¿CÓMO SOMOS?
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El camino hacia la edad adulta

Como has visto, los cambios en los aparatos sexuales y en la sexualidad no son los únicos que ocurren en la adolescencia, pues al dejar atrás la niñez, se van modificando la conducta y la manera de pensar; se desarrollan nuevas formas de relación con los demás y se transforma también la imagen que cada quien tiene de sí mismo. En esta lección comentaremos algunos de esos cambios.

La identidad propia

Desde la infancia, cada uno de nosotros desarrolla rasgos de su manera de ser que lo distinguen de los demás, pero no es sino a lo largo de la adolescencia cuando esos rasgos se van definiendo con más fuerza y claridad.

En la adolescencia se definen con más fuerza y claridad los rasgos de la identidad.

Gradualmente decidimos nuestras preferencias sobre lo que nos parece atractivo y valioso o bien nuestro rechazo a lo que consideramos ofensivo y desagradable. Nuestras ideas, creencias y valores se van precisando y empezamos a pensar con mayor realismo en el futuro que queremos como personas. Se está formando nuestra identidad, es decir, lo que nos caracterizará como individuos. Aunque en la edad adulta maduramos y cambiamos, también conservamos a lo largo de la vida muchas características que adquirimos en la adolescencia.

La formación de la identidad se da paso a paso, conforme cada adolescente tiene experiencias nuevas que lo hacen reaccionar y aprender a desenvolverse con mayor independencia. Esas experiencias ocurren principalmente en la escuela, en las relaciones con otros adolescentes, en el ambiente de la vida familiar y en el entorno más cercano.

Una escuela distinta

Al terminar la educación primaria, los niños y las niñas tienen el derecho de estudiar en una escuela secundaria. Como sabes, en México la educación secundaria dura tres años y está organizada de distintas maneras: secundaria general, secundaria técnica y telesecundaria.

La escuela secundaria abre al adolescente el panorama de lo que puede ser y hacer en su vida adulta.

Todas ellas tienen el mismo reconocimiento oficial y, en cualquiera de ellas, se aportan conocimientos y experiencias valiosas.

A partir de 1993, con la Ley General de Educación, el nivel de secundaria es parte de la educación básica. Es obligación del Estado ofrecerla y de los padres y madres asegurar que sus hijas e hijos la cursen.

Estudiar la secundaria representa un cambio muy grande para quienes pasan por los primeros años de la adolescencia. En la escuela secundaria se trabaja con varios maestros y maestras; con cada uno se estudia una materia distinta durante la jornada escolar. Para algunos, al principio no es fácil adaptarse al cambio, pero todos lo pueden lograr con un poco de esfuerzo y constancia. Al concluir la secundaria, los adolescentes tienen mayor madurez para escoger entre diferentes estudios, algunos de los cuales los preparan para ingresar a los estudios superiores, otros los capacitan para el trabajo productivo, y otros más persiguen las dos finalidades al mismo tiempo.

La educación secundaria y la media superior abren al adolescente el panorama de lo que puede ser y hacer en su vida adulta. Ahí obtiene un conocimiento más profundo de los distintos campos de las ciencias, las técnicas, las artes, los oficios y las profesiones. Al mismo tiempo, los adolescentes se van descubriendo a sí mismos, porque ponen a prueba sus capacidades en cada terreno del conocimiento y de las actividades prácticas, y se dan cuenta de qué les interesa más, qué les resulta difícil, en qué cosas tienen mayor o menor habilidad.

En este periodo de la educación y de la vida se tienen tantas experiencias nuevas en tan poco tiempo, que es normal que los adolescentes pasen por etapas de duda o confusión sobre su futuro, o que cambien muy rápidamente de intereses y preferencias. Lo más importante es darse cuenta de que todos tenemos capacidades valiosas, y que éstas son distintas en cada persona, pero que nadie, ni aun los que parecen más brillantes, puede desarrollar sus posibilidades sin disciplina, responsabilidad y tenacidad.



