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Mariano Arista
(1802-1855)

El problema central del pa�s era la inminente invasi�n norteamericana. El Presidente Paredes hab�a jurado hacer la guerra a Estados Unidos. La �nica justificaci�n del levantamiento de San Luis Potos� era realizarla. Por lo tanto, la estabilidad del r�gimen depend�a del �xito que el gobierno tuviera en la conducci�n de �sta. Pero una vez m�s, los dirigentes pol�ticos promov�an la guerra y al mismo tiempo deshac�an al Ej�rcito de Reserva para llevarla a efecto.

El Ej�rcito de Reserva, acantonado en la Ciudad de San Luis Potos�, ten�a un valor estrat�gico obvio: apoyar las operaciones del Ej�rcito del Norte que desde Matamoros custodiaba la l�nea del r�o Bravo. Paredes moviliz� al Ej�rcito de Reserva hacia la Ciudad de M�xico, despu�s del pronunciamiento del 14 de diciembre, con lo cual dej� al Ej�rcito del Norte totalmente desprotegido y sin ning�n apoyo. Es decir, el mismo Paredes, quien pretend�a hacer la guerra con �xito, con su movimiento conden� al Ej�rcito del Norte a la derrota.

La situaci�n pol�tica de la frontera ten�a la misma inestabilidad que el centro del pa�s. La revoluci�n de Paredes fue desconocida por la Asamblea departamental de Nuevo Le�n. El general Mariano Arista entreg� el mando militar al general R�mulo D�az de la Vega, quien fue nombrado tambi�n gobernador de Nuevo Le�n. "Evidentemente, D�az de la Vega tampoco di� el kilo en el mando militar porque a principios de abril, con el ej�rcito de Zacar�as Taylor amenazando ya el suelo mexicano, Arista fue convocado nuevamente a asumir la jefatura del Ej�rcito del Norte."18 Cuando las tropas de Zacar�as Taylor se movilizaban para provocar un conflicto con M�xico, nuestros dirigentes hab�an hecho todo lo posible para asegurar la derrota: desaparecer al Ej�rcito de Reserva y cambiar por dos veces a los mandos superiores del Ej�rcito del Norte.

Las v�as diplom�ticas tambi�n estaban cerr�ndose. Despu�s de la ca�da del gobierno de Herrera, el comisionado norteamericano, John Slidell, permaneci� en M�xico, en el estado de Veracruz. Desde Jalapa, el 1� de marzo de 1846, Slidell escribi� al ministro de Relaciones, para que presentase a la consideraci�n del Presidente Mariano Paredes la petici�n de ser reconocido como enviado extraordinario y ministro plenipotenciario de Estados Unidos.19 El gobierno de M�xico contest� a Slidell, el 12 de marzo de 1846. Los t�rminos de la respuesta reproduc�an las ideas del gobierno del Presidente Herrera, para no admitir a Slidell como un ministro ordinario: M�xico s�lo pod�a admitir a un enviado ad hoc para resolver el problema de la anexi�n texana a Estados Unidos. No hacerlo as� ser�a tanto como considerar que no hab�a pasado nada, a pesar de que M�xico hab�a perdido ya un enorme territorio.20 El enviado John Slidell pidi�, a vuelta de correo, su pasaporte para salir del pa�s.21

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8 de mayo de 1846
Plano de la estrategia de la Batalla de Palo Alto

Unos d�as despu�s, el general Mariano Paredes y Arrillaga dio un Manifiesto muy importante. En �l relataba lo acontecido con el enviado Slidell y ve�a inminente la guerra. Paredes dec�a que al Congreso tocar�a hacer una declaraci�n de guerra. Pero, por lo pronto, M�xico har�a una guerra defensiva para repeler cualquier agresi�n de los americanos, ya que los puertos del Golfo estaban bloqueados y el ej�rcito de Taylor avanzaba sobre el r�o Bravo. El general Paredes aprovechaba para aclarar su posici�n pol�tica: �l hab�a jurado sostener el sistema republicano, popular y representativo, y la Naci�n mantendr�a, mientras ella quisiera, el sistema republicano.22

