Corresponde a la sesi�n de GA 5.2 LA CONVIVENCIA SOCIAL
En su diaria convivencia con los dem�s, el hombre ha comprendido la necesidad de establecer y practicar reglas que regulen sus propios intereses, y los de su comunidad. Ha creado normas de conducta que se refieren a aspectos morales, religiosos, sociales y jur�dicos.
La familia y la escuela juegan un papel muy importante, pues, el individuo, desde su etapa infantil, recibe innumerables normas de conducta, que favorecen una mejor convivencia y comunicaci�n, toda vez que le proporciona seguridad para desenvolverse socialmente. Adquiere, de esta forma, ciertas responsabilidades como: respetar a los dem�s, cumplir con las tareas encomendadas, asistir puntualmente a sus clases, entre otras.
En la calle, en el museo, en la tienda, en la biblioteca, a toda hora y, en todas partes, el individuo practica las normas socialmente reconocidas, por lo que, convive mejor con los dem�s.
Sin embargo, las normas se transforman seg�n lo requieran las distintas sociedades; estos cambios pueden darse por una diversidad de factores: desde los econ�micos hasta los tecnol�gicos y cient�ficos.
Por eso, las normas no pierden su vigencia como elementos imprescindibles de convivencia humana porque al cambiar las necesidades de una sociedad, aquellas cambian su contenido y se ajustan a los nuevos requerimientos sociales.
Ahora bien, las normas no son reglas fr�as, formales y mec�nicas que un individuo debe practicar para vivir en sociedad. Ellas derivan de sentimientos internos, de principios y valores que cada grupo humano ha hecho suyos puesto que le han permitido enfrentarse a su realidad.
Los valores tienen las peculiaridades de la sociedad en la que existen, adem�s de que orientan la creaci�n de todo tipo de reglas, normas y principios.
En muchas �pocas en distintos grupos humanos se ha luchado por el respeto de ciertos valores pero el contenido de �stos var�a seg�n su momento hist�rico y su espacio geogr�fico.
No puede concebirse una sociedad en la que no existan normas que regulen la conducta ni valores que orienten la creaci�n de �stas. Mas, tal afirmaci�n no implica que dichas normas y valores tengan un car�cter universal.