Después de la pacificación de 1722, la sierra de Nayarit gozó de una verdadera paz hasta 1810, principio de la guerra de Independencia y del surgimiento de México como país soberano. La agitación provocada en los años 1750-1760 por motines y rebeliones en la región vecina de Colotlán y Bolaños, el breve levantamiento de Juan Tonata de Acuña en 1758 y el descontento generado por la expulsión de los jesuitas en 1767 nunca amenazaron la paz, y fue hasta 1801 que se mencionó cierto peligro causado por la llamada conspiración del indio Mariano, apodado Máscara de Oro. Algunos historiadores le han dado mucha importancia, pues lo ven como precursor de la Independencia, aunque otros niegan hasta que haya existido.
Las autoridades averiguaron sobre "la persona que en Tepic se insinuó dirigía la conspiración de los indios con conocimiento y anuencia de los ingleses", y no encontraron nada. ¿Sería puro chisme, un rumor nada más? Los tiempos se prestaban a la propagación de los rumores más descabellados, ya que el mundo entero se encontraba en el huracán provocado por la Revolución francesa. En una verdadera guerra mundial se enfrentaban dos bloques, uno encabezado por Inglaterra, que triunfaría al final, y el otro por Francia, al cual perteneció España durante unos años. De esta guerra de 23 años (1792-1815) surgirían un sinnúmero de cambios, entre otros, la Independencia de México.
Así se entiende la obsesión de las autoridades para con el enemigo inglés, más todavía si se piensa que la flota inglesa controlaba los mares. Este temor se conjugaba con el viejo miedo a los indios serranos: se suponía que los indios alborotados por Máscara de Oro y los ingleses eran los del Gran Nayar pero también los yaquis y hasta los pueblos de California y Nuevo México. No se encontró nunca nada, ni a Mariano Máscara de Oro ni a los 14 barcos ingleses que supuestamente llegarían a San Blas, pero las autoridades habían pasado un buen susto. Todo se quedó en una marcha pacífica de 2 000 indios sobre Tepic.
En los archivos españoles de Sevilla leemos que el organizador del levantamiento fue un tal Juan Hilario, residente en Tepic, que convocó a diversos pueblos a concentrarse en ese lugar para "recibir al Rey". Pretendió actuar en nombre de Mariano, el cual iba en calidad de rey a Tepic. Mariano, quien no se presentó, pero sí los 2 000 indios reunidos en las afueras de Tepic. No hubo lucha y la multitud se entregó diciendo que quería paz. La mayor parte de la gente alborotada pudo regresar a sus pueblos, pero unos 100 quedaron presos y fueron mandados a Guadalajara. Gran parte murió en la cárcel.
El susto de 1801 anunciaba, de cierta manera, la Independencia de México, manifestaba que había gente dispuesta a seguir el llamado a la revolución.