Nacido en la ciudad de México, José Vicente Villada fue tipógrafo y pasaría unos años en Cuba. Enrolado de regreso en el ejército conservador, finalmente se adhiere a la causa de la República, destacando por su valentía y humanitarismo. Amigo de José Martí, cultiva el periodismo político, declarándose lerdista contra la reelección de Juárez. Diputado por Michoacán, adversario de los tuxtepecanos, llega, no obstante, a ocupar la primera silla del ayuntamiento de Guadalupe Hidalgo, donde consagra su talento y su honradez administrativa. El general Villada habría de ocupar la gubernatura del Estado de México durante cuatro períodos consecutivos, de marzo de 1889 a mayo de 1904.
Base firme en la actividad de Villada fue el cuidado del dinero. A pesar de los aspectos positivos de los años de Zubieta, éste entregó la administración estatal endeudada y Villada la saneó punto por punto, sin causar demasiado gravamen a los contribuyentes, con prudentes economías en los egresos; sobre todo durante la crisis nacional de 1893, debida a malas cosechas y a la devaluación de la plata.