitió organizar anualmente una feria mercantil. Todos estos beneficios promovieron el progreso y una sensible mejoría económica. Las autoridades del partido tomaron estos avances como logros propios y como muestra de la capacidad del partido para gobernarse solo.
No estaban equivocados, el orgullo que sentían tenía buenos fundamentos ya que la población del partido se esforzaba, en todos los niveles, por mejorar, aprovechando los beneficios de la nueva era. Se abrieron nuevas escuelas en donde se utilizó el sistema lancasteriano. Algunos particulares promovieron la instalación de pequeñas fábricas de jabón, de velas, tenerías. Nuevas tierras se abrieron al cultivo y se extendió el uso de arrendar haciendas y labores, dando acceso a la tierra a gente que no la poseía. El fomento de las huertas de la ciudad siguió ocupando un lugar importante en la economía local. Sus destilados siguieron produciéndose y los peronates, guayabates y uvates continuaron deleitando el paladar regional.
Para ampliar sus entradas el ayuntamiento de la capital intentó por cuarta o quinta ocasión recuperar su fundo legal, que había caído desde hacía decenios en manos de particulares, sobre todo de las tierras denominadas Oficiales Reales. Igualmente entabló un litigio con el señor Rincón Gallardo para que pagara una pensión al ayuntamiento, por el uso, en los baños que construyó, del agua del manantial del Ojocaliente, puesto que pertenecía a la comunidad.
En un censo del estado de Zacatecas de 1834, Aguascalientes tenía una población de 71 235 habitantes, contra los 35 541 que se habían registrado en 1813. Casi duplicó su población en un periodo de 20 años, pese a la terrible epidemia de cólera que se vivió en toda la república en el año de 1833. Este partido estaba compuesto por seis municipios, a saber. Aguascalientes, Calvillo, San José de Gracia, Rincón de Romos, Jesús María y Asientos, que eran gobernados cada uno por un ayuntamiento. Al frente del partido y como representante del gobierno del estado, se encontraba el jefe político que era nombrado por el ejecutivo del estado de una terna propuesta por los ayuntamientos del propio partido.