¿Sabías que... no siempre es fácil saber qué quiere uno hacer en la vida? El notable científico alemán Albert Einstein tuvo, durante su infancia y juventud, dificultades con sus estudios. Sin embargo, más tarde decidió estudiar física y se convirtió en el físico más importante de este siglo, porque sus teorías revolucionaron esta ciencia. Por sus grandes contribuciones al conocimiento científico recibió el premio Nobel en 1921, a los 42 años de edad.

La amistad

Durante los años que has pasado en la escuela primaria has tenido muchos amigos, pero en la adolescencia la amistad se vuelve más importante. Es común formar relaciones estrechas con compañeras y compañeros, en la escuela o en la zona donde se vive, porque nos gusta compartir con ellos nuestras actividades y aficiones y también nuestras dudas y problemas.

A veces en la amistad se utiliza la fidelidad para hacerte actuar en contra de los valores, de las leyes o del patrimonio del país, a lo cual nadie puede obligarte.

Por los buenos amigos sentimos cariño, cercanía y lealtad y tenerlos es una parte valiosa de nuestra vida.

Sin embargo, también hay formas equivocadas de la amistad, que perjudican el desarrollo de los adolescentes. Con frecuencia se forman grupos de amigos en los cuales los más fuertes, o con más poder de convencimiento, imponen sus decisiones a los demás, aunque sean perjudiciales o contrarias a la ley. A veces esos grupos se mantienen unidos para agredir a los demás y, en ocasiones, suelen desarrollarse la drogadicción y otras formas de comportamiento dañino. Muchos miembros de esos grupos se dan cuenta de que se están haciendo daño, pero no se alejan de ellos porque se sienten presionados o porque creen que están comprometidos por la fidelidad. Es bueno recordar que cada quien es libre de escoger a sus amigos y que la amistad no significa depender de otros ni ser incapaces de tomar nuestras propias decisiones. Recuerda que, en general, pero muy especialmente en la amistad, nadie puede obligarte a hacer cosas que te dañen o te denigren, a ti, o a otras personas.


La atracción entre el hombre y la mujer

En la adolescencia es común empezar a sentir una atracción especial por el sexo opuesto.

En la adolescencia es común que los hombres y las mujeres empiecen a sentir un interés y una atracción muy especiales por el sexo contrario. Esta atracción se manifiesta de muchas formas: curiosidad, necesidad de llamar la atención, fantasías, admiración por la apariencia física, o sentimientos de afecto intenso por una persona en particular.

Las modas y los ideales de belleza son pasajeros y cambian mucho de una época a otra.

Los adolescentes, sean hombres o mujeres, suelen preocuparse mucho por su apariencia física, porque les importa ser atractivos para el otro sexo. Frecuentemente toman como ideales a figuras populares en los espectáculos o adoptan modas pasajeras en el vestido y el adorno personal, que en ocasiones obligan a los jóvenes y a sus padres a gastar un dinero que podrían destinar a un fin más útil. Algunos adolescentes llegan a angustiarse ante la idea de no ser suficientemente atractivos o de no tener dinero para adquirir lo que impone la moda.

Cuando maduramos un poco, nos vamos dando cuenta de que el atractivo y el valor de un ser humano no dependen de que tenga determinada apariencia física. Descubrimos que hay rasgos más importantes que nos hacen desear la cercanía de una persona del sexo opuesto, como la lealtad y la franqueza, la alegría y el optimismo, la valentía para enfrentar los problemas de la vida, la capacidad de compartir proyectos y afectos, la generosidad y la tolerancia.

La atracción por el sexo opuesto es experimentada por los adolescentes de maneras distintas. En unos surge antes que en otros. Unos pasan por esta etapa con tranquilidad y sin grandes sobresaltos. Para otros, en cambio, esa atracción es más importante que cualquier otra cosa y suelen vivir momentos de gran intensidad emocional y aun de sufrimiento, porque piensan, equivocadamente, que sus sentimientos de afecto son definitivos y no se volverán a repetir.

Para el adolescente es muy importante entender que en esta etapa está aprendiendo a manifestar este tipo de emociones, que está dando un paso en el conocimiento de sí mismo y del sexo opuesto. Por fuertes que sean la atracción y el afecto que sienta por otra persona, el adolescente debe tener presente que todavía está lejos de la madurez necesaria para tener relaciones sexuales y para tomar decisiones que puedan dejar consecuencias que duran toda la vida.

