Capítulo XXII.
De cuatro ríos famosos y del pescado que en los del Perú se cría

SE ME había olvidado hacer relación del pescado que los indios del Perú tienen de agua dulce en los ríos que poseen, que como es notorio son muchos y muy grandes. De los cuales nombraremos cuatro —los mayores— y no más, por no causar hastío al que lo oyere.

El que llaman río Grande (y por otro nombre el de la Magdalena) que entra en el mar entre Cartagena y Santa María, tiene de boca, según la carta de marear, ocho leguas. Nace en las sierras y cordilleras del Perú. Por la furia en que corre entra 10 o 12 leguas la mar adentro rompiendo sus aguas, que no basta la inmensidad de ellas a resistir la ferocidad del río.

El de Orellana —que le llamamos así a diferencía del río Marañon— tiene según la misma carta 54 leguas de boca, antes más que menos. Y aunque algunos autores le dan treinta leguas de boca y otros menos (y otros 40 y otros 70) me pareció poner la opinión de los mareantes, que no es opinión sino experiencia, porque a aquella república que anda sobre aguas de la mar le conviene no fiarse de opiniones, sino traer en las manos la verdad sacada en limpio.

Los que le dan las 70 leguas de la boca la miden al sesgo, de una punta de tierra a otra, que están desiguales, porque la punta de la mano izquierda del río entra al mar mucho más que la punta de la mano derecha. Y así midiendo de punta en punta, porque están al sesgo, hay las 70 leguas que algunos dicen con verdad. Más por derecho de cuadrado no hay más de 54 leguas, como lo saben los pilotos.

Las primeras fuentes de aquel famoso río nacen en el distrito llamado Cuntisuyu, entre el poniente y al mediodía del Cozco, que los marineros llaman sudoeste. Pasa 11 leguas al poniente de aquella ciudad. Desde muy cerca de su nacimiento no se deja vadear porque lleva mucha agua y es muy raudo. Y va recogido entre altísimas sierras que tienen desde lo bajo hasta lo alto de sus nieves 13, 14, y 15 leguas —y más— de altura casi a plomo. Es el mayor río que hay en el Perú.

Los indios le llaman Apurímac (quiere decir "el principal" o "el capitán de habla", que el nombre apu tiene ambas significaciones, que comprende los principales de la paz y los de la guerra). También le dan otro nombre por enzalsarle más, que es Cápac Mayu (mayu quiere decir "río", cápac es renombre que daban a sus reyes. Diéronselo a este río por decir que era el príncipe de todos los ríos del mundo). Retiene estos nombres hasta salir de los términos del Perú. Si los sustenta hasta entrar en la mar o si las naciones que viven en las montañas por donde pasa le dan otro nombre, no lo sé.

El año de 1555, por las muchas aguas del invierno cayó sobre aquel río un pedazo de sierra tan grande y con tanta cantidad de riscos, piedra y tierra que le atravesó de una parte a otra y le atajó de manera que en tres días naturales no corrió gota de agua, hasta que la represa de ella repujó la montaña y le cayó encima. Los que habitaban de allí abajo, viendo que un río tan caudaloso se había secado tan súbitamente, entendieron que se acababa el mundo. La represa subió 14 leguas el río arriba hasta el puente que está en el camino real que va del Cozco a la ciudad de los Reyes.

Este río Apurímac corre del mediodía al norte más de 1 500 leguas que hay por tierra desde su nacimiento hasta la equinoccial. De allí revuelve al oriente y corre casi debajo de la equinoccial otras 650 leguas medidas por derecho, hasta que entra en la mar. Que con sus vueltas y revueltas son de más de 1 500 leguas las que corre al oriente (según lo dijo Francisco de Orella, que fue el que las navegó por aquel río abajo cuando fue con Gonzalo Pizarro al descubrimiento que llamaron de la Canela, como en su lugar diremos).

Las 650 leguas de poniente a oriente, sin las vueltas y revueltas del río, se las da la carta de marear, que aunque no suelen los mareantes entremeterse en pintar las cosas de la tierra adentro, sino las del mar y sus riberas, quisieron salir de sus términos con este río por ser el mayor que hay en el mundo y por decir que, no sin causa, entra en la mar con la grandeza de 70 leguas de boca. Y hace que con más de 100 leguas en contorno sea mar Dulce aquel golfo donde va a parar. De manera que (conforme a la relación de Orellana, como lo atestigua Gómara, capítulo 86) con las 500 leguas que nosotros decimos corre dos mil leguas con las vueltas que va haciendo a una mano y a otra. Entra en la mar debajo de la equinoccial, a plomo.

