III. EL MAR TRIDIMENSIONAL

APROXIMADAMENTE hay 300 veces m�s espacio habitable en el oc�ano que en los continentes e islas. Quienes vivimos en ellos estamos limitados por una delgada capa de atm�sfera que apenas tiene unos cuantos metros de grosor.

Toda la gama de la vida terrestre es asombrosamente peque�a, comparada con la que se encuentra en el mar. Estamos distribuidos en un mundo de dos dimensiones, y s�lo algunos organismos, como los insectos y las aves, pueden elevarse con sus propios medios, de manera temporal. El hombre, para separarse de la tierra, emplea medios artificiales, como los aeroplanos y los cohetes, aunque lo hace durante poco tiempo, mientras que las criaturas del mar se mueven con libertad en un ambiente que no s�lo es ancho y largo, sino incre�blemente profundo.





Figura 8. Mares continentales.

Los cient�ficos han estudiado la relaci�n existente entre las diversas zonas donde se aprecian descensos que parten de la costa hacia las profundidades oce�nicas. Por ejemplo, observaron que, desde la playa, esos descensos son lentos y llegan a alcanzar los abismos, pero tambi�n descubrieron que en toda esta gama de profundidades cambia el tipo y n�mero de seres vivos que las habitan.





Figura 9. Perfil oce�nico.

A partir de esas observaciones, los propios cient�ficos dividieron el fondo del mar en tres zonas: la plataforma continental, situada a lo largo de la costa; el declive o talud continental, donde el lecho marino declina m�s r�pidamente, y los grandes fondos oce�nicos o regiones abisales, en donde se forman las fosas y barrancos.

De la costa hacia mar adentro se llega a la plataforma continental, que es la orilla de los continentes y est� formada por fajas de tierras sumergidas a lo largo de las costas y cubiertas por aguas poco profundas. En este lugar se establece la llamada provincia ner�tica. La regi�n m�s elevada de la plataforma continental, llamada plataforma costera o litoral, es la zona m�s pr�xima a la tierra y est� limitada por los niveles m�ximos y m�nimos que alcanzan las mareas, por lo que tambi�n ha recibido el nombre de regi�n intermareal. Aqu� son m�s intensos los efectos de la erosi�n marina y se produce frecuentemente una superficie m�s o menos plana, debida a la destrucci�n lenta provocada por el mar en las orillas de los continentes e islas.

Las aguas de la plataforma continental son penetradas por los rayos del Sol, que crean un favorable ambiente para la vida vegetal y animal. En esa zona poco profunda existe una gran diversidad de seres vivos, por lo que all� se han establecido las mejores zonas pesqueras, como la de los grandes bancos de Terranova y los del Mar de Noruega, ubicados en las fr�as aguas del hemisferio norte, en donde abundan los enormes bancos de peces; tambi�n est� la Sonda de Campeche y el Bajo de Yucat�n, en las c�lidas aguas del Golfo de M�xico, donde existe una gran riqueza en camarones.

Casi toda la pesca comercial en el mundo se realiza en las aguas de las plataformas continentales, lo que justifica la importancia pesquera y alimentaria de las mismas. En dichas zonas tambi�n existen grandes reservas de energ�ticos, como el petr�leo, as� como numerosos recursos que son utilizados para la fabricaci�n de medicamentos, raz�n por la cual esas aguas tienen un amplio significado pol�tico y socioecon�mico para los pa�ses.

La extensi�n y caracter�sticas de la plataforma continental en cada lugar de la Tierra son muy diversas. Por regla general, las plataformas continentales del mundo se inclinan mar adentro con suavidad y descienden aproximadamente un metro por cada milla n�utica — 1852 m — osea que, si alguna de ellas se extiende 200 millas de la playa, el agua tendr� una profundidad aproximada de 200 metros.