Aprender a convivir

El adolescente convive con muchas personas distintas entre sí. Como es natural, algunas le agradan y despiertan su simpatía mientras otras le provocan hostilidad y rechazo. Lo importante es que el adolescente acepte que los seres humanos somos diferentes y aprenda que sólo podemos convivir en paz si nos tratamos unos a otros con respeto y tolerancia. Cuando no es así, se crea un ambiente de conflictos y agresividad que hace daño a todos.

Muchos de los conflictos que surgen entre los adolescentes son causados por diferencias de opinión, de gustos o actitudes, o bien por problemas en la forma del trato personal. Estos conflictos se pueden resolver si somos capaces de expresar nuestros puntos de vista, escuchar los del otro y conciliarlos a tiempo.

Otros conflictos son causados por los prejuicios, es decir, por ideas generalmente equivocadas y con una carga negativa, que hemos aprendido en el grupo social al cual pertenecemos y que aplicamos sin pensar si son verdaderas o son falsas. Los prejuicios nos llevan a rechazar a quienes no piensan como nosotros, tienen otras costumbres u otra manera de ser. Los más frecuentes son los prejuicios hacia quienes pertenecen a razas distintas; los basados en diferencias de creencias religiosas o posiciones políticas; los que tienen que ver con la cultura, la forma de hablar o de vestir. A lo largo de la historia de la humanidad, muchos conflictos destructivos y sangrientos han sido provocados por los prejuicios y la intolerancia.

Es en los años de la adolescencia cuando los rasgos que nos diferencian de los demás cobran importancia. Es un momento adecuado para entender que, por el hecho de ser diferente, nadie es superior o inferior a los demás. México es un país habitado por personas distintas por su origen racial, su cultura, su lengua, su modo de ser. Esta diversidad es parte de nuestra riqueza. Por eso entre los mexicanos es tan importante combatir los prejuicios y vivir con tolerancia y respeto.

¿Cómo presenta la televisión a las personas y, particularmente, a los adolescentes?

Los medios de comunicación, y muy especialmente la televisión, presentan imágenes o modelos de la apariencia, la forma de ser y de comportarse que frecuentemente no corresponden completamente a la realidad de las personas, lo cual puede llegar a producir lo que se llama un estereotipo.

En grupo, escoge los tres programas de televisión que más gusten a la mayoría. Ponte de acuerdo con todos tus compañeros y compañeras y véanlos, teniendo en mente las siguientes preguntas:

¿Qué estereotipos de conducta e intereses alientan? ¿Cómo son los modelos de atractivo físico que presentan? ¿Qué consumos promueven?

Después de ver los programas analiza en grupo tus observaciones y reflexiona sobre la importancia de no dejarse influir negativamente y de tener puntos de vista personales.


Agresión y violencia

La agresividad y la violencia son una amenaza para la convivencia sana entre los y las adolescentes, quienes están aprendiendo a relacionarse y con frecuencia son impacientes, impulsivos y muy sensibles a lo que los demás hacen o dicen.

La agresión puede darse en forma verbal, mediante ciertas actitudes, o utilizando la violencia física. Las burlas repetidas sobre la apariencia física o la forma de ser de un compañero, o discriminar a alguien en las actividades del grupo, lastiman la sensibilidad de quien las sufre, aunque parezca que son acciones sin importancia.

La agresión verbal lleva muchas veces a la violencia física, que se presenta cuando alguien trata de imponer su voluntad, de desahogar su ira o su resentimiento, o de sentir que por su fuerza es superior a los demás. Las formas más graves de la violencia, en las cuales se producen lesiones o se utilizan armas, pueden dejar consecuencias irreparables para el agredido y para el agresor, y son delitos que están penados por las leyes.

Cuando la agresión y la violencia se presentan en un grupo escolar, los propios compañeros deben tratar de evitarlas y conservar un clima de convivencia ordenada. Cuando los hechos se repiten o son graves, hay que denunciarlos inmediatamente a las autoridades. La experiencia en muchos lugares del mundo enseña que los actos violentos aumentan y se vuelven más graves cuando se los toleran y los responsables no reciben castigo oportuno.