El 28 de marzo de 1846, Taylor lleg� a la orilla izquierda del r�o Bravo. El 6 de abril, el general americano informaba a sus jefes que ten�a ya levantadas las bater�as suficientes para demoler la poblaci�n de Matamoros. El general Mariano Arista lleg� a esa ciudad el 24 de abril y encontr� el r�o bloqueado, la ciudad amenazada y el Ej�rcito americano por todas partes. Hubo escaramuzas entre las avanzadas de ambos ej�rcitos. Para efectos pr�cticos las dos naciones ya estaban en guerra.23

El Presidente de Estados Unidos, James Polk, envi� un mensaje especial al Congreso, el 11 de mayo de 1846, pidi�ndole que declarara el estado de guerra con M�xico: "Pero ahora, despu�s de reiteradas amenazas, M�xico ha traspasado la l�nea divisoria de los Estados Unidos, ha invadido nuestro territorio y ha derramado sangre americana en suelo americano. Ha proclamado que las actividades han comenzado y que las dos naciones se encuentran en guerra"24. El 13 de mayo de 1846, el Congreso norteamericano hizo la declaraci�n de guerra, como consecuencia de los "actos agresivos" de M�xico.25 Los dos ej�rcitos pelear�an en Palo Alto y Resaca de la Palma. El Ej�rcito del Norte, mal dirigido por el general Arista y con pocos recursos materiales, perdi� las dos batallas, y los norteamericanos ocuparon, el 18 de mayo, la Ciudad de Matamoros, que fue abandonada contra las terminantes �rdenes de resistir. "As�, pues, en una campa�a de nueve o diez d�as hab�amos perdido dos batallas y una plaza: nuestro mejor ej�rcito retroced�a frente al invasor, y �ste, victorioso, sentaba el pie en la orilla derecha del Bravo, disponi�ndose a avanzar hacia el centro del pa�s."26

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9 de mayo de 1846
Batalla de Resaca de la Palma

Los efectos de estas primeras derrotas y de la p�rdida de Matamoros fueron de graves consecuencias para el gobierno del general golpista. La oposici�n creci� y el desprestigio del gobierno se aceler�. Mariano Paredes hab�a fallado en el �nico punto en el que no pod�a fallar, puesto que su pronunciamiento estaba construido sobre la base del posible �xito en la guerra contra Estados Unidos, que cada vez se ve�a m�s lejano. La disoluci�n del Ej�rcito de Reserva era vista como una de las principales causas de la derrota del Ej�rcito del Norte. A partir de este momento, la ca�da de Paredes fue vertiginosa. S�lo logr� reunir al Congreso Extraordinario, que hab�a nacido en el desprestigio de sus miras mon�rquicas y en el fracaso de las derrotas de Palo Alto y Resaca de la Palma.

El Congreso General Extraordinario abri� sus sesiones el 2 de junio. Tuvo una vida brev�sima, hasta el 4 de agosto de ese a�o. Fueron tan pocos los diputados que pudieron elegirse bajo la Convocatoria de clases privilegiadas, que tuvieron que disminuir el n�mero requerido para tener sesi�n. Este triste Congreso s�lo elabor� un decreto de importancia: la declaraci�n del estado de guerra con Estados Unidos. El 2 de julio, el gobierno sancion� un decreto del Congreso que lo autorizaba a repeler la agresi�n que los americanos hab�an iniciado y sosten�an contra la Rep�blica Mexicana. El Decreto subrayaba que se trataba de una guerra defensiva, para repeler la fuerza con la fuerza, como �ltimo recurso a que hab�a conducido la actitud violenta del gobierno americano.27

Mariano Paredes no sab�a c�mo salir de la ratonera. Pidi� permiso al Congreso para dirigir el Ej�rcito contra los americanos. El 20 de junio, aqu�l concedi� permiso al Presidente para que mandara en persona las fuerzas armadas. Esta orden entrar�a en vigencia cuando el vicepresidente, general Nicol�s Bravo, tomara las riendas del Poder Ejecutivo.28

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15 de mayo de 1846
Diario Oficial del Gobierno Mexicano

El Congreso, viendo que se desmoronaba el gobierno de Paredes, el 7 de julio decret� que las atribuciones del mismo estar�an sujetas a los art�culos 76, 77 y 78 de las Bases Org�nicas. Esto quer�a decir que las Bases Org�nicas eran la ley fundamental del pa�s. Declaraci�n fuera de tiempo, porque el r�gimen de Paredes estaba por desmoronarse. El 28 de julio, Nicol�s Bravo se hizo cargo del gobierno, pocos d�as antes de que estallara una nueva revoluci�n contra el general Paredes y Arrillaga.

