Anexo 1
Palabras para los hijos de la lluvia
Emilio Fuego
Ya llegan nuestros muertos
Llenos están de ellos los caminos
Oímos sus pasos,
hay risas, pláticas y alaridos
Contentísimos vienen
Las puertas del cielo abiertas
están de par en par;
hay permiso, hay libertad
de abandonar sus eternas moradas.
Hagan favor de escuchar,
abramos nuestras casas,
que no haya ruido ni imprudencias,
son nuestras gentes muertas las que llegan.
La casa está barrida
y huele a tierra mojada;
las ofrendas florean de alegría;
todo está impregnado de olor a incienso.
Hay comida condimentada
y también tenemos té.
Tengan paciencia de nosotros,
gozosos estamos
porque nuestra memoria retoña año tras año.
Pobres de ustedes, han de estar fatigados
sean bienvenidos con premura
el viaje ha sido largo.
Tomen su comida y su bebida
Ahora que han llegado a la tierra.
No se aflijan ni sufran,
contentos estamos sirviéndoles
y perdónennos nuestras ofensas.