¿Sabías que... agredir físicamente a una mujer o a un hombre es un delito? La pena por delitos contra la vida y la integridad corporal es de tres meses a 10 años de cárcel, dependiendo de la gravedad de la lesión.

La equidad y el respeto entre hombres y mujeres


En las últimas décadas han cambiado mucho las relaciones entre hombres y mujeres. Hoy las mujeres participan en actividades que antes eran consideradas exclusivas de los hombres y demuestran que pueden ser igualmente capaces en actividades productivas, científicas, políticas o artísticas. Al mismo tiempo, cada vez es más común encontrar hombres que, cumpliendo con su responsabilidad, participan plenamente en las tareas domésticas, en el cuidado y en la educación de los hijos, actividades que antes se consideraban exclusivas de las mujeres. Cuando los hombres y las mujeres comparten responsabilidades en la sociedad y en la familia, ambos tienen un campo más amplio de experiencias y se pueden desarrollar más plenamente. Aprenden a respetarse, a apoyarse y a comprenderse mejor.

Cada vez hay más mujeres que estudian

Fuente : ANUIES, 1980-0997.








La presencia de la mujer es cada vez mayor en campos donde en el pasado casi no participaba o participaba poco, como en la educación superior.

Observa la gráfica y compara el porcentaje de mujeres que estudiaban carreras universitarias en 1980 y las que estudian hoy.

El machismo debe desaparecer, pues no sólo es contrario a la equidad sino, con frecuencia, el origen de agresión y de violencia hacia las mujeres.


A pesar de esos avances, todavía hay actitudes que se oponen a la igualdad de oportunidades para el hombre y la mujer. Una de ellas es elmachismo,como se llama comúnmente a la creencia de que el hombre es superior a la mujer y de que ésta debe estar sometida.

El machismo es contrario a la equidad, pero también es con frecuencia el origen de agresión y de violencia hacia las mujeres. La agresión puede presentarse en el hogar, pero también en la escuela, en las calles, en el transporte y en los lugares públicos. La agresión está muchas veces relacionada con la sexualidad y se manifiesta en la burla y las expresiones y actitudes que ofenden y atemorizan. La forma más grave de violencia es obligar a una mujer a tener relaciones sexuales en contra de su voluntad y mediante la fuerza o el engaño. Esto se conoce como violación y es un acto degradante para el violador y que ofende y perjudica profundamente a la víctima. Por eso es un delito que la ley castiga con severidad.

En la convivencia entre hombres y mujeres que tiene lugar en la adolescencia deben aprender que la agresión sexual, bajo cualquier forma, es una manifestación de brutalidad y cobardía. Las adolescentes, por su parte, deben ser conscientes de que nadie tiene derecho a ofender su dignidad ni su integridad física, y aprender a evitar situaciones que las ponen en riesgo claro de ser agredidas.

Independientemente del sexo a que se pertenezca, lo más importante es propiciar un ambiente en que las relaciones entre unos y otras se guíen por el respeto, la equidad, la tolerancia y la cooperación.

¿Recuerdas que en quinto grado estudiaste que en las leyes mexicanas las mujeres y los hombres tenemos los mismos derechos y obligaciones? Por eso, y para que tengamos una sociedad más justa y equitativa, todos debemos procurar un trato igualitario entre las personas, independientemente de su sexo.

Las relaciones familiares

Los cambios que experimenta un adolescente no sólo lo afectan a él o a ella, también afectan a quienes los rodean: sus amigos, sus compañeros, sus familiares y muy especialmente sus padres. Por eso, es en esta etapa cuando se presentan mayores transformaciones en las relaciones familiares.

La adolescencia es la etapa en la que se empieza a aprender a ser independiente. Esta independencia no se da de un día para otro y cuesta trabajo entenderla, tanto al adolescente como a los adultos con quienes convive.

A menudo los adolescentes exigen ser tratados como adultos, sin darse cuenta de que a veces todavía se comportan como niños. Por su parte, los padres, en ocasiones, no se acostumbran a reconocer que sus hijos ya han crecido, y continúan tratándolos como niños.

Es difícil para unos y otros asumir los cambios que la adolescencia trae consigo.

