Pero, ¿qué escribo?

Actividad Destinatario Motivo
     

Tomen en cuenta que la escritura surge de situaciones prácticas de interacción humana y que, además de ser una herramienta para el desarrollo cognitivo y una forma invaluable para el registro de acontecimientos, es también un poderoso medio de comunicación.

Cuando le preguntas a alguien si le gusta escribir y qué escribe, la conversación se llena inevitablemente de tópicos. Alguien puede entender escribir en el sentido literario, si le gusta escribir cuentos, poemas o cualquier otro texto creativo. Otra persona pensará en las cartas y responderá lo más seguro que no, que muy raramente, porque es más rápido llamar por teléfono; y luego comentará que cada vez se escribe menos. Al fin y al cabo, todos concluiremos diciendo que no tenemos tiempo para escribir, aunque nos gustaría poder hacerlo más a menudo.

La imagen social más difundida de la escritura es bastante raquítica y a menudo errónea. No todo el mundo califica como escritos lo que se elabora
en el trabajo (informes, notas, programas), en la escuela (reseñas, apuntes, exámenes, trabajos), para uno mismo (agenda, diario, anotaciones), o para amigos y familiares (invitaciones, notas, dedicatorias). Asimismo, se suele pensar siempre en la función de comunicar (cartas, cuentos, certificados) y mucho menos en la de registrar (apuntes, resumen de un libro, notas), la de aprender (trabajos, análisis de un tema, reflexiones), o la de divertir (poema, dedicatoria). Con una gama tan limitada de utilidades, es muy lógico que no encontremos motivos importantes para redactar. Pero la escritura tiene muchas utilidades y se utiliza en contextos muy variados.

Cassany, Daniel. La cocina de la escritura. Barcelona: Anagrama, 1995, pp. 38-39.

Expresen sus opiniones por medio de lluvia de ideas. Soliciten a un compañero o compañera que registre en la pizarra las aportaciones del colectivo. Escriban en su cuaderno de notas el producto de esta actividad.