A prop�sito de lo anterior, es importante aclarar lo siguiente: Se ha establecido que una plataforma continental termina precisamente hasta 200 metros mar adentro. Sin embargo, ese l�mite —llamado l�mite batim�trico— es puramente convencional, pues recientes estudios han permitido comprobar que es muy variable. Por ejemplo, frente al delta de Mississippi, la plataforma termina a 100 metros de profundidad, mientras que en las costas de Florida concluye hasta los 700 metros. Por ello, la medida de 200 metros no puede tomarse como un criterio para definir su l�mite.

Hay regiones, como en las aguas de las costas de California o en la acantilada costa cant�brica, en las que pr�cticamente no hay plataforma y la tierra desciende a las profundidades del mar con una rapidez sorprendente. No obstante, en la mayor parte de las costas las plataformas tienen s�lo de 60 a 80 kil�metros de anchura y s� alcanzan profundidades de unos 200 metros.

En otros lugares, la superficie de estas plataformas se prolonga en grandes distancias. Un ejemplo, t�pico es el de Rusia. All�, a lo largo de la costa del Oc�ano �rtico, la plataforma se extiende 1 200 kil�metros, y es casi tan grande a lo largo de las costas de China y Siberia, en el Pac�fico. En la costa del Sahara hay regiones en las que es preciso navegar m�s de 120 kil�metros para pasar de 50 a 100 metros de profundidad.

La pretendida forma plana que se le ha dado a cada plataforma continental es el resultado de estudios superficiales del problema. Las numerosas medidas batim�tricas con que se cuentan han demostrado que en esas zonas existen relieves muy accidentados, como cuencas intermedias que forman depresiones muy profundas, adem�s de ca�ones submarinos de paredes verticales o inclinadas.

Los ca�ones submarinos, ubicados casi siempre con direcci�n perpendicular a la costa, tienen profundidades muy variables, de entre 80 o 90 metros, descendiendo hasta los 1 500 o 2 000 metros. Su trazado es ligeramente sinuoso, y sus perfiles longitudinal y transversal son extraordinariamente abruptos.

La extensi�n de las plataformas continentales de todo el mundo es de aproximadamente 30 millones de kil�metros cuadrados, y ocupan entre el 7.6 y 8.3 por ciento de la superficie total del fondo marino, cuya dimensi�n es de 352.7 millones de kil�metros cuadrados.

Cuadro 3. Extensi�n de los oc�anos


Océano Ártico
14 500 000 Km2

Océano Atlántico
50 000 000Km2
Océano Índico
42 000 000Km2
Océano Antártico
85 000 000Km2
Océano Pacífico
127 000 000Km2
Mares mediterráneos
  34 200 000Km2
 
_________________
TOTAL
352 700 000Km2



El punto de descenso a los abismos se inicia de manera repentina al final de cada plataforma continental, es decir, el suave declive se convierte en un descenso sorprendentemente brusco: la profundidad del agua aumenta instant�neamente, la vida vegetal desaparece en forma gradual debido a que la luz del Sol no llega a simas tan profundas, y los animales sobreviven a base del alimento que les cae desde las aguas superficiales.

Esta zona del declive recibe el nombre de talud continental; al estudiar con detalle su perfil longitudinal, se comprueba que su pendiente no es continua, sino que existe una serie de escalones a distintas profundidades. Por ejemplo, el talud continental de la costa de Gibraltar desciende bruscamente formando escalones a 550, 700, 1 500 y 3 800 metros.

En el �rea donde se inician los taludes continentales, que constituyen las grandes paredes del fondo marino, el agua tiene una profundidad de s�lo 200 metros, pero unos cuantos kil�metros mar adentro, �sta se incrementa a 3 000, 6 000 y aun a 9 000 metros.

