Autoritario como su suegro Filiberto, amante sincero de la patria chica, pero más amante de su propia imagen, Labra tomó las riendas del estado en septiembre de 1937. El gomismo se transformaba en cardenismo de aldea. El mandato de Cárdenas se desdobla en una primera etapa (1935-1938), marcada por el conato de la educación socialista, la agitación laboral y la nacionalización del petróleo; y en una segunda (1938-1940) en que el programa socialista se ve frenado hasta parar en la nominación de Ávila Camacho como candidato a la presidencia. La causa del cambio fue el desequilibrio económico provocado por la expropiación petrolera, así como por las dificultades con que tropezó el cooperativismo. En el primer año de su gobierno, Wenceslao se dedica con euforia a consolidar el reparto agrario, que no sólo se incrementa extraordinaria y rápidamente, sino que esta vez va dirigido a beneficiar a peones encasillados, destruyendo así una estructura secularmente arraigada.
El control del campesinado mexiquense se robusteció afianzando el reparto agrario y mediante un arma de dos filos: el caciquismo. Gracias a él, el gobierno impuso de manera más unficada su paz y su violencia. José Mozo en Tlalnepantla, José Jiménez en Cuautitlán, Porfirio Ramírez en El Oro, David Bobadilla en Tenango, los Cardoso en Ixtlahuaca, los Herrera en Tenancingo y los Vieyra en Ixtapan, fueron algunos de los afamados caciques del Estado de México, que entraban a la década de los cuarenta "sin alteraciones importantes" y sin "expresiones desvirtuadas del movimiento social, como el sinarquismo". Esa situación contribuyó a que Labra minimizara al principio el problema magisterial, recrudecido en enero de 1940. No escuchó las demandas de los sufridos mentores, que una vez más se lanzaron a la huelga. Wenceslao tuvo que sentarse a la mesa de las negociaciones. Subió el salario y condecoró a algunos profesores con medallas y diplomas. Hasta se repartieron algunas casas, y el movimiento coadyuvó a que se creara el Estatuto Jurídico de los Trabajadores al Servicio de los Poderes del Estado.