Llámase río de Orellana por este caballero que lo navegó, año de 1543. Aunque los que se llamaron Pinzones, naturales de Sevilla, lo descubrieron en el año de 1 500. El nombre que le pusieron, "río de las Amazonas", fue porque Orellana y los suyos vieron que las mujeres por aquellas riberas peleaban con ellos tan varonilmente como los hombres. Que lo mismo vimos en algunos pasos de la historia de la Florida. Más no porque haya amazonas en aquel río: que por la valentía de las mujeres dijeron que las había.

Hay muchas islas en aquel río, grandes y chicas. La marea de la mar sube por él más de 100 leguas. Y esto baste de aquel famoso emperador de los ríos.

El que llaman Marañón entra en la mar poco más de 70 leguas al mediodía del río de Orella. Está en tres grados al sur. Tiene más de 20 leguas de boca. Nace de los grandes lagos que hay a las espaldas del Perú (que es el oriente) y los lagos se hacen de las muchas aguas que salen de la gran cordillera de sierra neveda que hay en el Perú. Pues, como estos dos ríos tan caudalosos entren en la mar tan cerca uno del otro, se juntan las aguas de ellos, que no las divide el mar dulce y el río de Orellana quede más famoso, porque se las atribuyen a él todas.

(Por esta junta de aguas sospecho que llaman Marañón al de Orellana, aplicándole el nombre también como las aguas. Y de ambos ríos hacen uno solo.)

Resta decir del río que los españoles llaman el río de la Plata y los indios Parahuay (en otra parte dijimos cómo se impuso el nombre castellano y lo que significa el nombre indiano). Sus primeras aguas nacen, como las del Marañón, en la increible cordillera de sierra nevada que corre todo el Perú a lo largo. Tiene grandísimas crecientes con que aniega los campos y los pueblos y fuerza a sus moradores que por tres meses del año vivan en balsas y canoas atadas a los pimpollos de los árboles, hasta que las crecientes se hayan acabado, porque no hay donde parar. Entra en la mar en 35 grados con más de 30 leguas de boca, aunque la tierra se la estrecha a la entrada de la mar, porque 80 leguas arriba tiene el río 50 leguas de ancho.

De manera que, juntando el espacio y anchura de estos cuatro ríos, se puede decir que entran en la mar con 130 leguas de ancho, que no deja de ser una de las muchas grandezas que el Perú tiene. ¡Son estos cuatro ríos tan grandes!

Hay otra multitud de ellos que por todas partes entran en la mar a cada paso (como se podrán ver en las cartas de marear a que me remito) que, si se juntasen, harían otros ríos mayores que los dichos.

Con haber tantas aguas en aquella tierra, que era argumento de que hubiera mucho pescado, se cría muy poco —a lo menos en lo que es el Perú (de quien pretendo dar cuenta de todo lo que voy hablando y no de otras partes)—. Créese que se cría tan poco por la furia con que aquellos ríos corren y por los pocos charcos que hacen.

Pues ahora es de saber que eso poco que se cría es muy diferente del pescado que se cría en los ríos de España. Parece todo de una especie, no tiene escama sino hollejo. La cabeza es ancha y llana como la de un sapo y por tanto tiene la boca muy ancha. Es muy sabroso de comer. Cómenlo con su hollejo, que es tan delicado que no hay que quitarle. Llámanle challua, que quiere decir "pescado".

En los ríos que por la costa del Perú entran en la mar entra muy poco pescado de ella, porque los más de ellos son medianos y muy rudos, aunque de invierno no se dejan vadear y corren con mayor furia.

En la gran laguna Titicaca se cría mucho pescado que, aunque parece que es de la misma forma del pescado de los ríos, le llaman los indios suchi por diferenciarle del otro. Es muy gordo, que para freírle no es menester otro graso que el suyo. También se cría en aquel lago otro pescadillo que los castellanos llaman bogas (el nombre de los indios se me ha olvidado). Es muy chico y rudo, de mal gusto y peor talle y, si no me acuerdo mal, tiene escama. Mejor se llamará harrihuelas, según es menudo. De un pescado y del otro se cría en abundancia en aquel lago, porque hay dónde extenderse y mucho que comer en las horruras que llevan cinco ríos caudalosos que entran en él, sin otros de menos cuenta y muchos arroyos.

Y esto baste de los ríos y pescados que en aquella tierra se crían.

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