Algunos taludes descienden casi en l�nea recta, de tal manera que la profundidad del mar aumenta todav�a m�s bruscamente. A lo largo de las costas de Florida, en el Golfo de M�xico, el declive es tan pronunciado que el fondo se encuentra a un kil�metro y medio, tan s�lo a 3 kil�metros de distancia horizontal. En otros sitios, la proporci�n del descenso es de un kil�metro y medio por cada 6 u 8 kil�metros mar adentro. A s�lo 200 kil�metros de la costa, el talud puede alcanzar profundidades de m�s de 700 metros antes de llegar a los abismos.

Los taludes continentales marcan los verdaderos l�mites entre los dominios terrestres y marinos. Se puede considerar, pues, que all� termina la tierra y comienza la zona oce�nica. M�s all� de esos taludes est� el profundo reino de los abismos, fr�o, oscuro y habitado por extra��simos seres que viven en condiciones desconocidas para el hombre.

Esa gran profundidad marina empieza en el borde continental, que se encuentra situado en la parte inferior de los taludes y marca el principio del dominio oce�nico.

Desde el punto de vista morfol�gico, es dif�cil definir el borde, pues en algunos casos tienen la forma de un surco muy profundo que limita tajantemente al talud —como una fosa que se encuentra en Puerto Rico y que alcanza 8 000 metros de hondura—, y en otros se presenta como una saliente poco inclinada, llamada glacis, que da continuidad al talud y lo enlaza con las llanuras abisales.

En los bordes se mezclan los sedimentos de origen continental, producidos por la acci�n erosiva del mar y arrastrados a trav�s del talud, con los del oc�ano, que pueden ser tanto org�nicos como inorg�nicos.




Figura 10. Cuencas oce�nicas. Formas planas.

Como se mencion� ya, al terminar el talud continental se encuentran los grandes fondos oce�nicos, acerca de los cuales existen numerosas inc�gnitas, ya que los datos que poseen los cient�ficos sobre estas profundidades son relativamente escasos y aislados.

La topograf�a de esos abismos es sumamente compleja. Si se pudieran desaguar las cuencas oce�nicas, se observar�a un terreno tan escabroso como el que domina las regiones monta�osas de los continentes. Dichas cuencas —algunas de m�s de 4000 metros de profundidad—, que abarcan en conjunto la mitad de la superficie de nuestro planeta, est�n limitadas por cadenas de monta�as, surcadas a su vez de profundos valles y fosas abismales.

El maravilloso panorama de las profundidades oce�nicas est� formado por un variado terreno que presenta llanuras, cordilleras, altas monta�as marinas, empinados ca�ones, asombrosas trincheras y hendiduras.

Para ser estudiadas, las formas submarinas pueden reducirse en tres grandes grupos:

Formas planas, conformadas por la mayor parte de las cuencas oce�nicas, como la Cuenca Noroccidental de Australia, la Cuenca del Pac�fico Central y las Cuencas Brasile�a y Argentina en el Atl�ntico Sur.

Formas salientes, que pueden ser de dos tipos: unas forman cordilleras de gran extensi�n y longitud que, seg�n sus caracter�sticas y relieve, se denominan dorsales (ridges) o macizos (rises). El m�s espectacular de �stas es el Dorsal Atl�ntico, qu� recorre en toda su longitud Oce�no Atl�ntico, desde el �rtico hasta el Ant�rtico, formando una gigantesca S con innumerables fracturas transversales y limitada a los lados por numerosas cuencas y fosas.

El otro tipo lo constituyen monta�as marinas aisladas que, de acuerdo con su estructura, se les denomina pitones o picos submarinos. Estas formas son de origen volc�nico, como los pitones de Vema, el W�st y el Meteor, ubicados en el Oce�no Atl�ntico, al sur de �frica. Tambi�n est�n los Guyots, montes con forma de cono truncado que alcanzan una altura cercana a los 3 000 metros y cuyas cimas, casi planas, llegan a medir hasta 15 kil�metros de di�metro. Uno de los temas al que se le presta mayor atenci�n en la investigaci�n oceanogr�fica es el origen de los guyots. Dos de ellos, el Gran Banco Meteor, localizado frente a las Islas Canarias en el borde Dorsal del Atl�ntico Central, y el Ob y Lena, en el Oc�ano �ndico, son los que m�s han despertado el inter�s de los cient�ficos.