La buena comunicación entre un adolescente y sus padres favorece su desarrollo y su bienestar.

Todo esto es parte del proceso normal de crecer y desarrollarse, y requiere que padres e hijos encuentren juntos nuevas formas de convivencia y diálogo, producto del afecto que se tienen y de la confianza y el respeto que deben mostrarse.

Los adolescentes necesitan saber que sus padres los quieren, están preocupados por su bienestar, por los riesgos a que están expuestos y que tienen más experiencia que ellos. Asimismo, deben apreciar que, aunque ahora requieran pasar más tiempo solos o con sus amigos, los lazos con su familia son muy importantes para su desarrollo.

Mi registro personal

En la lección anterior realizaste un ejercicio de reflexión personal sobre tus cambios corporales. Después de lo estudiado en esta lección, te sugerimos continúes con él, pero ahora con respecto a tus cambios emocionales e intelectuales.

Registra en tu diario, en un cuaderno personal o en hojas sueltas los cambios que has empezado a sentir debido a tu desarrollo. Puedes tomar como ejemplo frases como las siguientes:

  • Lo que más me hace enojar es cuando me tratan…
  • La forma en que más me gusta que me traten es…
  • Lo que más me interesa de la amistad es…
  • Lo que me da más miedo es…
  • Me gustaría que mis padres…
  • Lo que me hace sentir mayor seguridad es…
  • Últimamente he sentido mayor gusto por...
  • Me gustaría que en la escuela mis maestros…
  • A diferencia de hace unos meses, ahora me interesa…
  • Creo que puedo desarrollar nuevas actividades intelectuales como...
  • Me gustaría pensar en un mundo mejor donde…

Recuerda que sólo tú decides si quieres mostrar tus reflexiones a otras personas.

