Redes de camino


Entre otros obstáculos, los centros mineros tuvieron que enfrentar el de las grandes distancias que había que cruzar entre las minas y las poblaciones que las abastecían. Tan sólo de la ciudad de México y la provincia de Michoacán hacia las minas de Zacatecas, las expediciones cruzaban 40 o 50 leguas de despoblado. Los indígenas fueron la solución: como tamemes, arrieros y comerciantes se convirtieron en elemento fundamental de las comunicaciones, mientras que paulatinamente se fue introduciendo el transporte en mulas. Por los terrenos indios llegaban a cruzar hasta 170 carretas cargadas de bastimentos y mercaderías procedentes de México, y para 1560, además de esta carga, hacia Zacatecas fluía mucha gente de lugares como Culiacán, Colima, La Purificación, Guadalajara, Michoacán, México y Puebla a vender sus mercancías, obteniendo gran provecho del comercio.

Para transportar la plata a la ciudad de México y llevar los bastimentos a la ciudad de Zacatecas se desarrolló una extensa red de caminos, incluido el camino real de las minas de Zacatecas, por donde transitaban carros y recuas. A lo largo de esos caminos se fundaron presidios, guarniciones, fuertes y "ventas", que con el tiempo se transformaron en importantes pueblos y villas.

Los productos más importantes que llegaban a Zacatecas eran maíz, trigo, frijol y forraje, procedentes del Bajío, Michoacán, Jerez, Saltillo, de la hacienda de Patos y de los valles de Parras, Tlaltenango, Juchipila y Teocaltiche. Los reales de minas de Sombrerete obtenían sus cereales de los valles del Súchil y de Poanas, mientras que los de Fresnillo lograban en parte autoabastecerse gracias a su posición favorable a la agricultura.

El formidable desarrollo del Bajío fue consecuencia directa de la prosperidad minera de Zacatecas y de sus alrededores. Esta zona se especializó en la producción de trigo, y siendo el proveedor más importante, proporcionaba entre dos tercios y cuatro quintos del total que llegaba a Zacatecas. Por otra parte, la región intermedia entre Aguascalientes y Lagos y la de los cañones, al sur de Zacatecas, se especializó en el cultivo del maíz.

La carne provenía de las estancias ganaderas ubicadas en los alrededores de Zacatecas. El vino se importaba de España, aunque el "vino de Castilla" llegaba de los viñedos de Parras, en la Nueva Vizcaya. El azúcar llegaba de Michoacán; la cecina de puerco y los jamones se producían en Teocaltiche. Del sur del lago de Chapala procedía el vino de mezcal; el vino de coco de Colima, el cacao de Caracas, Maracaibo y Guatemala; el queso de Aguascalientes y el pescado de las costas de Michoacán.

Entre los textiles que se introducían al mercado de Zacatecas se incluían mantas, cobijas, ropa y sombreros de Puebla, Campeche, España y China. Llegaba jabón de Puebla; los productos de cuero, como los zapatos, de Michoacán; y la cerámica de Guadalajara y Michoacán. De la ciudad de México venían productos como el hierro y el acero, y otros que se importaban a la Nueva España. Luego de su arribo a Zacatecas, las mercancías se distribuían en el mercado de la plaza pública o en las tiendas al menudeo.

Esta amplia red de intercambio que se generó en torno de Zacatecas favoreció una mayor propagación de la plata zacatecana en regiones lejanas.


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