Las primeras organizaciones obreras

Las primeras organizaciones obreras


En 1915 se creó una sección de la Casa del Obrero Mundial, de ideología anarcosindicalista, y en 1918 dos organizaciones participaron en la creación de la Confederación Regional Obrera Mexicana: el Grupo Cultura Racional y Grito Rojo de Aguascalientes. La CROM contaba en Aguascalientes con un significativo número de grupos, siendo uno de los más importantes el de los ferrocarrileros, con los que hacía proselitismo en favor del Partido Laborista y con algunos de los cuales formó el grupo cultural Redención Proletaria.

El anarquismo también tenía adeptos en Aguascalientes, la mayoría de ellos pertenecientes al grupo de carpinteros de ferrocarriles. Una de sus principales organizaciones era Cultura Racional, que había participado en la formación de la CROM, de la cual se separó posteriormente. Cultura Racional tenía publicaciones, una escuela para trabajadores, un centro social y un grupo de teatro llamado Emancipación Obrera.

Las organizaciones ferrocarrileras eran fuertes y daban muestras de radicalismo, como demostraron en la huelga de 1921, en la que se enfrentaron al gobierno y a la empresa. Por su parte, los aproximadamente mil trabajadores de la ASARCO, organizados en el Sindicato de Obreros Metalúrgicos, lograron que la empresa les resolviera algunas demandas en 1923 y 1924.

La minería resintió los severos efectos de la crisis y, no obstante los intentos del gobierno federal por mantener en actividad las empresas y atender las presiones obreras, en 1931 las minas del municipio de Asientos fueron cerradas junto con otras industrias de extracción.

Los ferrocarrileros fueron impulsores destacados de las demandas de la Cámara del Trabajo, al influir en la formación de nuevos sindicatos y participar en sus luchas laborales. No pocos ferrocarrileros llegaron a ocupar cargos directivos en la administración pública y a influir en el rumbo político del estado. Un ejemplo lo constituye el ascenso de Enrique Osornio Camarena a la gubernatura, gracias al respaldo de los ferrocarrileros encabezados por Pedro Vital.

La Cámara del Trabajo de Aguascalientes (CTA) comenzó a pugnar por una reforma a la Ley del Trabajo y por la resolución del problema de los desempleados en el estado. La CTA también se solidarizó con las huelgas de sus agremiados, pugnó en favor de la reforma agraria y la educación socialista, influyó en la política local y respaldó el movimiento popular en el país. Para 1936 la CTA estaba integrada por 36 organizaciones con aproximadamente seis mil trabajadores, aunque sólo la sección 2 del Sindicato de Trabajadores Ferrocarrileros de la República Mexicana (STFRM) tenía un poco más de 3 000 agremiados.


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