Un derrumbe paralelo

Un derrumbe paralelo


En 1980 comezó una década trascendental para todo el mundo, pero particularmente para México, donde la riqueza petrolera se presentaba más como una interrogante que como una esperanza de solución. Se recordó que la industria alimenticia se encontraba en manos extrañas, lo que fundaba la importancia de desarrollar la pesca dentro de rigurosos cánones nacionalistas, para evitar que, en la medida en que avanzara, quedara dominada por el capital exterior. En 1982 ocurrió la crisis internacional que derrumbó los precios del petróleo y arrastró al sector pesquero. Sin embargo, el gobierno del estado prosiguió sus labores tratando de diversificar su economía y sortear, hasta donde fuera posible, los problemas.


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