Formas deprimidas. Son las menos conocidas. Se trata de accidentes de terreno de caracter�sticas muy distintas, como las fosas, las fallas y los ca�ones. Entre esas formas destacan las fosas con las mayores profundidades. Son estrechas, largas y generalmente arqueadas. Abundan en el Oc�ano Pac�fico, y se concentran principalmente en la regi�n asi�tica de �ste, en donde se encuentra la Fosa de las Marianas, que alcanza 11 034 metros y es considerada por algunos cient�ficos como la mayor del mundo, pues otros aseguran que el fondo de la Trinchera de Mindanao se localiza a 11 500 metros.

En los otros oc�anos las fosas escasean. En el �ndico s�lo se halla la de Java, y en el sur del Atl�ntico las de Puerto Rico y Sandwich.

El fondo del oc�ano est� integrado por restos de organismos y de rocas depositados como sedimentos desde tiempos remotos. En determinados lugares esos restos llegan a sobrepasar los 3 500 metros de espesor como resultado de su acumulaci�n constante durante miles de millones de a�os. Se ha calculado que la velocidad promedio de dep�sito en los fondos oce�nicos es de unos cuantos mil�metros cada mil a�os.




Figura 11. Dorsales, pitones y guyots. Formas salientes.


Cuadro 4. Fosas oce�nicas


Fosas

Profundidad

(metros)

Longitud

(kil�metros)


Marianas
11 034
2 550
Filipinas
10 479
1 400
Jap�n
10 230
1 500
Puerto Rico
8 385
1 500
Sandwich
8 250
2 200
Java
7 450
4 500

Los documentos donde se describe la constituci�n de los fondos oce�nicos reciben el nombre de batilitol�gricas y forman parte de las cartas oceanogr�ficas que se elaboraron a ra�z de la propuesta del pr�ncipe de M�naco cuando se redacto la Carta Internacional de los Oc�anos, de lectura indispensable para toda persona que desee trabajar en ellos.

La vida en las profundidades oce�nicas es menos abundante que en el resto del mar, pero posee particularidades muy especiales que apenas se est�n empezando a estudiar y comprender. Seguramente, esta cuesti�n es uno de los mayores retos al que se enfrentan los estudiosos del oc�ano.

Uno de los �ltimos descubrimientos en torno a la vida en esos lugares fue el llamado Oasis Viviente, situado alrededor de las "chimeneas" que se hallan cerca de la Fosa de Am�rica Central, en la entrada del Golfo de California, en donde habitan organismos a una profundidad de 2 700 metros: De las chimeneas sale una columna de humo negro que alcanza 50 metros de altura, 25 metros de circunferencia y temperaturas de m�s de 350�C. Cuando este humo se mezcla con el agua del mar, que en esas profundidades alcanza entre 2 y 3�C de temperatura, los minerales que contiene se precipitan, produciendo remolinos en su base. Los organismos que se concentran precisamente alrededor de las chimeneas activas tienen caracter�sticas muy particulares, como su gran tama�o.





Figura 12. Fosas oce�nicas. Formas deprimidas.

Basta todo esto para comprender la serie de interrogantes que se pueden plantear para el conocimiento del relieve submarino de los oc�anos, y que s�lo pueden ser resueltas, parcialmente, gracias al inter�s y dedicaci�n de los investigadores.

Hasta ahora, con la tecnolog�a con que se cuenta, s�lo se ha podido echar una ojeada a los abismos, cuyos secretos apenas est�n comenzando a ceder ante nuestra curiosidad, aunque en �pocas venideras, con el uso de nuevos equipos, las investigaciones de las profundidades oce�nicas revelar�n a�n m�s maravillas.

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