XIII. LAS CIENCIAS DEL MAR Y EL ESTUDIO ACTUAL DE LOS OCÉANOS
EL HOMBRE
realiza estudios científicos sistemáticos sobre el medio marino y sus recursos para comprender al océano como parte del mundo y para utilizarlo inteligentemente en beneficio propio. Para ello se auxilia de ciencias exactas y naturales: física, química, matemáticas, geología y biología. Aunque el conocimiento científico de los océanos es aún incipiente, la cantidad de datos con los que se cuenta es tan grande, que es imposible que una sola ciencia los englobe. Por ello, el estudio actual de los océanos es realizado por un complejo de ciencias y tecnologías que, en su conjunto, constituye las llamadas ciencias del mar, las cuales vienen a sustituir a la oceanografía u oceanología, considerada hasta hace poco como la única ciencia del mar.Las cuatro ciencias básicas que forman las ciencias del mar son: la oceanografía geológica, la oceanografía química, la oceanografía física y la oceanografía biológica. También se han desarrollado ciencias aplicadas y tecnologías tales como ingeniería marina, geofísica marina, meteorología marina, antropología submarina, bioquímica marina, farmacología marina, minería marina, electrónica marina hidroacuática y tecnología de alimentos del mar, entre otras.
Asimismo, por la importancia que tiene para la humanidad el aprovechamiento de los recursos vivos del mar mediante la pesca y la acuicultura, se ha creado la llamada ciencia pesquera, en la que intervienen una serie de disciplinas tales como la oceanografía pesquera, la biología pesquera, la ingeniería pesquera y la socioeconomía pesquera.
La oceanografía geológica o geología marina estudia la parte sólida de la superficie terrestre cubierta por el agua del mar, con el fin de entender la naturaleza y el desarrollo de las cuencas oceánicas y los cambios que han ocurrido desde que se formó el planeta. También estudia el origen y la evolución de islas y zonas costeras.
![]()
La oceanografía química estudia la gran variedad de elementos, compuestos y reacciones químicas que se presentan en el agua del mar, así como su relación con la contaminación.
La oceanografía física se ocupa de los movimientos de las aguas oceánicas con todos los fenómenos que las acompañan (oleaje, mareas, corrientes, etcétera), así como de la relación del océano con la atmósfera. También con base en la física, diseña aparatos oceanográficos y de navegación.
La oceanografía biológica o biología marina estudia todo lo relacionado con los organismos que habitan en los mares: características, distribución, cadenas de alimentación, reproducción, relación con el medio ambiente, comportamiento, etcétera. También trata lo referente a la interacción del hombre con los recursos vivos del mar.
Por recurrir a otras disciplinas científicas básicas (geología, física, química, biología y matemáticas), las ciencias del mar son multidisciplinarias; pero, a su vez, se consideran interdisciplinarias porque manejan conocimientos de frontera entre esas ciencias.
El océano nos presenta un reto; su exploración abre perpectivas estimulantes, aunque todavía no se establece la dimensión de la recompensa, incluidos los beneficios económicos. Sin duda contiene interesantes secretos, cubiertos por los sedimentos de la tierra, acumulados desde el principio de los tiempos en las fosas más profundas, y es casi seguro que contenga la historia de nuestro planeta desde que el agua empezó a fluir.
La ciencia moderna se ha percatado de la problemática que incide en el océano; conoce la influencia indirecta que éste ejerce sobre la superficie terrestre y sobre toda la vida, en virtud de que meteorológicas. Por ejemplo, el océano extrae calor de las regiones ecuatoriales y lo envía a las templadas, impidiendo que éstas se enfríen y lleguen a congelarse.
El océano absorbe la mayor parte del bióxido de carbono que produce la industria masiva del hombre moderno. En la actualidad se ignoran los efectos finales de dicha absorción, si bien algunos científicos piensan que las consecuencias pueden ser terribles, ya que no sólo se afectará la biología marina, sino que también se modificará la acción química de la absorción del calor y se presentará un aumento en la temperatura de los mares, lo que puede ocasionar la fusión del hielo de las regiones polares y, como consecuencia, el aumento del nivel del mar, lo cual llevará a que varios centros de población y enormes extensiones de costa queden sumergidos.