La pareja El óvulo es la célula sexual de la mujer y la más grande de las células humanas, aunque no puede verse a simple vista. El espermatozoide es la célula sexual del hombre y es mucho más pequeña que el óvulo. Tiene un flagelo o cola que le posibilita desplazarse a gran velocidad. En una eyaculación ingresan al útero alrededor de 200 millones de espermatozoides, y sólo unos cuantos lograrán acercarse al óvulo. Espermatozoides viajando hacia el óvulo que está en la trompa. Los espermatozoides tienen que viajar unos 18 cm, de la entrada del útero a la trompa, y aunque su cola les ayudará a desplazarse, muy pocos lo lograrán. El de la izquierda se atoró a la entrada del útero. Óvulo rodeado por los espermatozoides que consiguieron llegar hasta él. Los espermatozoides intentan penetrar el óvulo; en la mayoría de los casos sólo uno lo logrará. Sólo un espermatozoide logra perforar la parte externa del óvulo para fecundarlo. Óvulo fecundado o zigoto. En el centro se observan los núcleos originales del óvulo y el espermatozoide. En ellos está toda la información genética necesaria para que se desarrolle el nuevo ser humano. Inicio de la primera división celular del zigoto. El zigoto se sigue dividiendo mientras se mueve lentamente de la trompa hacia el útero, trayecto que toma aproximadamente cuatro días. En esta imagen se aprecia la segunda división que da lugar a cuatro células. La división celular continúa. Hacia el tercer día, el zigoto tiene ya ocho células y manda señales al organismo de la madre para proteger su desarrollo, impidiendo la siguiente menstruación. La división celular hace que en un momento el zigoto parezca una mora. Por su forma, a este estado se le llama mórula.
Al cuarto día de embarazo el zigoto tiene ya 16 células y todavía no es más grande que el punto de esta i. A medida que avanza la división celular, las células se van haciendo más pequeñas y ya no son idénticas. Se van diferenciando unas de otras. Aquí vemos cómo las células se empiezan a ordenar en dos grupos que tendrán funciones distintas: unas desarrollarán el embrión y las otras la placenta. La diferenciación celular continúa y hacia el final de la primera semana de embarazo el zigoto cuenta con muchas más células y está listo para anidar. Cuando esto ocurre, un grupo de células rompe la cubierta exterior del zigoto para fijarse en el útero. El zigoto ha anidado en el útero materno y se dispone a continuar su desarrollo. A partir de este momento se le denominará embrión. Durante este primer mes se inicia el desarrollo de algunos órganos. En la tercera semana, el embrión empieza a formar los dos lóbulos cerebrales y la espina dorsal. Al final del primer mes, el embrión alcanza 7 mm de largo y mide más o menos lo que una semilla de manzana. En este mes el embrión desarrolla unas protuberancias que luego serán brazos. La esfera a la que está unido es la encargada de producir la sangre que circulará por el futuro bebé y un poco más adelante se convertirá en la placenta. Vista lateral del embrión al final del primer mes. Al final de este mes, el embrión medirá 2.5 cm, más o menos lo que una fresa pequeña; sin embargo ya es posible escuchar, con un aparato especial, el latido de su corazón. Durante este mes, las manos están ya en formación, y se puede apreciar la base de lo que, posteriormente, serán los dedos. Hacia el final de la séptima semana, el embrión ha iniciado el desarrollo de todos sus órganos. Al final de este mes se le empieza a llamar feto. Pronto estará en condiciones de moverse libremente y podrá chuparse el dedo.
Al final del tercer mes, el feto se vuelve muy activo. Ahora mide unos 6.5 cm, pesa 18 g más o menos y apenas comienza a abultar el vientre de su madre. Durante este mes continúa el desarrollo de las extremidades. Las manos tienen, cada vez, dedos más definidos, que le permiten al feto abrirlas y cerrarlas constantemente. Los pies ya están muy desarrollados. Al final del cuarto mes, el feto ya se nota en el vientre de su madre, que se ve abultado. Ahora mide unos 15 cm, pesa 135 g, más o menos, y se mueve tanto que su madre ya puede sentirlo. El feto ha crecido tanto que necesita un sistema más eficiente para nutrirse y eliminar desechos. Por eso a partir de este mes la placenta, a través del cordón umbilical, se encarga de darle nutrientes, vitaminas, minerales, agua y oxígeno, que toma de la sangre materna. La placenta contiene una estructura de vasos sanguíneos, que se conectan con el feto a través del cordón umbilical. Al final del quinto mes, el feto mide unos 25 cm, pesa 340 g más o menos y ocupa mucho más espacio en el vientre de su madre. En este mes ya se puede apreciar el desarrollo de huesos. En la imagen se ven en detalle las costillas del feto. El sistema nervioso del feto está cada vez más desarrollado. Empieza a reconocer sonidos externos y a sentir y saborear su dedo cuando se lo chupa. Al final del sexto mes, el feto mide unos 33 cm y pesa 500 g más o menos. En este mes el feto ya tiene uñas; después, cuando estén más crecidas, las empezará a usar, rascándose de vez en cuando. En el sexto mes le empieza a crecer el pelo y el vello que cubre el cuerpo. Pronto tendrá cejas y pestañas. Al final del séptimo mes, el feto mide unos 37 cm y pesa 900 g más o menos. A partir de este mes, y hasta el fin del embarazo, el feto debe aumentar de peso y continuar creciendo. El feto de siete meses casi duplicó su peso, respecto del mes anterior. A partir de este mes, algunos bebés pueden nacer prematuramente pero, con cuidados especiales, la mayoría de ellos podrá sobrevivir y desarrollarse normalmente.
Al final del octavo mes, el feto mide unos 45 cm y pesa alrededor de 2 kg. En cuatro semanas volvió a duplicar su peso y continúa creciendo. El feto de ocho meses, por lo general, se ubica con la cabeza hacia abajo dentro del útero materno. El feto en este momento del embarazo está completamente formado, pero todavía debe aumentar de peso y seguir creciendo, antes de nacer. Al final del noveno mes, el feto alcanza su máxima talla en el vientre materno: mide unos 50 cm y pesa 3 kg más o menos. Durante este mes, el feto sigue aumentando de peso. Aproximadamente, un kilo más. Todo su cuerpo se ve más rellenito, por la grasa que se ha acumulado bajo su piel durante los últimos tres meses. Después de nueve meses, el bebé está listo para nacer. Está colocado con la cabeza hacia abajo, en posición de parto.

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