6. El poder de la mente


Niveles de comprensi�n de lectura

Comprensi�n, interpretaci�n y valoraci�n

Con el fin de que el profesor logre hacer comprender al alumno los l�mites y diferencias entre la informaci�n expl�cita de un texto (a la cual corresponde el nivel de comprensi�n literal), por un lado, y, por otro, la informaci�n impl�cita (propia del nivel de comprensi�n interpretativo) y los juicios personales (del nivel de comprensi�n valorativo), se le propone lo siguiente:

1. Intentar un punto de vista com�n con todo el grupo, en cuanto a los aspectos centrales de la informaci�n expl�cita:

- Dos personas conversan.

- Una de ellas es un agente de inhumaciones, de car�cter jovial, amante de la buena mesa y el buen vino.

- Ambas personas hablan acerca del hecho de que, pese a dedicarse a una profesi�n relacionada con la muerte, el agente tiene excelente humor.

- El agente compara su actividad con la del dentista y el m�dico, para demostrar que, as� como ellos viven en lo personal ajenos al dolor y la enfermedad, a pesar de que los encuentran a diario en sus clientes, su buen humor es independiente del car�cter f�nebre de su actividad.

- El agente ve a la muerte como el t�rmino de un viaje de ida y vuelta.

- El agente explica por qu� concibe as� a la muerte.

2. Plantear, en seguida, tres consideraciones fundamentales sobre la interpretaci�n del texto, a las cuales podr�an seguir otras menos importantes notadas por los alumnos:

-�Qui�n habla con el agente? �Un hombre o una mujer? �C�mo se sabe, si el texto no lo afirma de manera expresa?

-�En d�nde conversan ambas personas? �En la sala de una casa particular o en un lugar p�blico? �En qu� clase de lugar p�blico podr�an hacerlo? �C�mo se sabe, si el texto no lo se�ala de manera expresa?

Al responder a estas interrogantes, el alumno podr� advertir que el autor del texto apenas insin�a y da por sobreentendidos dos aspectos de la situaci�n referida en el texto, ambos en apariencia irrelevantes: la identidad de una de las personas que conversan y el lugar donde lo hacen. Desde luego, tambi�n notar� que el propio lector, con sus inferencias, deducciones e interpretaciones, llena los huecos dejados por la informaci�n, completa el cuadro de la situaci�n y lo vuelve inteligible, comprensible: dos hombres conversan en un bar. Tal suposici�n se fundamenta en que el autor del libro es un var�n, Marco Antonio Almaz�n, y en que es m�s probable que sea un hombre quien haga en un texto una puntualizaci�n como �sta: vio pasar con el rabillo del ojo a una chica de voluptuosas caderas y mentalmente le tom� las medidas. Asimismo, como el agente pidi� otra ginebra con agua t�nica y encendi� un cigarrillo, puede creerse que las personas se hallan en un bar, donde es posible pedir de ese modo una bebida alcoh�lica como la mencionada y fumar. De igual modo, el final del texto es id�neo para demostrar que el lector, con sus interpretaciones, es quien da en buena medida sentido al texto: �por qu� el agente entrega su tarjeta a su interlocutor? Si bien el autor no declara la intenci�n que anima ese acto, el lector la sobreentiende, nuevamente gracias a sus inferencias y deducciones.

3. Entrar, por �ltimo, al plano de los juicios, las opiniones y las consideraciones subjetivas, es decir, al nivel de comprensi�n valorativo, mediante preguntas tales como �stas: �es simp�tico el agente de inhumaciones? �Tiene raz�n en lo que plantea? �Son adecuadas sus comparaciones? �El texto result� interesante y gracioso?


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