Se conoce muy poco de los mecanismos a que obedecen los fenómenos marinos. Sin embargo, las ciencias del mar se encargan de aclararlos; por ejemplo, el avance de éstas ha permitido abandonar la antigua idea de las profundidades inmóviles y sustituirlas por el concepto de los mares en movimiento incesante desde la superficie hasta el fondo. Se reconoce la inmensa actividad del mar, el efecto que una acción ejerce sobre otra, la que a su vez modifica una tercera, y así sucesivamente en todos los eslabones de la enorme cadena de fenómenos que acontecen en las aguas oceánicas.
Las ciencias marinas se caracterizan por la complejidad de su campo de estudio. Apenas en los últimos años se han comenzado a fabricar los instrumentos y aparatos que permiten examinar la dinámica de las aguas del mar y observar sus cambios físicos y químicos, así como los efectos que éstos tienen en las poblaciones de seres vivos.
Los resultados de estas observaciones se integran por medio de las matemáticas como ciencia ordenadora, y así, al entretejerse los hilos del saber, llegará el momento en que se puedan predecir los cambios marítimos, y conservar y renovar los recursos oceánicos.
Ante los fenómenos marinos, las ciencias del mar buscan conocimientos para aclarar más lo que pasa en nuestro mundo y en el universo en general, antes que la propia exploración espacial.
En el ambiente marino existe una reserva natural de energía, gases, productos químicos, minerales y organismos, la cual representa una posibilidad de explotación para el hombre, pero éste tiene que diseñar los métodos que le permitan extraer esos productos y asegurarse de que la influencia que ejerza sobre el mar sea razonable.
Para comprender el mundo marino y utilizar inteligentemente los océanos, el hombre debe realizar intensos y sistemáticos estudios científicos del medio marino, a escala local, regional y mundial, sobre todo en las áreas cercanas a las costas. Por ello, la aplicación de las investigaciones y la formación de científicos en este dominio debe estar abierta a todo el mundo.
En el pasado, los estudios en ciencias del mar eran labor exclusiva de países altamente desarrollados. Actualmente participa la mayoría de los países, debido a la creciente explotación de los recursos oceánicos, ocasionada por el rápido crecimiento de la población, que consume ávidamente muchos de los recursos terrestres tradicionales incluida, por irónico que parezca, el agua, y está llegando a ponerlos en peligro de agotarse; esto ha obligado al hombre a buscar ayuda en el mar, pues es muy posible que sea la clave de su supervivencia.
Lo que se ha logrado extraer del océano representa un mínimo de sus posibilidades: apenas una pequeña cantidad de peces que se emplean como alimento y unos cuantos perfumes y perlas para el adorno, lo que ha contribuido mínimamente a satisfacer algunas necesidades manifiestas del hombre. Su inmensidad también ha ofrecido espacio para el perfeccionamiento de armas modernas y estrategias de guerra.
Es difícil aceptar que el océano nunca ofrecerá mucho más; sin embargo, si se sigue usando sin los conocimientos adecuados podría presentarse, necesariamente, una disminución de su fertilidad y una pérdida de los recursos, tan indispensables para la humanidad.
El aprovechamiento del mar es una carrera contra el tiempo, pues se presenta una competencia entre la ciencia, la información masiva y la sensatez pública contra el aumento de la población, la excesiva especialización y la codicia industrial.
Se debe aprovechar todo lo que ofrecen los mares y, para ello, un número cada vez mayor de jóvenes que dominen las ciencias exactas y naturales, jóvenes capaces de realizar investigaciones básicas en un medio muy complejo, y en ocasiones peligroso; jóvenes que tienen que dedicarse a adquirir conocimientos acerca de los diversos aspectos del mar para incrementarlos y desarrollar las posibilidades prácticas para aprovecharlo.
El beneficio que la humanidad puede obtener del mar para mejorar su nivel de vida debería ser la idea dominante de todos cuantos consagran su energía al desarrollo de las ciencias del mar.
![]()