18. GONZ�LEZ QUIROGA, Miguel �ngel, Nuevo Le�n ocupado: el gobierno de Nuevo Le�n durante la guerra entre M�xico y los Estados Unidos, cuaderno de trabajo, Seminario, Jalapa, noviembre de 1996.
19. "John Slidell a S.E. el Sr. D. Joaqu�n Castillo y Lanzas, ministro de Relaciones Exteriores y Gobernaci�n, Jalapa, 1� de marzo de 1846", en Documentos Justificativos de la Memoria del Ministerio de Relaciones Interiores y Exteriores, presentada al Soberano Congreso Constituyente en diciembre de 1846, M�xico, 1846, doc. 17, pp. 26-27. Archivo General de la Naci�n, Gobernaci�n, sin secci�n, vol. 322, exp. 8.
20. "Joaqu�n Castillo y Lanzas al Sr. John Slidell, M�xico, 12 de marzo de 1846", en Documentos Justificativos de la Memoria del Ministerio de Relaciones Interiores y Exteriores, presentada al Soberano Congreso Constituyente en diciembre de 1846, M�xico, 1846, doc. 20, pp. 30-34. Archivo General de la Naci�n, Gobernaci�n, sin secci�n, vol. 322, exp. 8.
21. "John Slidell a S.E. D. Joaqu�n Castillo y Lanzas, ministro de Relaciones Esteriores y Gobernaci�n, Jalapa, 17 de marzo de 1846", en Documentos Justificativos de la Memoria del Ministerio de Relaciones Interiores y Exteriores, presentada al Soberano Congreso Constituyente en diciembre de 1846, M�xico, 1846, doc. 21, pp. 34-37. Archivo General de la Naci�n, Gobernaci�n, sin secci�n, vol. 322, exp. 8.
22. "Manifiesto del Exmo. Sr. Presidente Interino de la Rep�blica, a sus conciudadanos, M�xico, 21 de marzo de 1846", en Documentos Justificativos de la Memoria del Ministerio de Relaciones Interiores y Exteriores, presentada al Soberano Congreso Constituyente en diciembre de 1846, M�xico, 1846, doc. 23, pp. 38-41. Archivo General de la Naci�n, Gobernaci�n, sin secci�n, vol. 322, exp. 8.
23. JAY, William, Causas y consecuencias de la Guerra del 47, M�xico, Ed. Polis, 1948, pp. 117-121. Versi�n espa�ola de Guillermo Prieto Yeme.
24. POLK, James, "Mensaje especial del Presidente al Congreso Americano, pidi�ndole que se declare el Estado de Guerra con M�xico", Washington, 11 de mayo de 1846, en V�ZQUEZ, Josefina, Mexicanos y Norteamericanos ante la Guerra del 47, M�xico, Ed. Ateneo, 1977, p. 62.
25. JAY, William, Op. cit., p. 121.
26. RIVA PALACIO, Vicente et al., M�xico a trav�s de los siglos, M�xico, Ed. Cumbre, 1987, V. XIII, p. 16.
27. "Decreto del Congreso extraordinario.- Se autoriza al gobierno para repeler la agresi�n de los Estados-Unidos de Am�rica", 2 de julio de 1846, en DUBL�N, Manuel y LOZANO, Jos� Mar�a, Legislaci�n mexicana. Colecci�n completa de las disposiciones legislativas expedidas desde la Independencia de la Rep�blica, M�xico, Edici�n Oficial, Imprenta del Comercio a cargo de Dubl�n y Lozano, Hijos, 34 T., T. V, 1876, 846p., p. 136.
28. "Decreto del Congreso Extraordinario.- Se concede permiso al Presidente de la Rep�blica, para mandar en persona las fuerzas de tierra, 20 de junio de 1846", Ibidem, p. 134.

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