Un golpe de dados: la revuelta candente


El asesinato de Madero y la toma de la presidencia por el general Victoriano Huerta provocaron una oleada de confusión en San Luis y en toda la república. Era evidente que los sucesos apuntaban hacia una serie de episodios que, por la dimensión de la violencia desatada, serían el verdadero desmantelamiento del orden anterior que Madero, demócrata y progresista, no había deseado erradicar hasta sus raíces.

El gobernador de Coahuila, Venustiano Carranza, desconoció al nuevo presidente y promulgó el Plan de Guadalupe, por el que se designaba comandante en jefe del Ejército Constitucionalista y se comprometía a convocar a elecciones al derrotar a Huerta. Carranza veía la necesidad de reformular un orden constitucional que los acontecimientos habían transgredido. El Congreso de Sonora también se enfrentó a Huerta; en abril conferenció con Carranza en Monclova y aceptó el Plan de Guadalupe.

Por su parte, los movimientos más regionales adquirieron importancia con el mando de líderes que promovieron urgentes demandas económicas y, en especial, sociales: Emiliano Zapata en Morelos y en San Luis Potosí los hermanos Cedillo, Higinio Olivo y Alberto Carrera Torres.

Alberto Carrera Torres, profesor de primaria, originario de Tamaulipas, se vinculó al grupo de los hermanos Cedillo. Se convirtió en el ideólogo del agrarismo regional con la expedición, a principios de marzo de 1913, de la Ley Ejecutiva del Reparto de Tierras que por principio de cuentas no reconocía al gobierno de Huerta, establecía la primera Junta Agraria y señalaba que todas las haciendas propiedad de Díaz, los científicos, Huerta y sus seguidores debían ser confiscadas y divididas en lotes de 10 hectáreas para aquellos que no tuvieran tierras y los soldados del ejército federal que se abstuvieran de combatir a los constitucionalistas. Proponía la reorganización del ejército federal y los sistemas de riego auspiciados por el gobierno; establecía las condiciones para recibir tierras, el derecho de los pueblos y comunidades a nombrar un representante para obtener tierras y la devolución de las tierras a los pueblos y pequeños propietarios que habían sido despojados durante el porfiriato por abuso de las leyes agrarias. El régimen que establecieron Carrera Torres y los hermanos Cedillo en su propia organización fue calificado por el historiador Primo Feliciano Velázquez como "comunista"; sin embargo, parecería más bien apuntar hacia un "colectivismo estratégico": los campesinos que constituían el grueso de sus milicias no recibían sueldo en moneda por sus servicios como soldados. En cada poblado había casas de comercio que proveían de lo más indispensable a los habitantes: para los casados, raciones alimenticias; para los solteros, comedores colectivos. Las zapaterías surtían de huaraches; las sombrererías, sombreros de palma; las sastrerías, calzones y camisas de manta, vestidos de percal y rebozos a las mujeres. El producto de la explotación del ixtle se empleaba en adquirir armas y parque en los Estados Unidos.

En tanto que muchos de los grupos beligerantes se unieron al constitucionalismo, Carrera Torres y los hermanos Cedillo procuraron mantener a intervalos su independencia en una región crucial: el paso del ferrocarril San Luis-Tampico.

En Julio de 1913 Carranza definió las fuerzas constitucionalistas con la creación de siete comandos del ejército. Los más importantes fueron la División del Noreste encabezada por Pablo González, la División del Centro dominada por las tropas villistas y la División del Noroeste a cargo de Álvaro Obregón.

Los grupos armados regionales comenzaron a afiliarse a los movimientos revolucionarios nacionales, en especial al encabezado por Venustiano Carranza. En San Luis Potosí, Juan y Miguel Barragán en la región de Ciudad del Maíz; Francisco de P. Mariel, Daniel Cerecedo y Vicente Salazar en Huehuetlán; Ernesto Santos Coy y Jesús Dávila Sánchez en la región del Altiplano: Charcas, Laguna Seca, Cedral y Vanegas. En la Huasteca, los grupos encabezados por José Rodríguez Cabo, Manuel Sánchez Rivera, Manuel Lárraga, los Santos y los Romero.

