La bandera nacional y el escudo estatal


Labra concretó el nacionalismo en el culto a la bandera: actos escolares, festejos de febrero, múltiple confección de banderas, versos de Horacio Zúñiga, un monumento en la entrada oriente de Toluca y, en fin, un salón de banderas en Palacio de Gobierno. Desde ese salón se difundió radiofónicamente el programa Grupo Hora de la República, que tendía a perfilar la imagen del estado y del gobernador, quien llegó a presidir un organismo nacional, aunque efímero: la Comisión Permanente de Gobernadores.

Al gobierno de Labra se debe el escudo del Estado de México. Por concurso triunfó el proyecto de Pastor Velázquez el 15 de abril de 1941. Sobre la parte superior de la orla circundante aparecía el águila con los arcos metropolitanos. Se trata de México, que significa aquí tres cosas: primera, que el estado lo tomó de su antigua capital: la ciudad de México; segunda, la relación del estado con sus antecedentes prehispánicos, en cuanto que estas tierras estuvieron sujetas al imperio mexica; y, finalmente, la actual pertenencia de la entidad a toda la Federación. Dentro de la orla figuran 16 abejas que representan los distritos del estado, laboriosos y mancomunados. El resto de la orla lo ocupa la divisa Libertad, Trabajo y Cultura. La libertad está representada mediante signos de la batalla del Monte de las Cruces, y en el centro el sol. El trabajo y la cultura se significan por los mismos rayos del sol, que también figuran como surcos y, además, por un engrane fabril, una hoz, un zapapico, una pala y un matraz, instrumentos todos que aparecen sobre un libro abierto. En el cuartel superior izquierdo el nevado Xinantécatl representa la geografía de la entidad, mientras que la pirámide del Sol, de Teotihuacan, y el glifo de Toluca, capital del estado, nos hablan de la raíz y esplendor prehispánicos. Finalmente, en una franja inferior se distinguen 14 pequeños magueyes, símbolos de la flora estatal.

En 1976 se modificaría este escudo. Dos cambios serían plausibles: la supresión de los arcos y la reorientación del glifo de Toluca. Pero la supresión de los rayos del sol, el añadido de un arbitrario glifo de México, así como de dos letreros y del símbolo sagitario, serían desafortunados.


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