Las tropas encabezadas por Raúl Madero y por Eulalio Gutiérrez se internaron en el estado y atacaron la región del altiplano: Villa de Ramos, Charcas, Venado. Los que operaban en una zona difícilmente incursionaban en otra, por ello no es frecuente encontrar a grupos organizados en estructuras que rebasaran sus ámbitos específicos.

El gobierno y las fuerzas de Huerta en San Luis Potosí nunca lograron imponer su dominio. Los revolucionarios de la Huasteca y del Valle del Maíz interrumpieron la comunicación del ferrocarril con Tampico y tomaron los campos petroleros de El Ébano.

Las fuerzas de Carrera Torres y los Cedillo se incorporaron entonces al ejército constitucionalista. El cónsul estadounidense en San Luis, Wilbert Bonney, calculaba que había mas de 3 000 hombres en distintos distritos que reconocían a estos líderes agraristas.

En febrero de 1914 el presidente Woodrow Wilson impuso un embargo a la venta de armas al gobierno de Huerta. A finales de abril los marines estadounidenses ocuparon el puerto de Veracruz y el de Tampico como medida de presión sobre el gobierno de Huerta pero también en la defensa de sus intereses petroleros y comerciales. El ataque favorecía las posiciones carrancistas, pero también suscitaba diferencias serias entre los contingentes antihuertistas.

Carrera Torres fortificó sus posiciones en Armadillo, Cerritos y la porción de la vía férrea a Tampico que caía dentro de su zona de influencia. En mayo atacó la ciudad de San Luis Potosí y se convirtió, en palabras de Jesús Silva Herzog, en el primer revolucionario del periodo que ocupó la plaza. El historiador inglés Dudley Ankerson, en El caudillo agrarista, explica que las fuerzas de Carrera Torres y de los Cedillo se habían organizado en dos brigadas denominadas, respectivamente, Morelos y Oriente. En León capturaron y ejecutaron a José Pérez Castro, líder rebelde que puso a sus hombres a disposición de Huerta. La Brigada Oriente se dirigió entonces a Puebla y Veracruz para realizar acciones semejantes antes de volver a San Luis en septiembre.

Victoriano Huerta renunció el 15 de julio y salió del país rumbo a Europa. Ese mismo día el Ejército del Noreste ocupó San Luis Potosí; del norte llegaron las tropas de los generales Luis y Eulalio Gutiérrez y por el oriente las del general Alberto Carrera Torres, y se sumaron a estas fuerzas las de Jesús Carranza y Pablo González. El general Eulalio Gutiérrez fue nombrado por el general González gobernador provisional y comandante militar de San Luis Potosí. Una de sus primeras medidas fue la expulsión de los sacerdotes de la ciudad, pues, según sus palabras, "con uno bastaba". También mandó demoler el antiguo templo de Tequisquiapan, en una acción similar a la del liberal González Ortega durante la Guerra de Reforma.

Los hermanos Cedillo recibieron distintos grados militares en el ejército constitucionalista, al tiempo que firmaron el acuerdo de la Ley Ejecutiva del Reparto de Tierras, proclamada por Alberto Carrera Torres en marzo de 1913. Eulalio Gutiérrez permitió el establecimiento de una sucursal de la Casa del Obrero Mundial en la ciudad de San Luis Potosí e impulsó durante el mes de septiembre importantes medidas laborales: el apoyo a la pequeña propiedad y la ley sobre los sueldos mínimos para los peones y trabajadores. También estableció la jornada de nueve horas, prohibió el uso de tiendas de raya en compañías y haciendas, y decretó la organización del departamento del trabajo en el estado.

La presencia de propuestas sociales agrarias y laboristas eran el indicio de una imagen del Estado que, aún con un largo y sangriento camino por recorrer, en mucho habría de influir en la redacción de la nueva Constitución y en la estructura de las próximas instituciones estatales.


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